LA VIDA CONTIGO
Autoconocimiento sexual
Nos han educado tanto para ser objetos de deseo que a menudo nos olvidamos que el deseo también se despliega en nosotros como sujetos
El autoconocimiento sexual va mucho más allá de saber cómo son tus genitales. Implica conocerlos bien y saber qué cosas puedes hacer para potenciar tu placer sexual.
Precisamente, de todo esto hablábamos con mi compañera Sílvia Catalán en un curso que hicimos juntas (un curso que hicimos para Diversual y que es gratuito, ¡no te lo pierdas!). Déjame reflexionar un poco sobre qué es el autoconocimiento sexual y qué no lo es. Evidentemente, la base radica en saber qué tenemos entre las piernas pero también en cómo funciona. También implica conocer los rincones de nuestro cerebro erótico ya que esto nos ayudará a potenciar el deseo, la excitación y el placer. Y si tuviera que decirte qué no es el autoconocimiento sexual posiblemente te diría que no tiene nada que ver con el modelo de sexualidad que hemos aprendido: con la penetración y las posturas sexuales que parece que tanta obsesión tiene alguien por conseguir.
Ampliamos un poco todo esto y déjame empezar por el final. Un buen autoconocimiento sexual no es:
• Pensar siempre en poder tener relaciones sexuales
• Pensar únicamente en el sexo como penetración
• Conseguir hacer todas las posturas sexuales que nos han dicho
Estas tres cosas denotan una concepción limitada y pobre de la sexualidad y a mí me hace pensar que la persona que cree que para saber hacer estas cosas tiene un grado elevado de autoconocimiento y de pericia es que no ve mucho más allá del modelo de sexualidad machista que nos han enseñado. Es decir, que el autoconocimiento sexual es aquel que permite romper mitos y falsas creencias sobre sexualidad.
El autoconocimiento sexual sí que es:
• Conocimiento único de tu placer genital. El autoconocimiento de verdad es el que te permite saber cómo funcionan tus genitales, de verdad, más allá de cómo nos han dicho que tienen que funcionar y de cómo tienen que generar placer y se tienen que estimular. Cada persona es única, por tanto, lo que le va bien a una quizás a la otra no le proporciona placer.
• Conocimiento único del placer corporal. Esto quiere decir que conocer bien tu sexualidad implica que amplíes tu mapa erótico y tomes conciencia de las otras partes de tu cuerpo que también generan sensaciones placenteras. Y no solo las zonas erógenas clásicas, sino las tuyas propias.
• Conocimiento único de lo que te despierta el deseo. ¿Qué hace que tu cerebro erótico se conecte? ¿Unas palabras? ¿Un olor? ¿Un recuerdo? Lo que a ti te despierta deseo, a otra persona le puede dejar fría. Por lo tanto, es importante saber qué hace que te pongas en situación sexual (al menos mentalmente).
• Conocimiento único de lo que te apetece hacer. Porque quizás hay cosas que te despiertan deseo, pero que no las harías nunca. En cambio, hay otras cosas que te apetece hacer y te encantan (y no tiene porqué ser lo mismo que le gusta a tu vecina). ¿A ti qué te gusta hacer, sexualmente hablando?
• Conocimiento único de tus genitales. Antes he dicho que el autoconocimiento sexual no es solo saber cómo son los genitales, pero saberlo forma parte de este autoconocimiento. Y lo remarco, sobre todo, en el caso de los genitales femeninos de las personas que han sido criadas para ser mujeres. Los genitales femeninos, a menudo, quedan escondidos; hay una parte importante que es interna y no se tienen al alcance con tanta facilidad como los penes y los testículos. Esto hace que muchas mujeres, sobre todo, no sepan qué tienen entre las piernas y no se miren mucho los genitales. Por lo tanto, la propuesta que hago desde aquí es que cojas un espejo y te mires los genitales (sobre todo si tienes una vulva). Y que hagas este ejercicio a menudo y no solo cuando necesites mirar porque te hace daño algo en la zona genital, haz una mirada agradable de autoconocimiento.
Ahora que has leído estos cinco puntos quizás pensarás: ¿y cómo es que pone “conocimiento único de” en cada punto? Te respondo encantada: pues porque nos han explicado que todo el mundo funciona igual y esto es una gran mentira. Cada persona debe conocer su cuerpo único y su funcionamiento único. Por eso me he repetido tanto diciendo que lo que necesitamos es este conocimiento único.
Déjame hablar del sesgo de género: si estás leyendo esto y te han educado y socializado como mujer te propondré que explores estos cinco puntos de autoconocimiento con intensidad y desde la curiosidad y no la culpa. Nos han educado tanto para ser objetos de deseo que a menudo nos olvidamos que el deseo también se despliega en nosotros como sujetos.
Si estás leyendo esto y te han educado y socializado para ser un hombre te propondré que amplíes el abanico de posibilidades y que te plantees la sexualidad como algo que abarca todo el cuerpo y no solo los genitales. Quizás no es tu caso, pero tantos hombres han priorizado su pene para lograr el placer sexual que se han olvidado de que su cerebro es quien permite incrementar las sensaciones sexuales y que el resto de piel también juega un papel muy importante.
Deseo que cada día vayas aprendiendo más y más sobre tu sexualidad.
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