CONFLICTO JUDICIAL

Los abogados de Juana Rivas acuden al Juzgado de Guardia de Granada para intentar conseguir que su hijo Daniel sea escuchado

El equipo jurídico busca agotar todas las vías judiciales para que el menor de 10 años no vuelva con Francesco Arcuri, procesado por maltrato, a Italia

Fotografía de archivo de Juana Rivas

Fotografía de archivo de Juana Rivas / EUROPA PRESS / ÁLEX CÁMARA

María G. San Narciso

María G. San Narciso

El equipo jurídico de Juana Rivas busca agotar todas las vías judiciales para evitar que su hijo Daniel regrese con su padre, Francesco Arcuri, como ha pedido la justicia italiana. El último paso ha consistido en presentar un escrito ante el Juzgado de Guardia de Granada capital solicitando, de nuevo, que Daniel sea escuchado. Trabajan a contrarreloj.

Según ha informado el equipo jurídico de Rivas en un comunicado, la Corte de Apelación de Cagliari les notificó la obligación de que el hijo menor de Rivas, que tiene ahora 10 años, vuelva a casa con su padre antes de este miércoles. El permiso por el que está de visita en España acabó el pasado 2 de enero y él tiene la custodia.

Así que, dado que el día 26 de diciembre solicitaron medidas cautelares de protección del menor sin respuesta, se personaron en el Juzgado de Primera Instancia Número 10 de Granada "para solicitar comparecencia urgente y escucha del menor, por parte de la jueza titular del mismo, Dña. Juana Carrero". Pero el juzgado no se consideró competente para dictar medidas de protección del niño y se inhibió al Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 2 de Granada. Con su magistrada titular de vacaciones, y sin haber recibido aún el expediente para ser examinado, este juzgado archivó la causa.

"Tras solicitar amparo a Fiscalía, quien apoya expresamente la adopción de estas medidas [de protección] en interés superior del menor, hemos decidido presentar un escrito ante el Juzgado de Guardia de Granada capital solicitando que el menor sea escuchado", explican en un nuevo comunicado.

En él, denuncian que "es absolutamente inadmisible e impresentable que en un Estado Social y Democrático de Derecho un menor manifieste temor por perder su vida y ninguna autoridad judicial se moleste siquiera en escucharlo. Daniel jamás ha sido oído en España por ningún juez, a pesar de los gravísimos hechos que refiere. Recordemos que Daniel tiene casi 11 años (los cumplirá la semana que viene), cuenta con madurez para ser escuchado, es ciudadano español y está territorio nacional de nuestro país", expresan. El Ministerio de Juventud e Infancia está de su parte.

"Amenazas con tono intimidante"

Durante estos últimos días, los abogados de Rivas también han denunciado que Francesco Arcuri le envió "varios mensajes intimidatorios, y sometiéndola a un constante acoso telefónico, intentando contactar con ella hasta en más de 40 ocasiones en una semana". Por todo ello, el Ministerio del Interior español activó el sistema VioGén, detectando "una especial combinación de indicadores que apuntan a que los menores de edad a cargo de la víctima pueden encontrarse en situación de especial vulnerabilidad".

La representación legal de Rivas ya presentó un escrito ante Corte de Apelación de Cagliari en el que señalaban que Daniel, nada más llegar a España, relató que su padre le "había sometido a múltiples amenazas con tono intimidante", dándole "instrucciones sobre el contenido de las declaraciones" que tenía que hacer a su favor en el procedimiento italiano.

Antes de eso, y tras el procedimiento penal correspondiente, la Fiscalía de Cagliari presentó formalmente un escrito de procesamiento contra Francesco Arcuri. Fue el día 14 de noviembre. Le acusaba de maltrato a sus hijos, "sometiéndolos habitualmente a violencia física, vejaciones, insultos y amenazas".

En una carta dirigida al Ministerio Público italiano, Gabriel, el hijo mayor de Rivas y Arcuri, habla de las "continuas agresiones físicas y verbales" que su padre le habría hecho durante los cinco años que vivió con él, desde aquel verano de 2017.

En la misiva asegura que llegó a España en junio de 2022 "como un juguete roto", teniendo que superar su adicción a los porros, y con remordimientos por haber dejado a su hermano pequeño solo con su padre, "sin nadie que pudiera ayudarlo y protegerlo de la violencia que ejercía sobre él" y que él mismo sufrió "en primera persona".