DANA EN VALENCIA

"Dentro de Castellar estamos viviendo un infierno"

José García, vecino de 47 años de esta pedanía de Valencia, pide que la gente no acapare productos en los supermercados de la capital

José García, vecino de 47 años de Castellar.

LEVANTE-EMV

Claudio Moreno

José García tiene 47 años y una casa vieja completamente anegada, está pegada al nuevo cauce del Turia, en una zona baja sin apenas desagües. Él estaba en su piso al otro lado de la calle, no le pilló el temporal aquí. Cuando fue a comprobar los daños vio que la casa estaba completamente destrozada. Han muerto dos perros y cinco gallinas. Lamenta que a la pedanía de Valencia de Castellar-l'Oliveral no haya ido nadie en tres días, que la pedanía esté "completamente abandonada por las autoridades".

Ni políticos ni Policía Local se habían acercado hasta hoy. También pide que la población de la capital "no arrase con las existencias en los supermercados" porque a ellos les está tocando cruzar a Valencia para comprar agua y cuando llegan no tienen nada.

Por otra parte, como el resto de vecinos de Castellar, se siente " un privilegiado" porque en su pueblo la tragedia ha golpeado con menos intensidad que en los municipios de l'Horta Sud. Sin foco mediático, Castellar-Oliveral está en un punto intermedio entre la fortuna y la devastación total. Aquí han muerto dos vecinos mayores y todas las viviendas bajas están anegadas de fango. Hoy están llegando por fin brigadas de jóvenes y mayores con garrafas y material de limpieza para asistir a los vecinos, que dedican el día festivo a desaguar y sacar trastos de las casas. También ha venido hoy la alcaldesa.

Por su parte, María José vive en una Alquería de Oliveral, completamente rodeada de huerta productiva echada a perder. Dice que allí no ha ido "nadie" y "tampoco espera que llegue demasiada ayuda". Está "aislada". Cuando llegó la riada tenía a su madre de 90 años en casa con una cuidadora, que la cogió a pulso y la subió a la parte de arriba. La mujer tiene demencia y lleva tres días encerrada sin saber qué ha pasado.