ASTRONOMÍA

Así se ha ensamblado un telescopio del tamaño de la Tierra para fotografiar agujeros negros

La histórica imagen de Sagitario A* ha sido posible gracias al trabajo conjunto de ocho radiotelescopios situados en distintos puntos del planeta

En España, una antena de 30 metros situada en Pico Veleta, en Sierra Nevada, ha sido clave para captar esta imagen

Radiotelescopio de Pico Veleta, en Granada.

Radiotelescopio de Pico Veleta, en Granada. / IRAM

Vlentina Raffio

Fotografiar el cosmos no es una tarea fácil. Ya sea por las distancias astronómicas, la magnitud de los objetos celestes o simplemente por la compleja estructura de un universo en expansión. Justo por esto, por la dificultad intrínseca que supone captar imágenes extraterrestres, la primera 'fotografía' del agujero negro que reside en nuestra galaxia resulta aún más sorprendente. Si al mirar la estampa se pregunta usted, con mirada intrigada, cómo se ha conseguido esta espectacular imagen puede que la explicación le fascine tanto, o más, que la fotografía en sí.

Tanto la primera fotografía de un agujero negro jamás capturada, publicada en el año 2019, como el retrato de Sagitario A* en el centro de la Vía Láctea han sido posibles gracias al trabajo conjunto de un consorcio internacional de científicos. Ambas estampas son, de hecho, obra del Telescopio Horizonte de Sucesos (EHT, en sus siglas en inglés); una red global de ocho instrumentos científicos de altísima precisión que, trabajando de manera sincronizada, han conseguido emular la potencia de un "gigantesco telescopio virtual" del tamaño de nuestro planeta.

Para lograrlo, que se dice pronto, estos ocho instrumentos científicos de alta precisión tuvieron que sincronizar sus antenas mediante relojes atómicos, apuntar en el mismo instante hacia el centro de la galaxia y observar (o mejor dicho, recopilar datos) sobre estos puntos del universo donde la fuerza gravitatoria es tan y tan fuerte que nada, ni siquiera la luz, puede escapar. Esta compleja operación se repitió durante varios días a lo largo del julio de 2017. Y de ahí se recopilaron las miles de observaciones que han hecho posible estas imágenes.

Una de las piezas claves de esta red global de telescopios ha sido la antena de 30 metros situada en Pico Veleta, en el corazón de Sierra Nevada, en Granada, donde se ubica el Instituto de Radioastronomía Milimétrica (IRAM). También destaca el trabajo de análisis realizado desde Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), centro asociado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, de la mano de un equipo de científicos españoles.

Hito histórico

Según explica el equipo científico responsable de estas fotografías espaciales, hace unas décadas era totalmente inimaginable poder capturar la luz (o mejor dicho la sombra) de un agujero negro. Más si tenemos en cuenta que para alcanzar el más cercano a nosotros, Sagitario A*, haría falta viajar 26.000 años a la velocidad de la luz hasta alcanzar el centro de nuestra galaxia y poner el foco sobre un objeto astronómico que mide unos 44 kilómetros de diámetro y cuya masa equivalente a cuatro millones de veces la de nuestro Sol.

"Ha sido como sacarle una foto a un niño corriendo de noche"

José Luis Gómez

— Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC)

Para fotografiar este 'monstruo gravitatorio', término acuñado por los científicos más ocurrentes, no solo ha hecho falta sincronizar los grandes radiotelescopios del mundo. También se han tenido que calibrar más de 10.000 millones de observaciones captadas por el 'telescopio virtual' del tamaño de la Tierra, analizar durante años los datos recopilados y coordinar, una vez más, las mentes pensantes de cientos de expertos de todo el mundo.

La primera imagen del agujero negro en el centro de la Vía Láctea, explican los expertos, ha sido especialmente complicada porque, además de todo lo anterior, las observaciones de este agujero negro demuestran que es mucho más convulso que su predecesor fotografiado en 2019. La nube de gas que envuelve a Sagitario A* orbita a una velocidad tan y tan grande que en apenas un día la silueta de este objeto podía cambiar completamente. Para que nos entendamos, fotografiar este agujero negro fue "como sacarle una foto a un niño corriendo de noche", ha explicado José Luis Gómez, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC).

"Puede que esta imagen no resulte tan revolucionaria como la de hace unos años, porque ya habíamos visto la primera fotografía de un agujero negro. Aun así, lograrla supone un hito técnico sin precedentes", Mar Mezcua, investigadora del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC, ICE-CSIC) y experta independiente al recién publicado hallazgo. "Obtener esta imagen del centro de nuestra galaxia es técnicamente muy complicado por la cantidad de polvo y materia espacial que hay entre nosotros y Sagitario A*. Y por si eso no fuera suficiente, saber cómo es el centro de la Vía Láctea resulta fascinante", comenta, entusiasmada, la experta.