SANIDAD

Los puntos negros de la sanidad pública: falta de profesionales, saturación y financiación

El número de personas en lista de espera quirúrgica bate récords mientras que los crecientes problemas mentales se atienden con los mismos recursos que antes del covid

Personal sanitario del hospital Virgen Vega de Salamanca devuelven los aplausos durante el homenaje diario por parte de los vecinos por su labor en la lucha contra la pandemia del coronavirus.

Personal sanitario del hospital Virgen Vega de Salamanca devuelven los aplausos durante el homenaje diario por parte de los vecinos por su labor en la lucha contra la pandemia del coronavirus. / EFE/ J.M. García

Patricia Martín

Manifestaciones. Huelgas. Encierros. En buena parte de España los sanitarios han dicho 'basta' después de tantos meses de esfuerzo que ha provocado la pandemia y que no se ha traducido en los refuerzos y las reformas que necesita el sistema sanitario. Se han efectuado mejoras y el país ha demostrado ser capaz de liderar un proceso de vacunación masivo, pero persisten los problemas, como demuestra el hecho de que el número de personas en lista de espera quirúrgica es el mayor registrado hasta la fecha, dado que aún afloran las personas no atendidas durante el azote del covid. Pero los meses de espera para ser operado o atendido por un médico no es el único problema, aquí va un listado de los principales puntos negros del sistema sanitario español.

La atención primaria y las urgencias

Los profesionales sanitarios y las organizaciones de pacientes llevan meses dando la voz de alarma: la atención primaria está colapsada y la falta de respuesta del primer nivel afecta al resto del sistema: las urgencias estén recibiendo este invierno un 30% más de afluencia, lo que provoca esperas de hasta 4 días para ingresar en planta. El último barómetro sanitario oficial indica que el 67% de la población no consigue cita en un centro de salud hasta pasadas las 48 horas. Y la espera media es de 8,8 días, alcanzando en Cataluña los 11,5 días. Ante ello, la encuesta refleja que la atención primaria, con una puntuación en descenso de 6,2, ha dejado de ser servicio sanitario mejor percibido por la ciudadanía. Estas cifras vienen motivadas por la falta de profesionales, los problemas organizativos y la burocracia que asfixia a los sanitarios, lo que les impide concentrar su tiempo en la atención y la prevención de enfermedades.

Listas de espera en consulta y operaciones

El número de personas a la espera de entrar un quirófano alcanzó en junio, el último dato disponible, un récord absoluto: 742.518 pacientes, 37.521 más que en diciembre de 2019. Este dato demuestra que siguen aflorando las personas no intervenidas durante las sucesivas olas de covid y que el sistema sanitario no es capaz de atender la demanda con la suficiente celeridad. No obstante, lo que sí ha descendido es la espera media, un promedio de 8 días. Aún así, sigue siendo elevada: 113 días y el 17,6% aguarda más de 6 meses para ser operado. En las consultas para ver un especialista, hay que esperar una media de 79 días, un tiempo superior al registrado en los últimos años.

Falta de enfermeras

Mientras el déficit de médicos depende de la especialidad, porque en algunas hay superávit y en otras faltan profesionales, no hay duda alguna de que España tiene una grave carencia de profesionales de la enfermería. Con 5,3 enfermeras por 1.000 habitantes frente a 8,8 de media en la UE, España se sitúa a la cola de Europa, lo que provoca que cada profesional tenga una asignación de hasta 25 pacientes en un hospital y de hasta 2.000 en un centro de salud. El sector impulsó una iniciativa legislativa popular para corregir este déficit, pero está bloqueada en el Congreso y no hay visos de que vaya a salir adelante.

Escasez de psicólogos y psiquiatras

Todos los indicadores demuestran que los problemas mentales de la población se han multiplicado con la llegada del covid. Sin embargo, el sistema público está respondiendo con prácticamente los mismos y escasos medios que había antes de la pandemia, que ya eran ínfimos. España cuenta con alrededor de cinco psicólogos por 100.000 habitantes, mientras la media de la UE está en 18 y en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 26. Algo mayor es el índice de psiquiatras, 10,5 por 100.000 habitantes, pero también por debajo de los país del entorno. Ante este problema, muchos ciudadanos se ven obligados a acudir a la sanidad privada o automedicarse, lo que provoca que España sea un país líder en consumo de ansiolíticos.

Financiación de fármacos

España es un país puntero en investigación pero los avances que se consiguen en los ensayos clínicos llegan con retraso a los pacientes, debido a que trabas burocráticas y la falta de financiación está provocando un cuello de botella que hace que en el periodo 2016-2019 solo se incluyesen en la cartera de servicios del sistema público el 54% de los medicamentos autorizados por la UE, frente al 88% de Alemania o el 75% de Italia. Un problema especialmente acuciante en los fármacos oncológicos. Solo están disponibles el 68% de los autorizados en los últimos cuatro años, la cifra más baja de los países del entorno. Se tarda 469 días, de media, en que un medicamento contra el cáncer se incluya en la financiación pública, pese a que la ley dice que no debería superar los 180.

Cesáreas y partos instrumentales

Aunque la situación está mejorando poco a poco, los datos indican que en España es uno de los países europeos con más partos instrumentales (cuando en el expulsivo se requiere algún instrumento). El último informe del Ministerio de Sanidad muestra que el uso de fórceps, amniotomías (romper la bolsa amniótica para acelerar el parto) y las episiotomías en el periodo 2010-2018 descendió, pero los partos inducidos experimentaron un incremento “llamativo”, hasta en el 34% de los casos pese a que el estándar recomendado por la ONU es de 10%. Y las cesáreas tienen lugar en el 36% de los alumbramientos en los hospitales privados y en el 21% de los públicos (datos del 2018), porcentajes que han permanecido estables en la última década, pese a que la recomendación internacional es de un máximo del 15%.

Atención temprana

Otro de los problemas que demuestra la falta organizativa y de profesionales, son los problemas de acceso a la atención temprana, el conjunto de terapias que se deberían aplicar a todos los niños con problemas de neurodesarrollo. Como su nombre indica, debe de ser 'temprana' porque el cerebro cuando más plasticidad tiene es hasta los tres años, pero este tipo de servicio no está incluido en la cartera común y depende de cada autonomía. Por regla general, hay unas largas lista de espera, por lo que las familias que pueden permitírselo, recurren a especialistas de la sanidad privada.

La prevención

Otro de los grandes problemas del sistema sanitario es que está orientado a la curación, pero los expertos en salud pública avisan de que la enfermedad que se cura más rápido es aquella que no aparece. Por ello, los especialistas echan de menos más programas y profesionales destinados a la promoción y prevención en salud. Por ejemplo, hay que articular más medidas que den respuesta al cambio climático y que mejoren el entorno social, laboral o físico donde se generan los problemas de salud. Por ejemplo, varios ministros han anunciado que endurecerían la ley de tabaco pero el proyecto sigue en un cajón. Asimismo, se ha creado la Agencia Estatal de Salud Pública, pero solo es un primer paso y los epidemiólogos avisan de que no se han reforzado, suficientemente, los servicios destinados a evitar o paliar futuras pandemias.