DROGAS

Alcohol, un demonio líquido tolerado

El alcohol es la droga que más daños produce en el mundo, aunque, paradójicamente es la que goza de una mayor permisividad

Está presente en todas o casi todas las celebraciones, pero también en todos (o casi) todos los actos de violencia

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España.

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España. / Shutterstock

El consumo de alcohol daña gravemente la salud, aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas y trastornos mentales, y provoca cada año millones de muertes que se podrían evitar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran 2,6 millones de defunciones en el mundo atribuibles al consumo de alcohol (un 4,7% del total de decesos). Además, aumenta la probabilidad que se produzcan accidentes y traumatismos y tiene un fuerte impacto en las familias, según Jesús Cancelo, doctor en psicología, especialista en adicciones y director de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga Alborada de Vigo.

"El alcohol es una sustancia inhibidora, por lo que es más difícil controlar las conductas. Detrás de todos los actos de violencia, o de casi todos, está el alcohol, desde la violencia de género a las peleas juveniles y muchas de las agresiones sexuales", afirma con motivo del Día Mundial sin Alcohol, que se conmemora el viernes, 15 de noviembre.

El alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en España. "Se calcula que hay dos millones de alcohólicos. Pero hay 15 o 16 millones de personas que beben en el último mes", recuerda Cancelo, que recuerda que el inicio en su consumo se da en la adolescencia y cada vez a una edad más temprana.

En este sentido, la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2023), realizada a estudiantes de 14 a 18 años, indica que la edad de inicio de consumo se sitúa en 13,9 años (en hombres y en mujeres), además, el 73,6% de jóvenes de 14 a 18 años lo ha consumido en el último año (71,2% en hombres y 76,1% en mujeres). "Es casi una forma iniciática de pasar de la adolescencia a la adultez. Si no bebes, eres el raro del grupo. Además, suele hacerse junto con el consumo de otras sustancias", advierte.

"Detrás de todos los actos de violencia, o de casi todos, está el alcohol"

Jesús Cancelo

— Director de Alborada

La adicción al alcohol es un proceso gradual y muchas veces la persona no es consciente de su dependencia a pesar de las señales: un consumo excesivo y en cualquier ocasión; un deseo constante de beber; falta de límites al consumir, incluso en momentos inapropiados; alteración de la conducta; falta de interés por actividades que antes le gustaban; síndrome de abstinencia al dejar de beber, e imposibilidad de mantener la abstinencia, entre otras. "Un alcohólico no tiene por qué estar ebrio y puede ir resolviendo su necesidad de beber porque es fácil y barato acceder al alcohol. Hasta que salta el problema. Entonces es cuando busca ayuda", explica Cancelo.

Además, el adicto piensa que él es diferente, que controla lo que consume y que puede dejarlo cuando se lo proponga. "El problema es que la mayoría de las veces, cuando toma medidas es ya demasiado tarde porque ha perdido mucho y ha hecho daño a muchas personas", afirma Cancelo, que explica que la media antes de pedir ayuda es de 15 años.

El síndrome de abstinencia del alcohol es de los más graves que existen y las recaídas forman parte del proceso de recuperación, aunque en el caso del alcohol, estas son más habituales aún que en otras adicciones, al tratarse de una sustancia legal y aceptada por la mayor parte de la sociedad. El detonante puede ser cualquier cosa, desde una celebración a un hecho dramático. "Siempre hay un motivo para motivar una recaída", advierte el experto en drogadicciones.

"Con el botellón hay un doble rasero"

Jesús Cancelo asegura que la educación y la implementación de medidas que dificulten el acceso al alcohol a los menores son fundamentales para reducir su consumo. "En España, consumir alcohol es muy barato. Subamos el precio para que la gente beba menos. En otros países, donde beber cuesta el doble, las tasa de consumo se han reducido drásticamente. Sin embargo, son medidas antipáticas", afirma.

El psicólogo advierte, además, de que muchas veces "se mira hacia otro lado", como en el caso del botellón.