FORMACIÓN EN LA ARMADA

La experiencia "irrepetible y única" de Leonor a bordo del Juan Sebastián Elcano, la embajada flotante española

La princesa de Asturias parte de Cádiz el 11 de enero de prácticas en la Armada y el 25 de julio regresará tras seis meses de travesía

La Princesa de Asturias, con el uniforme de la Armada.

La Princesa de Asturias, con el uniforme de la Armada. / LNE

Mariola Riera

"Los marinos aprenden pronto que nunca se lucha contra la mar y el viento, sino que se usan esas fuerzas a su favor y es allí precisamente donde le llega el temple y se forja precisamente su carácter. La camaradería vivida a bordo de un buque escuela crea fuertes lazos de hermandad. Convivir durante las veinticuatro horas los meses de crucero, compartiendo espacios reducidos, agua y comida restringidas, así como las comunicaciones con tierra limitadas a las necesarias, logran que se acaben los egoísmos, que se caigan los formalismos y que las personas se lleguen a conocer más que si lo hicieran en tierra firme", describe Luis Antonio García Martínez.

Todo eso que cuenta es lo que experimentará Leonor de Borbón a partir del próximo 11 de enero, cuando embarque en Cádiz en el buque escuela Juan Sebastián Elcano para completar su formación en la Armada. Embarcará este lunes 6 de septiembre y zarparará el sábado. Serán 140 días en alta mar, 140.000 millas náuticas, hasta que el 25 de julio el navío realice el último atraque de su viaje trasatlántico de nuevo en Cádiz.

Luis Antonio García (Cudillero, 1957) explica para LA NUEVA ESPAÑA algunos detalles y curiosidades del viaje que tiene por delante la princesa de Asturias en el Elcano y de su paso por la Armada, que él conoce bien: en ella sirvió algo más de 34 años hasta pasar a la reserva en 2017.

Leonor embarcará en el navío con el rango de guardiamarina de 1.ª, que mantendrá todo el crucero hasta desembarcar y regresar a la Escuela Naval Militar en Marín (Pontevedra), explica García, capitán de corbeta –equivalente a comandante en tierra– cuando se retiró en 2022. "La hija de los reyes ha cambiado este año el uniforme de campaña de la academia militar de Zaragoza por el ‘catorce botones’ –como se conoce la chaqueta que llevan– y se integra en la promoción que inicia sus estudios en el tercer curso, siguiendo un plan académico adaptado que reunirá las materias consideradas más relevantes para su formación, lo que lleva consigo también el embarque en el Elcano", describe.

El próximo año, Leonor de Borbón entrará en la Academia del Aire de San Javier (Murcia) para un adiestramiento integral. "Una vez instruida en los tres ejércitos, pasará a ser la número uno de la promoción del curso 2026/27 con el rango de teniente, en Tierra y Aire, y de alférez de navío en la Armada; a partir de ahí irá ascendiendo al ritmo que lo hagan sus compañeros de promoción, tal como sucedió con su padre el rey". Estos son algunos apuntes sobre la travesía de Leonor de Borbón, a la que restan escasas dos semanas para embarcar:

El día a día en alta mar

"El horario para los guardiamarinas embarcados comienza a las 8 de la mañana con clases, incluido el deporte en la cubierta del barco. Al orto, salida del sol, se toma una línea de posición y al mediodía la meridiana, cuando el sol alcanza su máxima altura sobre el horizonte. Con todo ello se determina astronómicamente la posición en la que se encuentra el barco sin necesidad de recurrir al GPS. La tarde se dedica se dedica a faenas marineras en los aparejos; cada alumno tiene asignado el cuidado y manejo de una de las veinte velas que conforman el aparejo del barco, esperemos que a ella se le asigne una de las del palo mayor popel al que se le conoce con el nombre de ‘Asturias’. También durante la tarde existe un periodo de tiempo dedicado al estudio. Antes del ocaso, si el cielo lo permite, se preparan los cálculos para la observación de estrellas, las condiciones tanto atmosféricas como geográficas. Conviene no olvidar que en Europa del Norte se producen esos crepúsculos eternos y a los alumnos les puede dar la una de la mañana, con el agravante de que de no resolver el problema se verá sancionado con mas tiempo de estudio o restricción de sueño. Recordemos que los guardiamarinas están embarcados en régimen escolar", advierte García, que fue profesor en la Escuela de Especialidades Fundamentales de la Armada, de Ferrol, y también en la de Marina Civil de la Universidad de Oviedo, en Gijón. "A bordo, además de continuar con su formación académica, los guardiamarinas también participan en las guardias, las maniobras y la navegación del buque igual que la tripulación del mismo. La experiencia para los futuros oficiales de la Armada es única e irrepetible".

