LA VIDA CONTIGO

¿Están las chicas de la Gen Z haciendo saltar por los aires la heterosexualidad?

El 50% de las alumnas de secundaria de Barcelona se reconocen como bisexuales o lesbianas, según una encuesta

La conquista de espacios impulsada por el feminismo y la percepción que tienen de poder relacionarse sin miedo al abuso ni al embarazo son dos razones que explican este giro

Dos personas con una bandera durante una manifestación por el Orgullo LGTBI.

Dos personas con una bandera durante una manifestación por el Orgullo LGTBI.

María G. San Narciso

María G. San Narciso

De pequeña, Cèlia no entendía por qué cuando jugaban a la botella siempre tenía que ser un chico el que besase a una chica y viceversa. Ahora, con 21 años, se reconoce entre bisexual y lesbiana. Ella es un ejemplo de cómo la llamada generación Z, aquellas personas nacidas entre 1994 y 2010, se posicionan cada vez más fuera de la norma cishetero

El último informe sobre salud sexual y reproductiva elaborado por la Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) mostraba cómo el porcentaje de estudiantes de secundaria bisexuales ha crecido con respecto a las cifras de hace cinco años. Titulado 'Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria' (FRESC), indica que el porcentaje de mujeres jóvenes que siente atracción solo por el otro sexo ha pasado del 69,4% en 2016 al 48,5% en 2021. Esto hizo bajar hasta 20 puntos el porcentaje de chicas que se sienten atraídas exclusivamente por personas del otro sexo.

El porcentaje de mujeres jóvenes que siente atracción solo por el otro sexo ha pasado del 69,4% en 2016 al 48,5% en 2021

También el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que preguntó por la orientación sexual desveló que el 82,7% de los jóvenes entre 18 y 24 años se reconocían como heterosexuales, 11 puntos menos que la media de la población que contestó a la encuesta. 

Y si en 2000 el 98% de los jóvenes entre 15 y 29 años solo habían mantenido relaciones heterosexuales antes de ser encuestados por el Instituto de la Juventud, en 2010 un 90,6% de las mujeres y un 95,5% de los hombres se declaraban heterosexuales. En 2021, ese porcentaje bajó a un 75% entre ellas; un 80% en ellos. 

Primeras experiencias

Cada vez más chicas inician su vida sexual con otras chicas, a veces amigas. Elena Longares, coordinadora del programa 'Cruïlles. Atenció a adolescents LGTBI+' del Centre Jove d’Atenció a les Sexualitats, explica que las realidades de hombres y mujeres son muy diferentes, sobre todo en la adolescencia. 

"Puede que nosotras tengamos más iniciativa por conocernos a nosotras mismas y por trabajar nuestra sexualidad. Los espacios de amigas son de seguridad, donde puedes compartir sentimientos. Eso te ayuda a hacer un proceso o a experimentar tu propia sexualidad", explica la coordinadora.

"Hay chavalas que reconocen que ahí no existe el miedo al abuso", explica la sexóloga Silvia Quílez

La sexóloga y terapeuta menstrual Silvia Quílez diferencia entre la orientación, que es la dirección a la que llevamos el propio deseo, con las actuaciones o comportamientos. "La orientación y la conducta no tienen por qué coincidir. Puedes ser heterosexual y comenzar este tipo experiencias con otras mujeres por curiosidad. Porque te sientes en un espacio seguro dentro del círculo de amistades. Hay chavalas que también reconocen que ahí no existe ese miedo al abuso; a que te obliguen a hacer algo que no quieras y que no sabes decir que no. Ni al embarazo", añade. 

Si el deseo o la orientación está presente desde la infancia, es en la adolescencia cuando se verifica. "Es una etapa de investigar, de conocerte y de probar", afirma la sexóloga.

Elena Longares señala que están viendo cómo las nuevas generaciones rompen con el binarismo y el sexismo más estructural. Algo que también tiene que ver con la construcción del feminismo. Y con el "trabajo incansable hecho desde la sociedad civil en los últimos 40 años". "Han conseguido derechos, una conquista de espacios y un cambio de mentalidad y de visibilidad que hace posible esta legitimidad a la hora de generar cultura que ayude a las personas LGTBI más jóvenes a poderse identificar y a reconocer", afirma. 

La bisexualidad vista con 'V' de vicio

Natalia, de Barcelona, tiene 19 años y a día de hoy aún no ha hablado con su padre sobre su bisexualidad, explica que su madre no lo entendió del todo. "Para ella sería más fácil comprender que fuera lesbiana que bisexual", medita.

