Opinión | SOCIEDAD

Rumor

Ojalá nevara porque la nieve es balsámica y hace buenos hasta a los peores espíritus

Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados

Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados / Gabriel Luengas

A veces uno querría quedarse a solas con sus sueños y olvidarse de la vida real, que es como un cúmulo de cosas que sin ser malas no son buenas. Ayer, en una cafetería de cualquier ciudad del norte o centro de España, un hombre relataba lo que estaba sucediendo de la siguiente y peculiar manera. "Ojalá nieve y puede que nieve si la temperatura baja un par de grados. Si nieva, al menos las noticias serán otras y no estaremos todo el día hablando de las mujeres asesinadas y de la ley esa del 'solo sí es sí' que deja fuera a los violadores y que esos de Podemos se empeñan en que es una buena ley". La mujer que estaba a su lado dijo algo así como "sí, todos los días nos levantamos con noticias sobre nuevas muertas", sin dejar claro qué quería decir con esa frase que era como un canto lúgubre, pero sin mensaje.

El día era gris, con lluvia intermitente que quizá fuese nieve en otra ciudad, algo más al centro o al norte de España. Pero no era eso lo importante y por eso la mujer y el hombre ya no hablaron más, como si con esas frases ya lo hubieran dicho todo y de alguna forma así era, porque el hombre al que tanto le molestaba que se hablara de mujeres asesinadas a su vez violadas y agredidas, parecía mucho más enfadado con esa ley de Podemos que saca violadores a la calle. Y todo dicho así, sin respirar, y supongo que sin pensar, solo cegado por su odio hacia Podemos y su falta de respeto y empatía hacia todas esas mujeres brutalmente asesinadas. La mujer, por su parte, se comportó de forma abnegada y sumisa, hablando bajito, calladamente y sin dar su opinión, solo constatando un hecho, el de que cada vez son más los días que amanecemos con otra mujer muerta.

Se tomaron el café sin prisa, mientras la tele en esa cafetería de una ciudad del norte o del centro de España seguía informando sobre la reacción, tardía apuntaba el locutor, de Sánchez con respecto a la ley del 'solo sí es sí'. Pensé que el hombre haría algún comentario, pero no fue así, simplemente pagó los cafés y le dijo a la mujer, que no parecía su mujer, que a ver si en la peluquería hacían algo con ese pelo de estropajo. Ella murmuró por lo bajo, pero no conseguí entenderla y abandonaron la cafetería entre el silencio del resto de los clientes y el sonido en volumen medio del televisor.

Fuera no nevaba y pensé que ojalá nevara porque la nieve es balsámica y hace buenos hasta a los peores espíritus. Al menos eso decía mi yaya en noches blancas donde todos los temores desaparecían entre rumores de lo que sucedía en las otras casas que no eran la nuestra.