SALUD MENTAL

Las autolesiones en adolescentes se disparan: hasta el 45% admite haberse cortado alguna vez

Los especialistas en salud mental detectan un 'boom' de casos a partir de 2º de la ESO y apuntan a que ser chica "es un factor de riesgo"

La pandemia sigue golpeando a los más jóvenes: el 9% tiene pensamientos suicidas

Agencia ATLAS | Foto: David Castro

Olga Pereda

Lo puedes ver tú, en casa. O recibir un email de la dirección escolar advirtiendo a las familias del aumento de casos entre el alumnado. O que suene tu teléfono y sea el tutor de tu hijo o hija para explicarte que le han visto haciéndose cortes en los brazos. Las autolesiones entre adolescentes y jóvenes -hacerse daño de manera intencionada- están creciendo de manera alarmante, según han constatado los especialistas en salud mental y la comunidad educativa, que ya hablan de un problema de salud pública. Ser chica, además, es un claro factor de riesgo.

¿Por qué tu hija se hace cortes? ¿Tiene un trastorno severo de salud mental? ¿Es posible ayudarle? Las dos primeras preguntas son muy complejas. La tercera es más fácil y su respuesta es simple: sí. Hay terapias psicológicas respaldadas por la evidencia científica para tratar a estos jóvenes. Vamos ahora a explicar las dos primeras preguntas.

Diagnóstico

El manual estadístico y descriptivo más utilizado internacionalmente para ordenar diagnósticos, el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría) ha incluido recientemente la categoría de trastorno por autolesión.

En la década de los 80, las autolesiones tenían una prevalencia entre la población juvenil del 2% y casi siempre estaban asociadas a trastornos mentales graves. “Los estudios europeos indican que, en la actualidad, entre el 20% y el 45% de los adolescentes se han autolesionado alguna vez en la vida”, explica Jordi Royo, director clínico de la red de centros Amalgama 7. La prevalencia de las autolesiones es alta en la población en general, pero estadísticamente hay algunos factores de riesgo.

El doctor en Psicología Daniel Vega Moreno, psicólogo sanitario del Hospital Universitari d'Igualada y coordinador del Grupo de Estudio y Tratamiento de la Autolesión (Greta), explica que son tres. Además de pertenecer al sexo femenino, también influye el disponer de unas pobres estrategias de regulación emocional y percibir un escaso apoyo y atención por parte de familiares y amigos.

"Al hacerse un corte y sentir dolor físico, el joven pretende olvidarse de un malestar emocional que no sabe afrontar"

Jordi Roy

— Director clínico de Amalgama 7

Otra diferencia con el pasado es que las autolesiones no están vinculadas con problemas severos de salud mental. Más bien, son la expresión de un malestar emocional, una experiencia desagradable que el chaval o chavala es incapaz de gestionar, asumir y aceptar. “Al hacerse un corte y sentir dolor físico, el joven se ‘olvida’ del dolor emocional que le atormenta”, continúa Royo.

Las autolesiones más comunes son los cortes en los brazos. Sufrir heridas en las manos tras golpear, por ejemplo, una pared está también considerado como una autolesión, pero su gravedad es menor. Por el contrario, arrancarse el pelo no está catalogado como tal sino que, más bien, responde a un acto compulsivo, explica el coordinador de Greta, institución nacida en 2016 gracias al impulso de varios profesionales de la salud que se unieron para dar información científica y rigurosa sobre esta práctica, así como contribuir a su prevención.

No es un intento de suicidio

Que tu hija se autolesione no significa que esté coqueteando con la idea de suicidarse. Son fenómenos distintos porque la persona que se practica cortes no está intentando quitarse la vida. De hecho, el nombre técnico de las autolesiones es ANS (Autolesiones No Suicidas). La persona que se autolesiona “es muy probable” que esté sufriendo, así que el papel de los padres y las madres es básico. “No hay que lanzar juicios fáciles. Hay que hablar con él o ella y trasladarle un claro mensaje: no estás solo, nosotros estamos contigo y te vamos a ayudar”, asegura Vega Moreno.

"Es importante que los padres no lancen juicios fáciles. Hay que hablar con los hijos y trasladarles el mensaje de que no están solos y les van a ayudar"

Daniel Vega Moreno

— Doctor en Psicología y psicólogo sanitario

No es lo mismo autolesionarse una vez -para experimentar o por efecto puntual de imitación- a hacerlo de manera recurrente (por ejemplo, cinco veces en el último año). Hay estudios que confirman que el 30% de los universitarios admiten que se han autolesionado alguna vez en la vida.

Las autolesiones están normalizadas. Hace décadas, era raro saber de algún joven que se hacía cortes. Ahora sucede lo contrario. Lo normal, en tu grupo de amistades, es conocer a alguien que lo hace”, subraya el coordinador de Greta.

En los institutos

La comunidad educativa se muestra completamente de acuerdo con los expertos en salud mental. No hay estadísticas oficiales, pero es evidente que los cortes entre los estudiantes han aumentado considerablemente. Especialmente en chicas y a partir de 2º de la ESO (en bachillerato, mientras, la prevalencia es menor). “No son casos aislados”, aseguran la psicóloga Eva Peraire y la pedagoga Toya García. Ambas trabajan como orientadoras en el instituto Montgròs (Barcelona) y alertan del enorme efecto contagio, con las redes sociales como grandes protagonistas. “Algunos vienen a clase con manga corta para mostrar sus heridas. Se informan entre ellos”, aseguran.

Los expertos alertan de que si los cortes son severos y recurrentes, los padres deben recurrir a la ayuda profesional

El efecto imitación preocupa -y mucho- a los docentes. Está demostrado que si en un instituto se produce un caso, en la hora siguiente pueden darse hasta 10 más. Las orientadoras destacan que los chavales que se autolesionan pueden que estén lanzando una llamada de atención. En otros casos, lo hacen porque están sufriendo debido a que tienen problemas en su casa o con su familia. Y otros son, sencillamente, incapaces de gestionar asuntos desagradables y típicos de la adolescencia: hacerse mayor, los cambios, la importancia del grupo de amigos… Otro problema añadido de estos estudiantes es que la actividad académica "pasa a un segundo plano", advierten las orientadoras.

Efecto contagio

Además del efecto contagio y del sufrimiento emocional de muchos adolescentes, el director clínico de Amalgama 7 recuerda que el futuro incierto y la terrible situación social actual -paro, pandemia, imposibilidad de independizarse, emergencia climática…- no ayuda precisamente a ver luz al final del túnel.

Tampoco contribuye a su bienestar la dictadura de la 'happycracia' y el postureo de las redes sociales. Especialmente entre las chicas. En un estudio propio de Instagram, el 32% de las jóvenes admitía que cuando se sienten mal con su cuerpo, la red les hace sentirse todavía peor. “Vivimos en una sociedad en la que tienes que ser guapo, rico, famoso y feliz. Si no, eres un fracasado. Sufrimos un imperialismo de valores materiales. No hablo de religión. Hablo de amor, empatía, cultura e inquietudes intelectuales, que ahora son valores denostados”, concluye Royo.

Vega Moreno recuerda el papel fundamental de padres y madres e insiste en que pedir ayuda profesional a un psicólogo es imprescindible si se dan tres características: la autolesión es severa, recurrente y cumple la función de regular una emoción.