Óbito

Hilda Siverio: "Gracias por tanta lucha"

Durante años la tinerfeña expuso en las redes sociales su día a día contra una enfermedad que la fue arrinconando

Su optimismo fue un ejemplo mundial

Muere Hilda Siverio, la influencer canaria enferma de cáncer

La influencer  / PI Studio

Jorge Dávila

Adiós a Hilda Siverio

Las redes sociales anunciaron sobre las 20.00 horas de ayer el adiós de Hilda Siverio (Tenerife, 1971). El último capítulo de una luchadora infatigable contra el cáncer desbordó un sinfín de mensajes de solidaridad que constituyen el mejor envoltorio para una mujer que contagiaba sus ganas por seguir peleando en el peor de todos los escenarios posibles. Tanto silencio no era bueno.

El silencio de los últimos días no presagiaba nada bueno. Su legión de seguidores –sumaba más de medio millón en redes sociales– llevaba tiempo esquivando una despedida que llegó de sopetón. Fría pero no por ello esperada. "Otra triste noticia. Hilda Siverio, una luchadora infatigable, un ejemplo de vida ante la adversidad, nos deja hoy". Así fue cómo abrió su escueto mensaje José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, en Facebook sobre las 20:00 horas: Hilda Siverio (Tenerife, 1971) ya no estaba entre nosotros.

Las mismas redes sociales a las que ella se asomaba con una sonrisa de oreja a oreja –Tik Tok, Instagram, #DiariodeHilda– lamentaban el final de una batalla heroica. Una exposición muchas veces discutida, pero que Hilda eligió en libertad para contar su larga batalla contra el cáncer, enfermedad que le diagnosticaron cuando estaba embarazada de su tercer hijo: dos niñas y un niño es el legado de un ser que supo atrapar a miles de corazones. "Abría el Whatssap, buscaba a Hilda y le enviaba unos corazoncitos", abrevia con naturalidad Jessica, también afectada por un cáncer de pecho, antes de encontrar esos gramos de complicidad que Hilda tenía con las personas que saben lo duro que es bregar con un veredicto tan abrumador. "Cuando recibía los suyos (los corazoncitos) respiraba; me tranquilizaba", incide esta aliada.

Seguramente Hilda nunca imaginó que iba a entrar en una espiral tan angustiosa, pero en cuanto los médicos empezaron a hablar de una mutación con un desarrollo de una metástasis ganglionar de "difícil pronóstico", la paciente se armó de valor y contó al mundo lo que sentía. Hablaba, bailaba y, sobre todo, reía. Hilda Siverio apostó por visibilizar un problema que se viralizó por su sencillez. "Sus locuras aliviaban a muchas personas, con y sin cáncer", dice Jessica horas antes de someterse a una de esas sesiones que te dejan "planchada". Su hipnótico optimismo no halló muros infranqueables y ella [y las personas que pelearon a su lado] lo sabía. Tenía claro que su #DiariodeHilda hacía más bien que mal y que todo era poco para mantener el ánimo elevado frente a la adversidad.

Su tenacidad para agarrarse a la vida la convirtió en un icono que, como todos, esconde a esas personas que no paran en su intento de buscar cinco pies a un gato. Y es que en más de una ocasión se difundió por error, o puede que por querer ser el primero en dar una primicia aunque esta fuera funesta, que Hilda ya había muerto. Por eso cada vez que se anunciaba su partida de forma equivocada las suyas aguardaban la réplica tranquilizadora de su hija mayor en la que, más o menos, venía a aclarar que su madre estaba malita pero con vida. Anoche no llegaron esas palabras porque el camino ya estaba recorrido. Tanto silencio acumulado no era una buena señal, pero en medio de ese sigilo se escribía un desenlace atroz, igual de abominable que el que se llevó por delante a la joven Elena Huelva (Sevilla, 2002), la influencer que como Hilda Siverio un día se propuso plantarle cara al cáncer con una sonrisa y sin descanso.

Reacciones sobre esta muerte hay para parar un carro, pero en las últimas horas de ayer contactamos con Carmen Bonfante, presidenta de la Asociación de Cáncer de Mama de Tenerife, para pulsar los latidos provocados por la partida de Hilda Siverio."Es una noticia horrorosa que pone el corazón en un puño a las personas que hemos sufrido esta enfermedad", avanzó sin dejar de lado el mensaje que envió la fallecida durante años. "Eligió el camino de exponer su caso hasta el final y eso genera posicionamientos enfrentados, pero ella siempre se mostró segura de sus actos y logró que un montón de mujeres se contagiarán de su ilusión para seguir adelante». Bonfante, por último, destacó que esta es una batalla en la que se siente mucha soledad porque los avances son lentos, pero "se va otra luchadora que incrementa la angustia de las que esperan una cura: no nos abandonen, necesitamos investigación".

"Nos daba mucha paz"

Las personas que conocieron de cerca el drama de Hilda Siverio lo tienen claro. "Tenía un imán, era un ser que concentraba muy buenas vibraciones a su alrededor" confiesa Jessica sobre una mujer que muchas veces se convertía en el foco de atención de los pacientes que coincidían con ella en un pasillo del hospital. "Nos daba mucha paz y, sobre todo, sabía si necesitabas recibir un abrazo", destaca sobre el buen fondo que destilaba la tinerfeña. Algunos de sus allegados cuentan que las últimas dos semanas han sido "complicadas" pero, a su vez, quieren destacar "todo lo que nos dio" cuando la enfermedad estaba desatada. Sus "benditos disparates" es otra de las facetas que subrayan de forma machacona para defender la valentía con la que Hilda hablaba de lo que le pasaba y cómo iba evolucionando un diagnóstico que anoche confirmó los peores pronósticos. "Gracias por tanta lucha", repiten. | J. D.