NUTRICIÓN

Mario Alonso Puig desvela la importancia que tiene la microbiota en la producción de serotonina: "El 90% la produce el intestino"

Cuidar la microbiota es crucial para una mejor producción de serotonina

La alimentación variada es esencial para mantener una microbiota sana.

La alimentación variada es esencial para mantener una microbiota sana. / Freepik.

Seguro que has oído hablar de la serotonina, mejor conocida como "la hormona de la felicidad". Se cree que desempeña un papel importante en el estado de ánimo, el sueño, el aprendizaje, la memoria o la digestión, pero los científicos han asegurado que influye directamente en casi todos los sistemas del organismo. Por ende, no es de extrañar que haya una ingente cantidad de suplementos en el mercado que prometen aumentar los niveles de esta molécula.

Sin embargo, Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo, ha puesto sobre la mesa un dato que seguro que desconocías. El doctor ha establecido que el 90% de la serotonina la produce el intestino. Cuando pensamos en nuestro bienestar general y, con ello, en esta molécula, solemos enfocarnos en mayor medida en nuestro cerebro, pero la ciencia ha demostrado que el intestino juega un papel fundamental en la regulación de nuestras emociones, casi tanto como la cabeza.

La microbiota y su importancia en la segregación de serotonina

Al tubo digestivo se le denomina segundo cerebro, por eso, cuidar lo que comemos no solo afecta a nuestro estado físico y a nuestra salud, sino que además tiene un impacto directo en cómo nos sentimos y en cómo enfrentamos la vida diariamente. Cuidar la microbiota, que es el conjunto de microorganismos que vive en el tubo digestivo, es crucial para una mejor producción de serotonina.

Para impulsar esto, debemos consumir alimentos ricos en fibra, probióticos y prebióticos. Evita los ultraprocesados y el azúcar si quieres tener un intestino sano y, por ende, regular mejor tus emociones. La conexión mente y cuerpo cuando estamos ansiosos la nota nuestro intestino, traduciéndose en molestias digestivas que afectan a nuestra salud mental. Por eso, antes de comernos cualquier plato, hemos de hacernos una sencilla pregunta: ¿lo que estoy a punto de consumir me va a nutrir y ayudar en mi bienestar emocional?