PSICOLOGÍA

Una nueva epidemia de la salud mental: qué es el FOMO y por qué buena parte de la población lo sufre

Este fenómeno afecta a jóvenes, pero también a personas enmarcadas en otras franjas de edad

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El FOMO es un fenómeno muy extendido en la sociedad actual y que genera una gran intranquilidad para quienes lo padecen

El FOMO es un fenómeno muy extendido en la sociedad actual y que genera una gran intranquilidad para quienes lo padecen / Freepik

La fecha de la cena por el 30º cumpleaños de tu queridísima prima coincide con la fiesta que ha organizado tu amiga para despedirse antes de marcharse a vivir a otro país. Estás sopesando aún a dónde asistirás este fin de semana, cuando recuerdas que hace unos días que no visitas a tus padres, que no has podido ir últimamente al gimnasio tanto como querías y que todavía está pendiente ese café con tu compañero de trabajo. Decidas el plan que decidas, el remordimiento y las dudas te asaltan: ¿te has equivocado? ¿Deberías estar en otro lugar? El FOMO tiene la culpa de esta sensación.

Cuando abres las redes sociales, las sonrisas de tus familiares, amigos y conocidos te asaltan desde el otro lado de la pantalla de tu móvil. También las de los influencers, que recomiendan una retahíla infinita de restaurantes, museos y destinos de viaje "que-no-te-puedes-perder-porque-son-imprescindibles". Nada más verlo, la semilla de la insatisfacción está sembrada y las ganas de probarlos, de sumarte tú también a esas experiencias, te inundan. Pero sobre todo, la ansiedad por pensar que no estás donde deberías.

¿Qué es el FOMO? Este fenómeno psicológico puede que te afecte en tu día a día

La palabra FOMO es un acrónimo de Fear Of Missing Out, que se traduce al español como el miedo a estarse perdiendo algo, a estar ausente de un suceso crucial. Ya sea un evento social o cualquier otra vivencia, este fenómeno se multiplica con el uso de las redes sociales, que fomenta la comparación crónica. En este clima poco saludable para nuestra salud mental, acabamos creyendo que nuestra realidad es siempre peor que la de los demás.

Entre los factores que propician este desagradable sentimiento, también se encuentran la inmediatez que proporciona Internet, la superabundancia de información, la adicción a las pantallas y la sobreexposición de la vida personal motivada por la búsqueda de validación externa, por la intención de reafirmar la personalidad, por la consolidación de un status social determinado y por la exploración de diferentes formatos de contenido. Las prisas en el día a día tampoco ayudan.

Además, entre las personas que padecen un gran nivel de FOMO, el temor a decepcionar a los seres queridos está muy presente; así como a no recibir una recompensa emocional (no sentirse bien) al no estar presente en una interacción determinada. También se añade la efimeridad de ciertos contenidos, como el mecanismo básico de Snapchat, los estados de WhatsApp o las historias de Instagram, cuyas fotos desaparecen pasadas unas horas.

El FOMO es un tipo de ansiedad social que impulsa a tratar de estar conectado todo el tiempo. Se puede cristalizar, por ejemplo, en encender y apagar compulsivamente la pantalla del teléfono cada pocos minutos para comprobar si hay nuevas notificaciones o en pasar muchas horas en redes sociales consultando continuamente lo que han publicado otros.

Esta realidad aún no se ha estudiado lo suficiente como para extraer datos cuantitativos concluyentes, pero se estima que aproximadamente dos tercios de los adultos jóvenes podrían estar sintiendo el FOMO en distintos grados de gravedad.

La adicción a las redes sociales se combina con el FOMO en un cóctel que puede ser muy perjudicial para la salud mental

La adicción a las redes sociales se combina con el FOMO en un cóctel que puede ser muy perjudicial para la salud mental / Freepik

El FOMO afecta a muchos planos de tu vida

Entre las consecuencias del FOMO, además de la abrumadora sensación, se encuentra la hiperproductividad incluso en el plano cultural. Las múltiples aplicaciones que permiten llevar la cuenta de las piezas de cultura consumida y que en principio se utilizan como espacio de diálogo sobre películas, series o libros (Goodreads, Letterboxd, Filmaffinity, etc.) acaban fomentando una exacerbada autoexigencia o la competitividad con otros usuarios.

Muchos lectores y cinéfilos que disfrutarían de un rato tranquilo dedicándose a sus hobbies favoritos, acaban, en cambio, sintiéndose mal por no haber alcanzado determinadas metas a final del año. El FOMO también forma parte del plano del ocio, ya que el pánico a no poder participar en una conversación que versa sobre la última película que se ha estrenado o a no conocer el pódcast del momento del que todo el mundo habla, espolea estas actitudes y esta desazón.

Pero no es casual, ni la responsabilidad recae únicamente en el usuario, porque hay muchas estrategias de marketing que promueven el FOMO. Por un lado, el hipnótico algoritmo de los vídeos de TikTok, de los shorts de YouTube o de los reels de Instagram que engancha durante horas al usuario. Por otro, las tácticas para la fidelización de los clientes que se basan en las recompensas, por ejemplo, el Spotify Wrapped; que es el resumen anual de consumo del usuario en el que se incluyen, entre otros, el número de minutos escuchados y los géneros preferidos.

La cuidadosa y atractiva estética de estos informes personalizados y el botón para compartirlos directamente en las redes sociales sigue alimentando este fenómeno. La persona llega a desear haber pasado muchas horas escuchando música para presumir ante los demás de tener el mejor gusto musical. El miedo a haberse perdido a los artistas emergentes del último año acecha. El FOMO también es el culpable de que utilices el botón de reproducción a doble velocidad para ver vídeos y escuchar audiolibros o pódcasts.

¿Cómo evitar el FOMO?

Buenas prácticas que pueden ayudar contra esta ansiedad social, como recomiendan los expertos, pueden ser marcarse un tiempo límite de uso diario del móvil y del ordenador. En los ajustes, incluso, se puede configurar que no se encienda el teléfono o que no se abran determinadas aplicaciones tras un tiempo establecido o en ciertas franjas horarias.

También, se debe trabajar en reforzar la autoestima, en tratar de no compararse con otros, en valorar todo lo positivo en la propia vida y en asumir que es imposible estar en todas partes. Hay que priorizar aquello que más apetezca, siempre que haya un equilibrio entre los distintos planos de nuestra vida que requieran nuestra atención (ejemplo: conciliación entre trabajo y vida personal). En el caso de observar que se tiene un gran malestar o una fuerte adicción, puede ser adecuado acudir a un profesional para recibir ayuda psicológica.