RESPÓNDAME | Carme Artigas Presidenta del Instituto Nacional de Ciberseguridad

Carme Artigas, presidenta del Instituto Nacional de Ciberseguridad: "ChatGPT no entiende de empatía ni de emoción"

La presidenta del Incibe saca pecho de su gestión y cita varias normativas en las que España es pionera, entre otras las referentes a la ética y los derechos humanos en la tecnología

Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial

Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial / ALBA VIGARAY

Habla como una ametralladora, pero una ametralladora pasional y convencida de lo que dispara. Es la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial y presidenta del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe). ¿Tiene algún ciberdelincuente fichado en el Ministerio? "Nooo, delincuentes, ninguno. Ya sabes que hay diferencia entre hackers y crackers. Los hackers son los buenos".

-Pregunta: Una vez dijo que, dado lo que podía ganar fuera, estaba en este puesto solo por vocación por lo público. ¿Se inmola por el bien común?

Jeje. De todos los trabajos que he hecho en mi vida éste es el más satisfactorio, porque es el que tiene más impacto. Cambiar las cosas para tu país me ha brindado una oportunidad única, que es hacer una labor pública en un momento de muchísimos recursos económicos, como el Plan de Recuperación.

-P: Algunos temen que las máquinas nos quiten el pan. Que nos dejen laboralmente para vestir santos. Tranquilíceles.

Evidentemente, toda la revolución tecnológica destruye puestos de trabajo, pero también crea muchos más. El balance neto es positivo. Se trata de una destrucción creativa.

-P: Monopolios. Tráfico de datos. Privacidad. Hipervigilancia. Ciberseguridad. ¿Qué defensa le queda al ciudadano de a pie?

La gente se ha dado cuenta por fin al descubrir el ChatGPT de que esto está aquí, no es el futuro, es gratis, y mira las cosas que hace. Pero de esto llevamos hablando tres años: se tiene que elaborar la Inteligencia Artificial y poner límites a la tecnología, al servicio de las personas, y no al revés; y no podemos aceptar un progreso tecnológico si no garantizamos los derechos humanos en el mundo digital. Eso figura en la Carta de Derechos Digitales que elaboró España, y que está sirviendo de inspiración internacional a nivel europeo, de la OCDE e iberoamericano.

La gente se ha dado cuenta por fin al descubrir ChatGPT de que esto está aquí, no es el futuro, es gratis

-P: Tal y como avanza la cosa, ¿Siri y Alexa son el Paleolítico?

Son asistentes de voz se han visto sobrepasadas por los modelos de lenguaje masivos. Lo que queremos es que las Siris y las Alexas hablen español, un buen español, y ahí tenemos el proyecto con la RAE, con la que están colaborando empresas. Uno de los objetivos del Gobierno es desarrollar herramientas de inteligencia artificial que hayan nacido en español. Hablamos de sesgos de género, de la discriminación. ¿Cómo le vas a pedir a una herramienta entrenada en inglés, lengua que no tiene género, que detecte esos sesgos?

-P: Dicen que los puestos que pueden verse más afectados por la IA son diseñadores de páginas web y periodistas. ¿Cuando yo entregue esta entrevista podría ya estar escrita por un algoritmo? Porque entonces no sé qué hago aquí.

Imposible. La inteligencia artificial solo puede prevenir algo que se ha encargado previamente con datos que existían. A la IA le va a salir una entrevista igual de chula, pero totalmente inventada.

-P: Espero que menos chula. Y, por favor: Dígales a mis jefes que he venido.

Hice una prueba con mi equipo con el ChatGPT para una rueda de Prensa y les dije: éste es el estándar, lo que se ha hecho siempre. ¿Dónde está el valor del periodista? No en la herramienta que te haga una redacción sobre un partido de fútbol, sino en la aportación emocional. El ChatGPT no entiende de empatía ni de emoción.

-P: Aparte de la Rumba y la Thermomix, ¿En qué se nota en su casa que tiene Inteligencia Artificial?

Bueno, no tengo ni Rumba ni Thermomix, no tengo Alexa ni Siri.

-P: En casa del herrero…

Es que sé justamente el impacto que tiene. Yo utilizo la inteligencia artificial de manera inteligente.

-P: Ahora dicen que el Chat GPT-4, de Microsoft, tiene síntomas de razonamiento humano. ¿Esto no da muchísimo miedo?

Es que no es verdad. Es como si pensáramos que un loro cuando habla entiende lo que dice. Los llaman loros estocásticos, porque van detrás de modelos probabilísticos que buscan la palabra más adecuada. Pero no intentemos inferir a una máquina habilidades humanas.

A pesar de la inteligencia artificial, cuando se bloquea el ordenador aún tenemos que apagarlo y volverlo a encender

-P: ¿Llegarán las máquinas a ser tan torpes como nosotros?

A pesar de la inteligencia artificial, cuando se bloquea el ordenador aún tenemos que apagarlo y volverlo a encender. Aún hay un recorrido, una esperanza [ríe]. El Test de Turing dice que en el momento en que algo contestado por un robot sea indistinguible de lo humano por una máquina, ahí llegamos a un punto de inteligencia o de singularidad. Yo digo que el importante es el Test de Ikea. El día que una máquina sea capaz de irse a Ikea, elegir un mueble, ir a la estantería, buscarlo, abrir las instrucciones y montarlo, que es lo peor, ese día podré pensar que la IA será lo más parecido a la inteligencia humana.

-P: He visto que ChatGPT escribe versos. ¿Lo imagina en plan No es verdad, ángel de amor…?

Lo puede hacer. Tienen que estar todos los versos del mundo, entender de hacer sonetos, métricas previsibles. Que generen emoción ya es otra cosa. Y en lo que es muy malo es explicando chistes. Puedes enseñar muchos chistes, pero no significa que sea gracioso, porque no emplea la inteligencia, la empatía.

-P: Entonces no está todo perdido.

Los comediantes no van a ser nunca sustituidos por la inteligencia artificial.

-P: Dado que hay que conocer las entrañas de los problemas ¿tiene algún ciberdelincuente fichado en el Ministerio?

Nooo, delincuentes, ninguno. Ya sabes que hay diferencia entre hackers, que son los buenos, y crackers, los malos. Los primeros tienen muchísimos conocimientos en ciberseguridad. Tenemos un programa que se llama Academia Hacker para que los chicos y las chicas aprendan ciberseguridad, porque necesitamos expertos que estén permanentemente viendo las vulnerabilidades de los sistemas y aprendamos a protegerlos antes de que vengan los malos. España es el cuarto país del mundo más ciberseguro, aunque la vulnerabilidad cero no existe.