CONFLICTO

Del show a la propaganda: la guerra Rusia-Ucrania también se libra en TikTok

La plataforma de vídeos (en la que el soldado ucraniano Alex Hook se ha vuelto viral) se ha erigido en una herramienta clave del conflicto

Sus usos basculan entre la mera comunicación, la banalización del desastre y el arma de guerra

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Ignasi Fortuny

Antes del inicio de la guerra en Ucrania, nadie conocía, evidentemente, a Alex Hook, uno de los soldados del país invadido por la Rusia de Putin. Este anónimo militar tiene ahora cuatro millones de seguidores en TikTok pendientes de, hablando en plata, si sigue con vida. Su perfil se popularizó en la red social por la historia que esconde: graba –a menudo con sus compañeros– vídeos en los que se le puede ver bailando o haciendo monerías para que su hija vea que está bien. Como Hook, otros soldados muestran el día a día de la guerra a través de la plataforma. Imágenes grabadas y difundidas en primera persona y desde primera línea de fuego. Y si lo hacen los soldados, lo mismo ocurre con los civiles.

En TikTok, los vídeos que incluyen el 'hashtag' #rusiavsucrania (hay muchos otros que reúnen imágenes sobre el conflicto) llevan 239 millones de visualizaciones. "Las redes sociales han reaccionado del mismo modo que con todos los acontecimientos mundiales y noticiables: con mucho contenido. Con cierto humor, ironía y 'shitposting' [publicaciones de contenido pobre, burlón]", expone Janira Planes, experta en redes sociales. Y apunta: "También cuentas gubernamentales, como las de Ucrania, han buscado la máxima viralidad para dos cosas: ganar el relato 'online', y poder recibir donaciones".  

El escritor y crítico cultural Jorge Carrión calificaba esta semana en un artículo en el Washington Post el actual conflicto como "la primera guerra mundial digital". Se entiende, claro, el uso de las redes sociales como uno de los muchos motivos para afirmarlo, aunque no es la primera guerra en la que están presentes (por ejemplo, en las revueltas árabes de 2011). "Se han convertido en espacios centrales de la vida contemporánea. También en contextos bélicos", explica el autor de 'Lo viral'.

"En estos años, TikTok se ha vuelto poderoso, de modo que es normal que esté afectando a la representación de la guerra", añade Carrión. Esta afirmación enlaza con las constantes imágenes que se pueden ver en la red y que, en algunos casos, romantizan y banalizan el conflicto. "Las redes al final premian el contenido polarizante. Su negocio es, literalmente, tener cuantos más ojos enganchados a su plataforma, mejor", explica Janira Planes.  

"Las redes premian el contenido polarizante. Su negocio es tener cuantos más ojos enganchados a su plataforma, mejor"

Janira Planes

Imágenes "pornográficas"

Uno de los ejemplos más estridentes lo ha protagonizado una 'influencer' ucraniana: se coló en un tanque aparentemente abandonado para grabar un vídeo en el que contaba cómo poner en marcha el vehículo de guerra. Lluvia de 'likes' y visualizaciones (11 millones) para ella. Entre los más de 13.000 comentarios que tiene el vídeo, uno lo resume así: "TikTok en tiempos de guerra es un lugar muy salvaje".

En las redes sociales, estas situaciones son vistas como una oportunidad para hacer crecer tu marca personal. "TikTok, sobre todo, nos ha enseñado que la clave es la autenticidad de los momentos más mundanos", cuenta Planes, directora de comunicación de la plataforma Wuolah. También –comparte la experta– dice mucho sobre la manera en la que entendemos el ocio. Un solo vídeo puede servir para entretener, comunicar y generar opinión.

Planes ha acuñado un término afilado para lo vivido estos días en la plataforma: ConflicTok. "Lo que yo he visto son sobre todo chicas que la han utilizado como vía de escape. Seguramente es menos traumático, al menos a corto plazo, vivir el conflicto explicándolo con sonidos graciosos y recibiendo centenares de mensajes de ánimo", explica Planes. 

Para Julio Pérez Manzanares, profesor de la Facultad de Comunicación y Arte de la Universidad Nebrija y autor de ensayos sobre cultura visual, la escena de la 'influencer' en el tanque es un claro ejemplo de lo que él llama "sociedad pospornográfica". Porque esa manera de tratar y banalizar una situación horrible hace que se nos olvidemos del trasfondo real.

"Las redes han logrado el sueño pornográfico por antonomasia, y es que no seamos capaces de distinguir entre nuestras fantasías y la realidad"

Jesús A. Núñez Villaverde

Gracias a las redes se ha logrado el sueño pornográfico por antonomasia, y es que no seamos capaces de distinguir entre nuestras fantasías y la realidad. Por eso han sido el caldo de cultivo perfecto para fórmulas de lenguaje pospornográfico como la posverdad, la comunicación emocional o la apariencia de relación y conexión en un mundo cada vez más cerrado sobre sí mismo, más predictivo y más limitado a los me gusta y a la respuesta instantánea que busca reacciones y viralizaciones, y no reflexiones", expone el autor de 'Pospornografía: estética y comunicación en la era viral'. 

Nuevos retos

Una guerra en el primer mundo en 2022 plantea retos desconocidos hasta ahora por varios frentes. Condiciona indudablemente el uso extendido de las redes sociales. Por ejemplo, desde la propia estrategia militar. Jesús A. Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), explica que los ejércitos tratan de establecer reglas en este sentido, incluso prohibiendo a los miembros de sus fuerzas armadas que difundan noticias, imágenes, etcétera.

"La complejidad que ya tenía cualquier conflicto violento aumenta en la medida que el ciberespacio empieza a tener un peso significativo"

Jesús A. Núñez Villaverde

"La complejidad que ya tenía cualquier conflicto violento aumenta en la medida que el ciberespacio empieza a tener un peso significativo y, como mínimo, obliga a incluirlo en cualquier planificación militar", expone el experto en seguridad. Estos días TikTok ha sido la red ideal –por su agilidad a la hora de publicar y editar vídeos– para que civiles compartieran imágenes que mostraban intervenciones y posiciones de militares. "Influye [el contenido publicado en la red] para bien y para mal. Para mal porque pueden dar información que pueda ser utilizada por el enemigo y, para bien, porque pueden contribuir a la desinformación en el otro bando. Hasta el punto que a veces se hacen pasar por comentarios particulares lo que realmente es una campaña planificada para confundir al enemigo", comparte. 

Desde un prisma muy alejado a este, surge otro de los grandes retos del presente más rabioso, el que ha estallado en las manos de madres, padres y educadores: cómo abordar el tema con los niños. Más aún cuando los más crecidos tienen a su alcance un teléfono en el que, con casi toda probabilidad, tendrá instalada la aplicación de TikTok.

"Es importante abordar el tema [con los niños] antes de que empiecen a recibir estos inputs"

David Bueno

David Bueno, director de la Cátedra de Neuroeducación de la Universitat de Barcelona, considera esencial el acompañamiento. "No se les tiene que esconder la verdad, puesto que igualmente les llegará por otras vías", comparte.

Y conocerlo tan solo a través de TikTok, plataforma con una gran incidencia en adolescentes, es peligroso ya que puede condicionar su percepción sobre lo que es una guerra. "Es como ver una película de Hollywood. Parece tan irreal, e incluso fascinante, que puede generar la sensación de que eso 'mola'. Por eso es importante abordar el tema antes de que empiecen a recibir estos inputs. En caso contrario, la realidad puede verse distorsionada, al no percibir el sufrimiento real de la población", sentencia el autor de 'El cerebro del adolescente'.