Violencia sexual

Violaciones por adolescentes en auge en España, marcadas por las redes y el porno

Los expertos, que señalan el acceso fácil y temprano de los jóvenes a los contenidos pornográficos a través de Internet como una de las principales causas

Imagen de una operación policial contra la distribución y tenencia de pornografía infantil.

Imagen de una operación policial contra la distribución y tenencia de pornografía infantil. / POLICÍA NACIONAL - Archivo

Las agresiones sexuales protagonizadas por grupos de menores en España siguen en auge y aumenta también la preocupación de familias y expertos, que señalan el acceso fácil y temprano de los jóvenes a los contenidos pornográficos a través de Internet como una de las principales causas.

Aunque la mayoría de autores de estos delitos son adultos, el número de adolescentes está en aumento, a veces a unas edades tan tempranas que las penas ni siquiera son imputables, como en el reciente caso de Logroño (norte) donde siete jóvenes (dos de ellos menores de 14 años) violaron a una niña de 12 y otra de 13 años.

Solo en 2021, con datos del Instituto Nacional de Estadística español, frente a 3.196 adultos condenados por delitos sexuales, hubo 439 menores de edad, un 12,6% más que el año anterior.

La de Logroño de la pasada semana trajo a la memoria la violación en grupo de las fiestas de San Fermín en Pamplona en 2019, que acuño el nombre de "manada" para este tipo de agresiones sexuales grupales y que causó indignación en toda España.

La pornografía se sitúa como una de las grandes cuestiones a estudiar para evitar estos comportamientos, así como la facilidad de los jóvenes para consumirlos en internet y a través de los teléfonos móviles que muchas veces no tienen controles parentales activados.

"La pornografía ha existido siempre, pero el acceso a internet a edades tan tempranas hace que necesariamente estos chavales y chavalas accedan sin filtros adecuados", dice Eva Márquez, coordinadora de lucha contra la trata en Diaconía España.

El porno y las redes, principales motivantes

Para Márquez, el acceso fácil y temprano de los jóvenes a los contenidos pornográficos son uno de los mayores problemas para evitar estos delitos entre menores de edad. "El consumo ha aumentado muchísimo por el acceso a internet, es tremendamente difícil poner controles parentales, los contenidos porno están hechos para que se los encuentren, no hace falta que los busquen", asume.

Un acceso precoz que genera un "imaginario de cosas que no son reales" y que "condiciona el desarrollo afectivo sexual" de estos adolescentes que "crecen pensando que eso es la realidad".

"Cuando afrontan una relación, piensan que es eso, porque es lo que han consumido, prácticamente no hay porno que aborde lo afectivo ni el deseo ni el consentimiento, va al acto, degradante, donde hay clara relación de dominación de hombres sobre mujeres", explica. Es por ello que los chicos "construyen su deseo sexual en base a ese contenido, luego llega la realidad y surge una distorsión".

Una distorsión que también llega a las víctimas: "las violaciones no solo potencian una relación agresiva y dominante de chicos sobre chicas, también potencia el papel de las víctimas, porque estos contenidos también llegan a ellas y los normalizan".

El difícil retorno

Para la psicóloga infantil María Dolors Mas hay "muchos factores implicados" en estos comportamientos, entre los que destaca el proceder de una familia "desestructurada" y de nuevo el porno y las redes sociales. Acaban usando el porno como si fuera Youtube, acaban banalizando las relaciones sexuales, pensando que los chicos tienen el poder y las mujeres son sumisas, cosificando a las mujeres y creyendo que un hombre puede hacer lo que quiera y una mujer se tiene que dejar hacer y ya está", apunta.

En ese sentido, alude a algunos de los jóvenes que trata en su consulta, quienes "tienen una desocupación total" de los problemas que puedan derivarse de una relación sexual. Una combinación agravada por las redes sociales que, a su juicio, "están haciendo bastante daño".

"Uno puede subir lo que le parezca aunque sea poco ético, incorrecto o incluso delictivo, como el resto lo hace y no tienen control parental pues lo hacen", reflexiona. Todo ello puede derivar en comportamientos de abuso y agresiones sexuales y a pesar de la corta edad de los agresores, tener una difícil reinserción. "Quizá si pasan por centros y hacen tratamientos muy severos, las familias tienen que participar y tener un cambio de proceder con esto, porque al final son niños", matiza.