Abusos sexuales

Un profesor dice en un juicio que unas menores le acusaron de abusos "por el 8M"

El acusado admite "algún roce involuntario" de los senos o los muslos y una de las víctimas afirma: "Un roce no es coger un pecho y apretarlo"

El profesor de repaso dice que las menores le acusaron de abusos "por el 8M".

El profesor de repaso dice que las menores le acusaron de abusos "por el 8M".

El pedagogo para quien la Fiscalía solicita una pena de 43 años de cárcel por abusos sexuales a nueve alumnas menores de edad en la academia de la que era dueño en un municipio de l’Horta y docente en clases de repaso negó ayer los tocamientos que le imputan la fiscal y tres acusaciones particulares, y no tuvo empacho en imputar las denuncias de las adolescentes, que tenían 15 y 16 años, «a la influencia de las manifestaciones feministas del 8 de marzo» de 2018, las más multitudinarias, ya que se produjeron justo después del movimiento del ‘me too’ y del juicio por la violación múltiple de La Manda en Pamplona.

Javier R. T. fue denunciado en marzo de 2018 por una de las víctimas, denuncia a la que se fueron sumando otras ocho chicas a las que presuntamente sometió a abusos sexuales entre 2015 y 2017. La defensa trató ayer de sentar las bases de que se trataba de una acusación orquestada. Y, en todo, caso, que nunca hubo intención sexual.

"Casi todos los días"

De hecho, el acusado, en su declaración —solo contestaré a las preguntas de la fiscal y de mi abogado», anunció— repitió en varias ocasiones que «nunca» había tocado a las menores, aunque él mismo se respondió que, si lo hizo, «no fue voluntariamente». Aseguró que, «tal vez» pudo «rozarlas» cuando se «acercaba por detrás para explicarles» alguna tarea o «quizás» les pudo tocar «sin querer» los muslos al «quitarles el teléfono de entre las piernas» para que no jugaran con él en clase.

En la sesión de ayer solo dio tiempo a escuchar a una de las nueve víctimas. Pero su versión fue muy clara: «No era un día y por equivocación. Se repetía casi todos los días. Un roce no es coger un pecho y apretarlo. Ponía la mano y apretaba. Eso no es sin querer. Él era muy consciente de lo que hacía», expuso la joven sin dudar ni un momento.

Describió que solía hacerlo «poniéndose por detrás» durante la clase. «Tú estabas escribiendo. Él se acercaba por detrás y bajaba el brazo intentando tocarte. Yo intentaba esquivar su mano. Una de las veces, le quité la mano cuando la metía por dentro de la blusa».

Cuando la fiscal le preguntó por qué no denunciaron antes —en algún caso, pasaron dos años—, lo explicó a la perfección: «Él era mi profesor. Yo, en la academia, estaba mejorando; estaba atada. Solo quería acabar la ESO y olvidarme». Describió los tocamientos a otra menor: «Se le acercaba por detrás, iba bajando la mano hasta que llegaba al pecho. Ella se movía. Era obvio que la incomodaba».

«¿Por qué no dijo nada?», le espetó la fiscal. «Nunca tuve el valor de hacerlo. ¡Éramos una niñas!», exclamó. «Teníamos 15 años y miedo a que ellas me lo negaran. No éramos amigas, solo compañeras», enfatizó para explicar por qué no lo hablaron antes entre ellas.

De hecho, la denuncia la formalizó primero una de las chicas. Fue en marzo de 2018. Y solo entonces se atrevieron a hablarlo entre ellas. Ocho adolescentes más admitieron haber sufrido los mismos episodios y, finalmente, dieron el paso para sumarse a la denuncia. «Yo no quería. Después de hablarlo, ya tuve la valentía de denunciarlo, reitera la joven, la única que sigue siendo menor de edad.

El acusado, que se encuentra en libertad, insistió en su inocencia en todas las respuestas a las preguntas de la fiscal y de su abogado, y trató de dar argumentos a lo sucedido como que «quizás, al ponerme de pie por detrás y bajar el brazo les pude rozar con el antebrazo, pero involuntariamente» o que «al coger el móvil escondido entre las piernas para quitárselo, pude tocar sin querer las piernas, pero nada más».

Tanto argumentó que, cuando la fiscal le preguntó por qué creía él que le habían denunciado las nueve menores si no eran ciertos los abusos, respondió, ante la estupefacción de algunos miembros de la sala: «Nacería de una o dos de ellas, de una mala interpretación. Eso era en marzo de 2018. Yo creo que se vieron influidas por las manifestaciones feministas del 8M. Pero esto es una hipótesis, ¿eh?».