SANIDAD DE MADRID

Dos cardiólogos demandan por acoso laboral al Hospital 12 de Octubre y varios jefes de servicio: "Fue un infierno"

Los especialistas denuncian "comportamientos reiterados de abuso de poder, hostigamiento, y ambiente tóxico"; las vistas judiciales se celebrarán los días 13 y 16 de diciembre en el Juzgado de lo Social nº 32 de Madrid

Hospital 12 de Octubre de Madrid

Hospital 12 de Octubre de Madrid / EPE

Madrid

Los doctores J.J. P. y A. F., ex cardiólogos del Hospital 12 de Octubre, han interpuesto sendas demandas en los juzgados de lo social contra el centro sanitario y varios jefes del Servicio de Cardiología, en el que ambos trabajaron durante muchos años, por "acoso laboral y vulneración de derechos fundamentales". En las demandas, a las que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, denuncian "comportamientos reiterados de abuso de poder, hostigamiento, y ambiente tóxico en su lugar de trabajo", presuntamente promovidos por varios jefes y responsables de la unidad. Los hechos se habrían producido a lo largo de la última década. "Es el me too de los hospitales", señala el cardiólogo A. F., uno de los demandantes, quien admite que fue "un proceso muy doloroso". "Un infierno", apostilla su compañero, el doctor J.J.P., que estuvo un año de baja por ansiedad y depresión y se emociona al relatar lo vivido.

Las vistas judiciales de ambas demandas por acoso se celebrarán los días 13 y 16 de diciembre en el Juzgado de lo Social nº 32 de Madrid. Estas acciones habrían generado graves consecuencias para la salud psicológica de los trabajadores, quienes han sido atendidos "en el Servicio de Salud Laboral del propio hospital, dando lugar a bajas por depresión, excedencias y traslados voluntarios a otros hospitales", indican los médicos en un escrito.

La resolución

Según la resolución dictada por el Juzgado de lo Social número 32 el pasado 17 de septiembre en relación con la primera de las demandas, ésta reúne todos los requisitos para poder llegar a una vista en la que se intente una conciliación entre las dos partes antes de llegar a juicio. También advierte a los demandantes que, de no comparecer el día de la vista, su acción se tendrá por desistida. Ambas partes deben comparecer en la vista "con las pruebas de que intenten valerse", señala el documento, al que ha tenido acceso este diario.

En la vista también estará presente un representante de la Fiscalía "en defensa de los derechos fundamentales y de las libertades públicas", que deberá velar especialmente, según señala el juzgado, "por la integridad de la reparación de las víctimas" y podrá reclamar "las medidas necesarias para la depuración de las conductas delictivas".

Por otro lado, el letrado de la administración de justicia requiere a la representación legal del Hospital 12 de Octubre, contra el que también se dirige la demanda por acoso, que comparezca el día de la vista oral, al igual que los demandados, todo ello "bajo el apercibimiento de que en caso de no comparecer podrán considerarse reconocidos como ciertos", los hechos que se denuncian. Es decir, la incomparecencia de alguno de ellos no impedirá la celebración del juicio.

Protocolo de acoso

Los hechos acontecidos dentro del Servicio de Cardiología fueron denunciados ante la Gerencia del Hospital en junio de 2023, mediante la activación de un protocolo de intervención ante posible acoso, el cual fue archivado por el centro sanitario, aseguran. El archivo de este protocolo ha sido recurrido por vía contencioso-administrativa en un proceso judicial paralelo desde la asesoría jurídica del sindicato de médicos AMYTS.

Desde el 12 de Octubre se señala a este periódico: "El Hospital activó un protocolo de intervención ante posible acoso que fue archivado. Contra ese archivo interpusieron recurso de alzada, que también se desestimó. Ahora mismo se encuentra en fase judicial y, por lo tanto, el hospital no puede hacer declaraciones al respecto para no interferir en el desarrollo del proceso".

Un caso como La Paz

"Tras la trascendencia mediática del caso de la UCI Pediátrica del Hospital La Paz, este nuevo proceso de presunto acoso laboral cuestiona una vez más el ambiente laboral existente dentro de los servicios de los grandes hospitales públicos madrileños", señalan los afectados en su escrito.