Y no solo en generaciones anteriores a la suya. En general, que una chica esté con otro tiende "a sexualizarse mucho". "Sé que si salgo a una disco una noche y me lío con una chica voy a tener a varios chavales mirándonos o preguntándonos si queremos un trío. Es como si nos besáramos para satisfacer su placer", afirma. 

"La primera vez que me lié con una chica fue en las fiestas de Gràcia, en Barcelona. Tenía a mi lado a tres hombres y uno se masturbó al lado. Sí que hay una sexualización más fuerte en las chicas", cuenta también Cèlia.

"El colectivo lésbico es un colectivo mucho más empoderado", subraya Cèlia, de 21 años

"A menudo, en tono de broma, se invisibiliza esa opción o se ve como no legítima, como si no tuviéramos las cosas claras. El colectivo lésbico es un colectivo mucho más empoderado. Yo si pudiera elegir preferiría ser lesbiana que bisexual. No me defino y no sé si es porque he interiorizado la bifobia o porque simplemente soy lesbiana y me cuesta desprenderme del deseo que el sistema heterosexual hegemónico nos ha impuesto", añade la catalana. 

Ellas creen que todavía se asocia la bisexualidad con el vicio. Y aún escuchan la famosa pregunta de: "¿En qué porcentaje te gustan los chicos y las chicas?".

El ámbito educativo

Para abordar estos temas, Quílez imparte talleres de educación sexual en colegios e institutos. Y en ambos ve diferencias. Entre los pequeños de cuarto a sexto de Primaria nota "un mayor respeto por que cada persona pueda ser como quiera y le guste quien le guste", aunque la mayoría no conozcan etiquetas como la bisexualidad, la pansexualidad o la asexualidad. 

En los institutos el tema cambia un poco. Para empezar, y aunque cada vez sean más los centros que solicitan o aceptan charlas de educación sexual, Quílez explica que aún es imposible que se dé en todos con normalidad.

"Hay niños que cuando se quejan al profesor de que le pegan por ser gay responden un 'no lo digas'", dicen de la federación

"Seguimos viendo institutos cerrados a aceptar charlas de educación sexual. En alguna parte hay miedo a que las familias nos echen en cara lo que vayamos a enseñar. En otras, puede ser el propio miedo del profesorado a que se abra la caja de pandora y se acelere el personal. Otras veces alegan el tema económico, aunque eso en realidad no debería ser un problema, ya que muchas veces hay subvenciones y ni por esas", señala. 

El problema es que muchos profesores no están formados. Nerea Carbajo González, de 26 años, forma parte en Madrid del Grupo Joven de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+). Es monitora de 'scout' y ya van varios niños que le dicen que en el colegio les pegan por decir que eran gais. La respuesta que recibieron por parte de los profesores fue un "no lo digas". "Hay centros que lo llevan bien y otros muy mal", explica. 

Seguridad por grupos

Ya en las aulas, Longares explica que se encuentra diversidad. En sus charlas da pie a que se expresen con una mezcla de teoría y dinámicas. Y hay adolescentes que cuentan su experiencia o hablan de casos que conocen porque ven en las redes, en la ficción o en los libros. Aunque en cada una de las clases, sigue teniendo a varios adolescentes "bastante cerrados de mente"

"Si en las clases son de unos 20 a 25 jóvenes, entre dos y cinco te van a decir que no es normal. Muchos muestran en su discurso ese trasfondo de lo que se piensa en su casa", señala. Un discurso homofóbico que "han vivido y han mamado". También están los que consideran que la no heterosexualidad "es la moda". Algo que te "hace guay" como hace años te hacía estar marginado.

Muchos jóvenes de 20 a 15 años muestran un discurso homofóbico que "han vivido y han mamado" en casa

Natalia está segura de que eso de contar que tu orientación sexual se sale de lo heteronormativo es más fácil o difícil dependiendo de los círculos en los que se mueven. "En mi universidad es mucho más fácil. Ya somos maduros y nos da igual lo que cada persona haga con su vida. Pero yo iba a un colegio en Sarrià donde la gente era más cerrada. No se hubiera concebido tan fácil", asegura.

También en el mundo laboral cuesta hablar del tema, según Carbajo. Por algo, aunque cada vez más chicas se reconozcan como lesbianas o bisexuales, hay quienes critican un beso lésbico en la película animada 'Lightyear' que dura menos de tres segundos.