Opinión | SOCIEDAD

Las vueltas del destino

Las peripecias de la Marquesa de Griñón aligeran una semana que empezó con una noticia inquietante

Tamara Falcó en 'El Hormiguero' tras la polémica.

Tamara Falcó en 'El Hormiguero' tras la polémica.

Esta semana arrancó tristemente con la victoria de Giorgia Meloni en las elecciones italianas y, con la de ella, la del fascismo, el neofascismo o la ultraderecha populista. Pueden llamarlo como quieran, que todo es lo mismo. Afortunadamente, la atención, que evita mantenerse mucho tiempo centrada en cuestiones que le generan temor e incertidumbre, se desplazó en pocas horas hacia asuntos más banales, como para darse un respiro. El martes ya estaba medio país al tanto del último revés sentimental de un personaje mucho más intrascendental, bien distraído de los avances de la presidenta de los Hermanos de Italia, tan lejana, y entretenido con las andanzas de la marquesa de Griñón, la ilustrísima señora Tamara Falcó.

Un día nos llevábamos las manos a la cabeza lamentándonos por el avance del extremismo en Europa y al día siguiente nos escandalizábamos por la vergüenza pública a la que la Marquesa había sido expuesta por quien iba a ser su futuro marido. Ese es al fin y al cabo el signo de los tiempos, pasar de un asunto a otro sin detenerse; preocuparse y desentenderse; devorar contenidos y emociones a ritmo acelerado, sin conmoverse pero sin olvidar hacer grandes aspavientos.

Dicen que, con lo sucedido en Italia, no hay razones para alarmarse, que al elegir a Meloni lo único que han hecho los italianos es confirmar su inclinación por el histrionismo en política. Qué mejor ejemplo de ello que el presidente Berlusconi, que tanto espectáculo ha dado a los italianos y al resto del mundo, o la irrupción en la escena política del cómico Beppe Grillo, líder del Movimiento 5 Estrellas. No es un gran consuelo, de todos modos.

De cuanto se ha dicho y se ha visto de Giorgia Meloni hasta ahora, aparte de sus declaraciones en defensa de Mussolini disculpadas como un pecadillo de juventud, lo más impresionante es verla desgañitarse ante una multitud en un acto de autoafirmación personal: "¡Soy Giorgia, soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana!".

La ultraderechista Giorgia Meloni se alza como la gran triunfadora de las elecciones en Italia

Agencia ATLAS

Con mensajes como ese, Giorgia Meloni se ha ganado la voluntad de gran parte de sus conciudadanos. Con el mismo tipo de mensajes, Tamara Falcó se ha ganado la simpatía del público y ha levantado un negocio que empieza y acaba en ella misma.

La Marquesa ha contado que despidió a su novio, invalidado por una infidelidad que a ella lo mismo le da que durara "seis segundos o un nanosegundo en el metaverso". Su frase ha sido un éxito, y eso que Tamara Falcó ha confesado que no entiende muy bien que es eso del metaverso. Se ha hecho viral y la Guardia Civil se la ha apropiado, para hacer campaña en sus redes sociales contra el uso del móvil al volante. Paradojas del destino, porque uno de los episodios más sonados de la Marquesa fue aquel en el que estampó su flamante utilitario contra el escaparate del Starbucks Cafe de la calle Fuencarral.

Algo parecido ha sucedido con la proclama maternal y patriótica de Giorgi Meloni, tan exagerada que ha acabado convertida en una parodia. Un par de dj’s quisieron ridiculizarla poniéndole música y haciendo un remix discotequero, que ha resultado un hit y no cesa de escucharse y bailarse en las discotecas italianas.