En conversación con este diario, el cardiólogo A. F., actualmente trabajando en la sanidad privada como especialista en electrofisiología (estudia los procesos eléctricos que transcurren en el corazón) y experto en arritmias, explica que se trata de una situación similar a la vivida en el Hospital La Paz. En ese caso, la polémica surgió en 2020 cuando 37 profesionales presentaron un escrito a la dirección del centro donde denunciaban que casos de acoso, maltrato psicológico y actitudes vejatorias. Tras ello, se inició el protocolo interno del hospital, lo que desembocó en el cese del jefe de la UCIP, quien judicializó el caso en los tribunales, que decidieron en 2023 que la Comunidad de Madrid debía volver a readmitirlo en su puesto.

Después de un largo periplo judicial, en mayo de 2024 el Tribunal Supremo inadmitió el recurso de casación del doctor Pedro de la Oliva, ex responsable de la UCI pediátrica del Hospital La Paz de Madrid frente a su cese. El fallo ya es firme y da la razón a la Comunidad de Madrid.

"La punta del iceberg"

"Esto pasa en muchos servicios. No solamente en La Paz o en el 12. Es la punta del iceberg. Es como un 'me too'", señala el doctor F. Explica que él comenzó la residencia en el gran centro sanitario madrileño en 2004, hace veinte años. Habla de una situación que se prolongó en el tiempo "hasta que llega un momento en el que tú ya no puedes más. Ya por un tema de salud mental y también porque me habían anulado todas las competencias que yo tenía como cardiólogo. Me habían relegado a una esquina del servicio. Y entonces ahí ya, pues lo que hay es ya cortar".

"Solo nos hemos atrevido a demandar una vez que hemos abandonado el servicio por solicitud de traslado o excedencia", señala uno de los cardiólogos

El médico detalla que su vista por acoso se celebrarán el día 13 en el Juzgado de lo Social nº 32 de Madrid. La de su compañero, el doctor J.J. P., el 16 de diciembre. En paralelo, señala que, dado que los hechos fueron denunciados ante la Gerencia del Hospital en junio de 2023, mediante la activación de un protocolo de intervención ante posible acoso, y el centro archivó el caso, este ha sido recurrido por vía contencioso-administrativa en un proceso judicial paralelo desde la asesoría jurídica del sindicato de médicos AMYTS. Se celebrarán otros dos juicios por la vía contencioso-administrativa contra el archivo del protocolo de intervención por acoso (previstos en septiembre 2025 y en enero de 2026), "por lo que el proceso se prevé largo".

"El problema es que solo nos hemos atrevido a demandar una vez que hemos abandonado el servicio por solicitud de traslado o excedencia. La mayoría de los testigos (no todos) están ya jubilados. De nuevo, el temor a represalias dentro del Servicio hace muy difícil que cardiólogos en activo se atrevan a demandar o a declarar como testigos", añade el ex cardiólogo de La Paz.

"Muy doloroso"

"Esto es un tema muy doloroso", reconoce. Dice que arrastra problemas de salud mental por la situación vivida. En su caso, la demanda tiene por objeto denunciar la situación de acoso laboral que ha sufrido en el ámbito de su relación profesional con dicho centro hospitalario, dirigiéndose el presente escrito no solo contra dicho organismo, sino también contra el doctor F. A., Jefe de Servicio, y R. S., Jefe de Sección, por entender que todos ellos pueden ser declarados como responsables de la situación denunciada en la demanda.

"El binomio compuesto por el Dr. A. y el Dr. S. fue ejerciendo una autoridad cada vez mayor desde su nombramiento como jefes. Poco a poco fueron extralimitándose en el ejercicio de su poder bajo el que sometían a la práctica totalidad de los cardiólogos del Servicio", se señala.

Baja paternal

En la demanda del doctor F. se describe que la situación de "hostigamiento de la que ha sido objeto se remonta al año 2015, momento en que el que reincorporó del disfrute de 6 semanas de una baja por maternidad (compartida con su esposa) concedida tras el nacimiento de su primer hijo". La primera desde que comenzó a trabajar en el centro en el año 2004.

