LGTBIQ

Cinco años de espera para una cirugía trans: "Conozco gente que ha pedido una hipoteca para costearse la operación"

La escasez de profesionales provoca que, entre el preoperatorio y la intervención, una intervención tarde un lustro | Sanidad aprobó una resolución en noviembre para formar a profesionales de más áreas de salud

Airto y Raquel, dos personas trans en la sede de Lambda en València.

Airto y Raquel, dos personas trans en la sede de Lambda en València. / FERNANDO BUSTAMANTE

Gonzalo Sánchez | @GonzaloGSz

Airto es un joven trans en lista de espera para su mastectomía. Su primera cita con el sexólogo del hospital Doctor Peset fue en diciembre de 2019, y recibió el visto bueno para la operación en mayo de 2021. Desde entonces, espera fecha para su cirugía de reducción de pecho. 

Su caso no es especial, sino uno de tantos. En la lista de espera de Sanidad dice que el 80% de los pacientes son operados en menos de 200 días, pero él lleva ya muchos más.  

Airto Granell es, junto a Raquel Ruiz, coordinador del grupo trans de la asociación Lambda. Ella recibió una de las primeras vaginoplastias de la Comunitat Valenciana, en el año 2017, el mismo año de la aprobación de la ley trans, pero cuando se conoció que la pública daba este servicio, la lista de espera no ha parado de crecer año tras año. 

Sanidad no ha aportado cifras concretas a pesar de ser preguntada por este periódico. Por su parte, Airto y Raquel explican que, de entre todas las personas que acuden a la asociación y por su experiencia, lo normal para una mastectomía son más de tres años de espera, y para operaciones más delicadas y complejas como una vaginoplastia, las personas deben esperar más de cinco años para la intervención.

Es por eso porque, según explican, a la mínima que la persona puede reunir el dinero, prefiere tratarse en una clínica privada. "Como las listas de espera han aumentado ellos han subido los precios; antes una mastectomía costaba 6.000 euros, y ahora esa operación está por 8.000", dice Airto Granell. Las cirugías genitales (vaginoplastias y faloplastias) oscilan entre los 20.000 y 30.000 euros en clínicas privadas. "Conozco gente que ha pedido una hipoteca para costearse la operación", indica Ruiz. 

Lista de espera variable

Las cirugías para personas trans se centralizan en el hospital Doctor Peset de València, al ser el que cuenta con los especialistas en cáncer de mama y también con la Unidad de Género (formada por un sexólogo y un endocrino)que acompaña a las personas trans en su hormonación. 

El proceso es, a grandes rasgos, el siguiente. Primero se pasa por el endorino y sexólogo para recibir hormonas durante, al menos, un año. Una vez las hormonas han hecho efecto con cambios en el cuerpo, la persona puede pedir la cirugía. Pasa entonces al preoperatorio, donde conversa con el cirujano y este le pide todo tipo de pruebas antes de la intervención quirúrgica. Solo después de este paso, se entra en la lista de espera para una cirugía. 

"Hay quien pide hipotecas, porque una cirugía genital se puede ir a los 30.000 euros" Raquel Ruiz - Coordinadora trans de Lambda

«Las cifras de Sanidad están, por así decirlo, falseadas, porque el preoperatorio ya suele ser más de un año, entonces una persona que lleva 200 días en lista de espera en realidad lleva casi dos años», asegura Ruiz. 

La cirugía que espera Airto, por ejemplo, es una disminución de pecho, y la intervención deben hacerla los especialistas en mama del Doctor Peset. Pero el número de días en la lista suele variar mucho por una razón. Como explica Sanidad, se da prioridad absoluta a las mujeres que deben ser operadas por cáncer de mama, y en las horas disponibles después de estas intervenciones, se trata a las personas trans. «Esto es de cajón y lo más normal del mundo, debe ser así», explica Airto. Pero eso hace que la lista de espera sea muy imprevisible sobre todo en aumento de pecho y mastectomía.

Cuando los profesionales del Peset llegan a saturarse también se recurre a otros departamentos como La Ribera o Manises, pero no es lo habitual, tan solo acceden a ellos las personas de ese departamento de salud.  

Escasez de servicios

Para Raquel y Airto este problema es una cuestión de «voluntad». «En el conjunto de operaciones representamos un volumen pequeñísimo. Pensamos que simplemente con crear un servicio de unidad de género, uno solo, especializado, daría para bajar drásticamente las listas de espera, y encima sería un personal especializado y darían muchísimos mejores resultados», explica Ruiz. 

Sanidad es consciente de esta situación y asegura que, desde noviembre, ha implementado un plan para llevar la atención y formar personal en muchos más centros de salud, no solo en sexología y endocrinología, también en determinadas cirugías para no tensar el Peset. La excepción es el caso de la vaginoplastia; «la cirugía genital es más complicada, así que en estos casos es conveniente centrar la actividad en los cirujanos con habilidad adquirida», explican fuentes de Sanidad. 

Es cierto que las listas han ido variando y han crecido desde que el servicio es público y la sociedad se ha vuelto más aperturista con las personas trans, pero antes de 2017 la situación era todavía más complicada. «Antes de la ley trans valenciana aquí no existía ese servicio, tenías que apuntarte para que te derivaran a Madrid o Barcelona, y la lista de espera era de diez años», recuerda Ruiz. 

Hoy en día la realidad es que, aunque el servicio existe en la pública, se demora tanto que la mayoría de las personas acaban por tratarse en la privada. El problema: "Quien puede, lo paga", dice Airto.