LA VIDA CONTIGO

La vida después del 'ghosting' y el 'orbiting'

El 'apagón' viene acompañado de sorpresa, autoculpa y tristeza hasta que se asume la ruptura

La interrupción de la comunicación constituye la característica clave del 'ghosting'

La interrupción de la comunicación constituye la característica clave del 'ghosting' / EPE

María G. San Narciso

María G. San Narciso

El ghosting es la práctica de terminar una relación sin dar explicaciones a la pareja y evitando cualquier intento de comunicación. El 'fantasma' no contesta a los mensajes ni a las llamadas, de forma que la víctima acaba entendiendo que el vínculo se ha roto, pero no entiende el porqué. El orbiting es idéntico, pero la persona que se va aún sigue haciéndose notar en las redes sociales de su ex-lo que sea. Te aparecen likes en publicaciones y corazones en stories, aunque aparentemente haya desaparecido de la vida.

Ambas prácticas son demasiado comunes para mucha gente que, en su mayoría, pasan por el mismo proceso cuando se lo hacen. Unos investigadores de Milán, cansados de que, pesa a la popularidad de estas prácticas, siguieran siendo fenómenos en gran parte inexplorados en la investigación científica, han trabajado en ello hasta dar con las diferentes etapas de reacciones que sufren las víctimas y que se caracterizan, respectivamente, por la sorpresa y confusión: la ira, tristeza y culpa; los intentos de reparación relacional. Y la aceptación.

Para ello, asignaron 208 participantes jóvenes al azar que tuvieron que recordar sus historias de ghosting, orbiting o rechazo. No fue complicado encontrarlos: ya hay estudios que señalan que entre un 20 y un 40% de la población ha ejercido o sido víctima de la práctica de desaparecer. Al parecer, la gente con creencias de destino más fuertes sobre el amor romántico, como los que creen en las almas gemelas, son más propensos a ver con buenos ojos esta práctica para poner fin a relaciones a corto y largo plazo.

La ruptura es peor para quienes sufren orbiting

"La falta de comunicación directa va de la mano con la falta de motivaciones explícitas que explican la decisión de los desvinculadores de interrumpir todo contacto con las víctimas. Esto las deja en una situación ambigua que las impulsa a buscar potenciales razones del comportamiento de los desvinculadores, un proceso que podría llevar a la autoculpabilidad", explican los autores, que argumentan que esta incertidumbre y ambigüedad que siguen a la ruptura puede ser aún peor para quienes sufren orbiting, ya que son testigos de comportamientos contradictorios. ¿Por qué la misma persona que no te responde a un mensaje te hace notar que está pendiente de tus movimientos en redes? No se entiende.

El caso es que tanto las personas que son víctimas de ghosting como de orbiting suelen pasar por un proceso de tres etapas. La primera es la reflexiva y ocurre inmediatamente después de darse cuenta de lo que acaba de pasar. Lo común es que ahí aparezca el dolor y una sensación de sorpresa. "En esta etapa de 'apagón', los individuos no están equipados principalmente en estrategias de afrontamiento: se sienten bloqueados y no saben cómo lidiar con la nueva condición", apuntan los autores de otro trabajo. En el caso concreto del orbiting, las víctimas sentían, además, que se estaban burlando de ellos.

En una segunda etapa, en la que ya han tenido tiempo para pensar y evaluar esta experiencia, empieza la culpa, la ira y la tristeza. "La ausencia de confrontación típica del ghosting y orbiting llevó a víctimas a preocuparse por ser parcialmente responsables y culpables de la ruptura", señalan.

Esto de echarse la culpa dificultaba, según los autores, la aceptación de la ruptura al fomentar la esperanza de recuperar la situación y aumentando la probabilidad de intentos de reparar la relación. Uno se siente muy triste y enfadado en el primer período, en el cual pasa y trata por todos los medios de mantener la relación o de buscar explicaciones", señalaba un participante. “No entendía el motivo de esta acción y pensé que había hecho algo mal. Traté de encontrarlo en todas las redes sociales y en el número de teléfono (que tenía cambiado)", reconocía otro.

La ira es útil para aceptar la ruptura de relación

La ira, al contrario que la culpa, sí es útil para avanzar hacia la aceptación, según los autores. Es funcional para encontrar los recursos internos para desengancharse y evitar los intentos de comunicación. Aunque si hay una respuesta típica en todos esa es la tristeza.

Cuando por fin llega la aceptación de la ruptura es que la víctima está en la última etapa: primero se produce la desvinculación de la relación pasada y, después, la posibilidad de invertir en relaciones alternativas. Eso sí, en comparación con la gente a la que han dejado a la cara, las víctimas del ghosting y, en menor medida, del orbiting, procedieron a seguir algunas acciones en redes sociales: como el aumento de la configuración de la privacidad, el bloquear a la ex pareja y amigos, o eliminar mensajes de chat.

Con todo lo encontrado, los autores instan a los investigadores a seguir indagando en estas prácticas que cada vez afectan (sobre todo a nivel mental) cada día a más gente.