Fue entonces cuando comenzaron las hostilidades reiteradas por parte de ambos responsables "en un proceso paulatino, pero de intensidad creciente a lo largo del tiempo, que le obligó finalmente a tener que iniciar una excedencia en el mes de enero de 2023, ante el menoscabo que dicha situación estaba provocando en su salud mental. En este ambiente de hostigamiento propio de un servicio orwelliano, el demandante resultó ser uno de los principales damnificados".  

Por "acción u omisión"

En el caso de la demanda del doctor J.J.P. se indica que el trabajador lleva prestando servicios para el hospital con una antigüedad de 16 años y 3 meses. En este caso, el escrito no solo se dirige contra el centro y los doctores F. A. y R.S., también contra el doctor J. S. "por entender que todos ellos pueden ser declarados, ya sea por acción u omisión, como responsables de la situación denunciada en esta demanda".

La situación de acoso hacia el trabajador se inicia en el año 2013, momento en que éste solicita una excedencia por cuidado de un menor de edad (su hijo), cuya duración prevista de finalización era de un mes. En ese momento, se señala, los doctores F.A. y R.S. "iniciaron una serie de sucesivas actuaciones, destinadas únicamente al deterioro profesional, personal, emocional y al aislamiento, manifestándole frases del tipo 'tú haz lo que quieras, tienes derecho, pero atente a las consecuencias'; o 'se está para trabajar alineado con el servicio o se está para cuidar mocosos. ¿Tu hijo no tiene madre?'".

Tras volver de su excedencia, el doctor P., quien venía desarrollando funciones en la Unidad Coronaria, comenzó a ser desplazado de su puesto de trabajo durante varios meses al año, a pesar de que la actividad en ella no se vio reducida en ningún momento, hasta que es desplazado de forma definitiva de su puesto en junio de 2019, a la Unidad de Imagen Cardiaca y Pruebas Funcionales.

"Ha sido un infierno"

"La verdad es que ha sido horrible. Lo describiría como 8 años de infierno. Ahora, afortunadamente, ya llevo un mes y medio mucho mejor, porque al final, como pasa casi siempre en estos casos de acoso laboral, al final los acosadores siguen en su sitio y los acosados acabamos saliendo", señala el doctor P. a este diario. Cuenta que ahora está en otro centro y se siente muchísimo mejor.

El cardiólogo explica que, desde que acabó la residencia, en 2008, atendía a pacientes en la UCI. Pacientes críticos, con infartos, que necesitan cuidados avanzados, intubaciones, respiración mecánica, corazón artificial. En 2019, tras la excedencia por cuidado de su hijo pequeño, le cambiaron de unidad, desgrana. "Al principio alternando la UCI con la hospitalización, y luego ya finalmente sacándome de la UCI a una unidad en la que yo no tenía ni formación, ni capacidad, ni absolutamente nada, que era la unidad de imagen cardíaca". Relata "un episodio de depresión muy fuerte, casi dos meses de baja".

A peor

Con el tiempo, señala, las cosas no hicieron más que empeorar. Apunta a una "situación de acoso, un estado de nervios, de ansiedad, de depresión tal que he estado casi un año de baja. A finales de mayo de este año, me incorporé como delegado de prevención de riesgos laborales de AMYTS, con dispensa asistencial completa, porque era la única opción que tenía para volver, pero sin tener contacto con mis propios jefes, hasta que ya he conseguido la plaza en otro hospital (también público, de la sanidad madrileña). Hasta me emociono cuando llego a trabajar. No me lo puedo creer", acaba el médico sin apenas poder contener el llanto.

"Son hospitales muy grandes. Con mucha carga asistencial, con mucho volumen de trabajadores. Donde los jefes de servicio son jefes vitalicios. No rinden cuentas. Y entonces eso se lo convierte en un cortijo. Y empiezan ahí a ir inflándose de poder. Al final lo que pasa es eso", concluye, por su parte, el doctor F.