SALUD MENTAL

Esquizofrenia: Sanidad da luz verde a dos 'pinchazos' al año para controlar la enfermedad

El Ministerio autoriza la aprobación y financiación de un antipsicótico, el primero inyectable que se administra cada seis meses, para el abordaje de la enfermedad en pacientes adultos clínicamente estables.

400.000 españoles padecen una enfermedad grave de enorme impacto porque se inicia al final de la adolescencia y al comienzo de la edad adulta.

Esquizofrenia

Esquizofrenia / EPE

Nieves Salinas

Nieves Salinas

Cerca de 400.000 españoles padecen esquizofrenia. Una enfermedad mental grave, que acarrea una enorme carga de discapacidad, que impacta en una etapa vital muy vulnerable -se inicia al final de la adolescencia y principios de la edad adulta-, cuando se produce "la maduración cerebral y psicosocial de una persona", advierten los expertos, que acarrea altas tasas de mortalidad y que provoca enorme sufrimiento, también para las familias. Así que hoy, en

Madrid

, los psiquiatras han celebrado que el Ministerio de Sanidad apruebe lo que consideran un tratamiento revolucionario para el abordaje de la dolencia: el primer y único antipsicótico para la esquizofrenia que se administra dos veces al año.

Sanidad ha dado luz verde a la financiación del antipsicótico atípico de acción prolongada 'Byannli' (palmitato de paliperidona semestral, PP6M). El tratamiento, de la farmacéutica Janssen, fue aprobado por la

Comisión Europea

en noviembre de 2021 y ya se está administrando en España, según explicó hoy en rueda de prensa el doctor Eduard Parellada, director de la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic de Barcelona.

Parellada se felicitó porque la llegada de una nueva opción terapéutica que ya es conocida en la enfermedad -el palmitato de paliperidona- para el tratamiento de la dolencia en pacientes que están clínicamente estables con las formulaciones de la misma familia que se administran de forma mensual o trimestral. La novedad está en que este antipsicótico se ha reformulado para administrarse, en los dispositivos de salud mental, dos veces al año.

Adherencia al tratamiento

Algo importantísimo, según añadió su colega, la profesora Mª Paz García-Portilla, catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) porque, entre otros motivos, la adherencia al tratamiento es un verdadero problema para quienes padecen la enfermedad. De hecho, se estima que hay un 15-20% de pacientes que, a las pocas semanas del alta, ya no continuarán con la medicación. Un porcentaje que aumenta hasta el 50% al año y, prácticamente el 75%, ya ha abandonado el tratamiento a los dos años.

Una de las causas de esta falta de adherencia es que los pacientes no tienen conciencia de la enfermedad, algo que provoca la propia esquizofrenia.

Los expertos subrayan que una de las causas de esta falta de adherencia es que los pacientes no tienen conciencia de la enfermedad, algo que provoca la propia esquizofrenia. Por lo que es clave contar con tratamientos de larga duración, que faciliten el cumplimiento, ya que si no hay adherencia, no hay tratamiento continuado, y, sin esto, no hay remisión de los síntomas.

Algo que marca notablemente la trayectoria de personas, sobre todo las más jóvenes, a las que, la enfermedad no deja tener "un proyecto de vida", indicó el doctor Parellada y que, además, tienen una probabilidad de dos a tres veces mayor de morir prematuramente que la población general. La morbilidad y mortalidad es mayor en los pacientes no tratados que en los que toman tratamiento antipsicótico: mayor riesgo de suicidio, hospitalización y mortalidad.

Reducir las recaídas

Uno de los principales objetivos del tratamiento es reducir el número de recaídas, así como la tasa de hospitalización, algo que pasa por el cumplimiento terapéutico del tratamiento antipsicótico. Por tanto, explicaron los dos psiquiatras, el nuevo fármaco, es coste-efectivo y, lo más importante, permite llevar una vida lo más estable posible a quienes padecen la dolencia "y no estar pendientes de la medicación. Nuestro deber como psiquiatras es darles esa posibilidad". El especialista llamó la atención sobre el estigma que existe ante la enfermedad e, incluso, ante la medicación por parte, subrayó, de los propios profesionales.

De izq. a dcha., Henar Hevia, directora médica de Janssen España, el doctor Parellada y la doctora García-Portilla.

De izq. a dcha., Henar Hevia, directora médica de Janssen España, el doctor Parellada y la doctora García-Portilla. / EPE

También incidió en la importancia del diagnóstico temprano. El psiquiatra explicó que sigue habiendo muchos pacientes sin diagnosticar y, apuntó, si esos pacientes no reciben desde el inicio de su enfermedad los mejores tratamientos, corren el riesgo de "toxicidad cerebral y psicosocial". O, lo que es lo mismo, si el enfermo permanece en un estado de psicosis activo -algo que muchos estudios cifran en 55 semanas- se produce un periodo excesivamente largo y perjudicial para el cerebro.

En 20 años, los enfermos han pasado de tener que acudir a un centro para recibir su tratamiento 24 veces al año, a 4 veces al año y, actualmente, a dos veces anuales.

Además, contar con una medicación que implica solo dos administraciones al año, supone una gran ventaja para que estas personas y sus cuidadores puedan llevar una vida menos condicionada, con una disminución del riesgo de recaída, insistió la profesora Mª Paz García-Portilla. "Un avance terapéutico considerable", añadió. La profesora indicó que, en los últimos veinte años, ha asistido a un cambio notable en las opciones terapéuticas de las que disponen los enfermos: han pasado de tener que acudir a un centro sanitario para recibir su tratamiento 24 veces al año, a 4 veces al año y, actualmente, a dos veces cada seis meses.

Los psiquiatras subrayan que podrán podrían beneficiarse tanto las personas que están en las fases iniciales como quienes llevan más tiempo de evolución.

La autorización de la terapia está avalada por los resultados del estudio Route 6. Se trata de un ensayo internacional, en el que han participado siete centros españoles, de fase 3, aleatorizado, doble ciego, con 702 pacientes adultos. Según indicó la doctora García-Portilla por su experiencia en la práctica clínica y por los datos ya publicados del ensayo clínico, podrían beneficiarse de esta nueva opción la mayor parte de los candidatos a recibirlo, tanto las personas que están en las fases iniciales de la dolencia como quienes llevan más tiempo de evolución.