Crisis del coronavirus

El miedo a los contagios hace que muchos padres no lleven al colegio a sus hijos

La incidencia acumulada entre los menores de 11 años -cuya vacunación acaba solo de empezar- es la más alta: 705 casos por 100.000 habitantes

Patio del Colegio de los Maristas

Patio del Colegio de los Maristas / EPC

Olga Pereda

A tres días para las vacaciones escolares de Navidad, el covid campa a a sus anchas por los colegios. Especialmente, entre los alumnos más pequeños. Los chats de madres y padres han ardido -literalmente- todo el fin de semana advirtiendo de casos positivos, pruebas de antígenos, PCR y confinamientos de aulas. Algunos médicos, entre ellos el presidente del Colegio de Barcelona, Jaume Padrós, pidieron el pasado viernes adelantar las vacaciones para evitar contagios. Ninguna administración, ni estatal ni autonómica, ha movido ficha. El panorama es tan incierto y acongojante que muchos progenitores -al menos, los que pueden teletrabajar o pedir días libres- han optado por no llevar a sus hijos al cole a pesar del estrés familiar. En nada ayuda, además, la saturación de los ambulatorios, la burocracia infinita que implican las bajas laborales y la no existencia de permisos retribuidos para madres y padres trabajadores con hijos no contagiados pero sí confinados.

La incidencia acumulada entre los menores de 11 años -cuya vacunación acaba solo de empezar- es la más alta: 705 casos por 100.000 habitantes. El número de aulas confinadas en toda España es de 2.056, según los datos del Ministerio de Educación. Además, cuatro centros (uno de ellos en Cataluña) están cerrados a cal y canto por los contagios. Las familias se han sumido en el miedo. Especialmente, las que viajan a finales de esta semana para celebrar la Nochebuena y la Navidad cerca de sus familias. Un posible contagio o un confinamiento preventivo de la clase haría imposible ese desplazamiento. Así que la opción personal es la de renunciar al cole. Cuando los padres y las madres lo han comunicado a los centros, la mayoría de directores y profesores les han tranquilizado a título personal y les han dicho que entienden perfectamente su decisión. No hay, sin embargo, respaldo oficial de las administraciones educativas. De hecho, no llevar a los hijos al cole puede dar pie a denuncias por absentismo. 

Ante la falta de respuestas por parte de las administraciones, los sindicatos ya han pedido al Gobierno que vuelvan las medidas anticovid del curso pasado: distancia, profesores de apoyo y grupos reducidos. Es, a juicio de CCOO, lo único que permitió la presencialidad. “Necesitamos criterios de salud pública”, pide Francisco García, responsable de Educación del sindicato. 

Padre de tres hijos de 7, 9 y 11 años escolarizados en Barcelona, Pablo era partidario el domingo de no llevarlos hoy al cole, pero su mujer opinaba lo contrario. “Al final, los hemos llevado. Vivimos una especie de ruleta rusa, esperando que no haya contagios. Si uno de mis hijos enferma, podría acusar al Govern de no haber tomado medidas. Pero, claro, si el Govern hubiera decretado el viernes el cierre de los coles desde este lunes se le habrían echado encima porque no todo el mundo tiene opción a canguro o pueden teletrabajar. Con esta pandemia todos perdemos”, comenta. 

Mientras, en Madrid, Clara, abogada y madre soltera, ha decidido llevar a su hijo, de 7 años. “Ayer le di muchas vueltas. El chat de mamás estaba que ardía con casos positivos en el cole, pero, al final, decidí enviarle. Si hasta ahora hemos esquivado al virus espero poder hacerlo estos tres días”.

No es el caso de Esther, funcionaria que ha optado por hacer un puzzle de teletrabajo y trabajo presencial con su marido para hacer turnos y quedase en casa con sus dos hijos, de 9 y 7 años. “Tenemos miedo. Y eso que acabamos de vacunar a los niños, pero es pronto y el suero todavía no ha hecho efecto”.

María, que trabaja presencialmente en un laboratorio, tiene también tanto miedo a un posible contagio de su hijo que ha pedido a los abuelos que estén con él estos días. “Viajo fuera de España para pasar la Navidad con mi familia y me arriesgo a quedarme aquí. Por tres días que no vaya a clase no va pasar nada. Todavía es pequeño y no está aprendiendo cosas tan importantes”, argumenta.