MASCOTAS

¿Qué es mejor, un perro mestizo o de raza?

La raza suele ser un factor decisivo a la hora de escoger un perro como mascota, pero la realidad es que no influye prácticamente en su comportamiento

Una niña pasea con su perro.

Una niña pasea con su perro. / José Luis Roca

EPE

Tener un perro como mascota puede ser una gran alegría, pero también una responsabilidad importante. Se trata de garantizar el bienestar y el cuidado de un ser vivo durante muchos años, lo que no es un tema menor. La determinación de adoptar o adquirir (aunque siempre es más recomendable adoptar y así ayudar a que no se queden en la calle) no debería responder a un capricho, sino ser una decisión bien meditada.

En este proceso, una de las dudas habituales que suelen surgir es si decantarse por un perro de alguna raza en concreto o por un mestizo, los conocidos informalmente como 'chuchos'. Cuando se trata de una adopción, las opciones para escoger son menores, ya que depende de los perros que se encuentren en esa situación en el momento de acogerlos. En cambio, si el perro es comprado, sí que es más fácil poder elegir según el pedigrí.

Existen unas 300 razas de perros reconocidas, una manera tradicional de agruparlos por características semejantes en cuanto a aspecto y/o comportamiento por la selección en el cruce de sus antepasados. Por su parte, los perros mestizos o cruzados son aquellos que proceden de la mezcla de dos o más de estas razas.

Esta diferencia tiende a marcar la diferencia a la hora de optar por una u otra opción. Y es que casi todos tenemos una serie de ideas y prejuicios asociados a las distintas razas de perro. Sin embargo, la realidad es que la raza apenas es determinante para aventurar la agresividad u otros rasgos del comportamiento de los perros, según ha demostrado un estudio reciente realizado por profesores, estudiantes e investigadores de la Facultad de Medicina Chan de la Universidad de Massachusetts.

Los principales hallazgos van en contra de la creencia popular de que la raza juega un papel determinante para saber cómo de agresivo, obediente o afectuoso puede ser un perro. Estos factores, según los investigadores, son propios de los perros como especie y sus variaciones dependen casi por completo de la educación y el trato recibidos por cada perro en concreto.

Por tanto, no se trata de una cuestión que determine los cuidados y gastos que debemos valorar, más allá de algunos rasgos específicos, como sí lo pueden ser el tamaño, la edad, el carácter o incluso su tipo de pelo. En la mayoría de casos, decantarse por una raza en particular responde más a una cuestión de gusto personal o de imagen, ya que son mascotas que, a diferencia de gatos u otros animales, forman parte de la vida social de sus dueños, pues salen a la calle y les acompañan en muchas otras ocasiones.

Eso sí, cabe tener en cuenta un aspecto relativo a la raza de los perros: su tamaño. Cuanto mayor sea el perro, necesitará más espacio para vivir, moverse y quemar energía. Por lo tanto, sí resulta conveniente tener esto en consideración a la hora de incorporar uno a la familia.