Emergencia sanitaria

El virus sigue aquí: el covid mata ahora 12 veces más que hace un año

Los expertos defienden recuperar las cuarentenas y la mascarilla en interior ante el elevadísimo número de contagios | Pese a que la letalidad del patógeno ha bajado, todo indica que en 2022 el exceso de mortalidad será mayor que en 2021

Planta para pacientes de covid en el Hospital Clínic de Barcelona.

Planta para pacientes de covid en el Hospital Clínic de Barcelona. / Manu Mitru

Juan Ruiz Sierra

Cuando Pedro Sánchez se detuvo en la pandemia durante su discurso en el debate del estado de la nación, el pasado martes, lo hizo de puntillas, como algo casi del pasado. Una emergencia que España había logrado “superar” con “razonable éxito”. El presidente del Gobierno pronunció frases como “no elegimos gobernar en situaciones críticas como las que generó la pandemia”, “no vamos a olvidar las lecciones de la pandemia” y “vamos a poner la economía y el Estado al servicio de la mayoría social, como ya lo hicimos durante la pandemia”. Los portavoces de los grupos parlamentarios tampoco se detuvieron apenas en el coronavirus. Aquel día murieron 58 personas por covid en España. 

Horas después de que Sánchez terminara su intervención inicial en el Congreso de los Diputados, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, dibujó en Ginebra (Suiza) un panorama global radicalmente distinto. “Nuevas oleadas del virus demuestran una vez más que el covid está lejos de haber terminado”, dijo Adhanom, que también defendió la necesidad de llevar mascarillas en el interior y aplicar cuarentenas a los contagiados, medidas que el Gobierno dejó sin efecto hace unos meses. 

Los ciudadanos recuperan su vida anterior a la pandemia y los dirigentes políticos centran su atención en otros graves asuntos (la guerra en Ucrania, la ola de calor, el precio de la energía), pero el covid sigue aquí, mutando y matando. De hecho, ahora mata más que hace justo un año. Más de 12 veces más. Entre el 4 y el 10 de julio de 2022 murieron por covid 525 personas. En las mismas fechas de 2021, 43.

La comparación tiene un componente arbitrario. Hace un año los contagios estaban en niveles muy inferiores a los actuales, aunque resulta imposible saber con exactitud cuánto. En marzo, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acordaron dejar de contar los positivos en toda la población y ciñeron a los mayores de 60 años el cálculo de la incidencia, que ahora se sitúa en 1.158. También es cierto que la letalidad es mucho menor, que quienes enferman y mueren suelen ser personas mayores y vulnerables, que los niveles de ocupación hospitalaria, si bien casi se han duplicado en el último mes, tienen poco que ver con los de olas previas. Todo en buena parte gracias a las vacunas. Pero la elevada transmisión durante 2022, debido a la variante ómicron y sus mutaciones, mucho más contagiosas, amenaza con un número de muertes superior este año a las del anterior.

Normalizar las cifras

El Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) observa cuántos españoles fallecen cada día, comparando las cifras con lo que sería esperable según las medias de las últimas décadas. En 2020, primer año de la pandemia, antes de la llegada de las vacunas, detectó un exceso de mortalidad de 68.172 personas. En 2021, de 24.490. En lo que va de 2022, de 16.619. Y todavía quedan cinco meses y medio para que finalice el año. Todo parece dirigirse a una cifra por encima de 25.000. 

Mientras ciudadanos y medios normalizan los más de 60 muertos diarios por covid y se convocan actos de recuerdo a las víctimas de la pandemia como el que tuvo lugar este viernes en Madrid, los epidemiólogos y expertos en salud pública llevan tiempo planteándose si ha llegado el momento de volver a aplicar algunas de las medidas dejadas sin efecto hace unos meses. En especial, aislar a los contagiados y usar la mascarilla en interiores, que ahora solo es obligatoria en el transporte público y los hospitales, una marcha atrás que ni el Gobierno ni las autonomías dan muestras de querer dar.

Sin presión ni preocupación

“La situación requiere revisar la estrategia globalmente y poner fecha cuanto antes a la cuarta dosis en mayores de 60 años”, explica José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y secretario general del Ministerio de Sanidad en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero

Martínez Olmos considera “justificado” recuperar cuarentenas y tapabocas, pero no cree que algo así vaya a adoptarse, al menos no a corto plazo, porque “no hay una gran presión asistencial ni preocupación social”. El método actual de calcular la incidencia, sin contar los casos de menores de 60 años, provoca que “la magnitud del problema no aflore hacia la sociedad”, y al mismo tiempo, concluye, “tampoco hay en Europa dónde mirar para ver propuestas diferentes”. 

“Rectificar es de sabios. No estamos pidiendo un nuevo confinamiento. Lo que se pide es que los contagiados no vayan a trabajar y ponerse mascarillas en interiores cuando no haya distancia. La población debe entenderlo. Estos mensajes deberían salir del ministerio de forma muy clara”, señala Joan Caylà, de la Sociedad Española de Epidemiología. Si hace cuatro años le hubiesen dicho a este experto que iba a haber una enfermedad nueva que causaría todas estas muertes al día, y que la sociedad lo iba a terminar considerando normal, su respuesta habría sido: “Imposible”. 

“Afortunadamente, la letalidad no es como la del primer año. Ha bajado mucho, gracias a las vacunas y a que las variantes son menos cruentas. Pero el virus afecta a muchísimos miles de personas, así que causa muchas muertes –concluye Caylà-. Hay quien dice que como la letalidad ha bajado mucho, esto ya no es importante. Eso podría tener sentido si hubiese muy pocos casos, pero hay muchísimos. Es verdad que las muertes son cada vez de gente más mayor, pero hay personas de 80 años que estaban bien y hubiesen querido vivir más años. Y las víctimas no son solo los más mayores. Son demasiados muertos”.