El buque escuela "Juan Sebastián Elcano".

El buque escuela "Juan Sebastián Elcano" / .

La impronta de la Armada y el "lujo" de navegar en el Elcano

"Personalmente lo veo como una forma de materializar la máxima de ‘no se aprende lo que no se practica’. Las lecciones que se aprenden pisando cubierta son infinitamente más clarificadoras que las que se aprenden en un aula en tierra. Está claro que a navegar se aprende navegando", apunta el comandante. "La travesía como navegación es un regresar en el tiempo, volver a los inicios, maniobrar barcos no muy rápidos con pesadas velas que hoy en día casi no se conciben, tratar de comprender lo intrépido de aquellos hombres que surcaron por primera vez el océano, que no sabían con certeza dónde terminaba", reseña Luis Antonio García, quien en 1992, a bordo del Serviola, acompañó a las tres carabelas, en la recreación del primer viaje de Colón a América, durante la conmemoración del quinto centenario. "Los alumnos descubrirán el verdadero sentido de la lentitud y el gozo de cada instante vivido con la intensidad del que sabe que pronto será pasado".

Los acompañantes de Leonor

Este 97.º crucero contará con una dotación formada por 20 oficiales, 20 suboficiales, 130 militares de la escala de Marinería y Tropa, y 2 maestros civiles, además de los 76 guardiamarinas en formación. La tripulación es como la de cualquier barco, salvando la excepcionalidad de la maniobra de la vela; si embargo, en el caso concreto del Elcano, como embajador y representante del Estado español, precisa de un esfuerzo extra a la hora de las recepciones en puerto, de ahí que parte de la dotación de especialistas en hostelería formados en la propia Armada, en la escuela de especialidades de La Graña (Ferrol), se esfuercen para cumplimentar a las diversas autoridades que visitan el barco en cada puerto".

Una especie de "embajada" flotante

"Al buque se le puede considerar el ‘embajador flotante de nuestro país’. De alguna manera contribuye a apoyar la acción exterior del Estado en las estancias en puerto. En este 97.º crucero, esas estancias solo representan una tercera parte de toda la travesía. A finales del siglo pasado y principios de éste, diferentes asociaciones y empresas propusieron que se le concediese el premio Príncipe de Asturias", recuerda. "La embajada realmente descansa en el recurso humano, el barco no deja de ser de acero aparejado con velas. Los guardiamarinas saben lucir muy bien los catorce botones, además son incombustibles, muy correctos en el trato y muy agradables".

La princesa, más libre que nunca

Los avances de los buques con mejores propulsiones han acercado las dos orillas del Atlántico, apunta García. "Pero la mar es una presencia que solo se puede conocer desde la perspectiva de la lentitud; es como el presente, mantiene unas constantes, las altera el paso de las nubes, un cambio en la dirección del viento, la invisibilidad de una corriente lejana. Para conocerla hay que someterse a su ritmo, aprovecharse de la brisa, esperar en medio de una calma y temblar en medio de la borrasca... Son precisamente estas circunstancias las que estarán en la mente de cada uno de los guardiamarinas y las que de alguna manera les harán sentirse más libres. A medida que vayan pasando los días se darán cuenta de cómo el cuerpo lentamente se irá aclimatando, experimentarán una especie de transformación y dejarán de doler esos músculos que al principio molestaban por no utilizarlos normalmente en la vida en tierra. Esa será la gran oportunidad que tendrá la princesa Leonor de sentirse libre y no sometida a los focos permanentes de los medios", describe.