Salud mental

Los casos de lesiones medulares por intentos de suicidio se cuadruplican en el último año

La pandemia de coronavirus ha empeorado la salud mental de la población y con ello las tentativas de quitarse la vida

Un paciente del Institut Guttmann.

Un paciente del Institut Guttmann.

Beatriz Pérez

Los casos de lesiones medulares en personas que se han intentado suicidar se han disparado en el último año. Esto está directamente relacionado con el aumento de las tentativas de suicidios y los suicidios consumados que ha traído consigo la crisis del covid-19. Y, también, está asociado al empeoramiento de la salud mental de la población.

En el Hospital Vall d'Hebron, las lesiones medulares por intentos de suicidio se cuadruplicaron en 2020 con respecto a los años anteriores. En 2018, la Unidad de Lesionados Medulares de Vall d'Hebron, que es el centro de referencia de toda Cataluña, atendió a dos pacientes que intentaron suicidarse. En 2019, a otros dos. Pero en 2020, a nueve. Y, en la primera mitad de este 2021, atendió a cinco.

Así, las tentativas autolíticas de los ingresados en esta unidad han pasado de representar el 1,75% al 7%. "El tratamiento de la conducta suicida es multidisciplinar", explica la psicóloga clínica de la unidad, Anna Beneria. "Identificamos si ha tenido intentos previos. Buscamos un manejo de la crisis desde el afrontamiento de lo que se ha vivido y tratamos los síntomas de malestar emocional asociados, además de la clínica psicopatológica existente", dice.

La lesión medular es una patología con "secuelas muy variables". "Algunas personas pueden volver a trabajar, otras no se pueden mover. Pero algún tipo de secuelas normalmente suele quedar", dice por su parte la coordinadora de la Unidad de Lesionados Medulares de Vall d'Hebron, Lluïsa Montesinos. En esta unidad ingresan pacientes a partir de los 16 años. El 36% de los pacientes ingresados en ella que han vivido alguna tentativa suicida tienen "trastornos afectivos" y, de este porcentaje, un 28% tenía un "diagnóstico previo de trastorno depresivo".

Detrás de este aumento de lesionados medulares por intento de suicidio está la pandemia de salud mental causada por el covid-19. La crisis económica, que ha dejado a mucha gente sin trabajo, y la crisis social, que ha generado aún más soledad, aumentan el dolor emocional. "La desesperanza, el aislamiento y la impulsividad son otros factores de riesgo", señala Beneria.

Según cifras de la Conselleria de Justícia, en Catalunya, hasta octubre, se suicidaron un total de 496 personas. En 2020, lo hicieron unas 551, 22 más que en 2019, cuando se quitaron la vida 529. Según alertó en septiembre este jueves el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, las tentativas de suicidio y autolesión en población infantil y juvenil han aumentado un 250% a causa de la pandemia.

El Institut Guttmann, que hace neurorrehabilitación de lesiones neurológicas graves, ha atendido este año a unas 61 personas que han intentado suicidarse y que se quedaron con algún tipo de secuela (lesiones medulares, traumatismos craneoencefálicos, etcétera). Guttmann, a diferencia de Vall d'Hebron, no percibe un aumento de lesionados medulares por tentativas de suicidio en el último año.

De estas 61 personas, el 74% no tenían pareja (el 64% estaban solteros y el 10%, separados). Además, el 42% eran personas sin ocupación, de los cuales el 16% estaban en paro laboral. Según cifras del Institut Guttmann, 11 de estos pacientes (el 18%) se precipitaron bajo los efectos de sustancias tóxicas que, en orden de frecuencia, fueron alcohol, cannabis y cocaína. Del total de pacientes, solo tres (un 4,9%) habían consultado antes por urgencias los días previos a la precipitación.

Más factores de riesgo

Sin embargo, lo que más están viendo los médicos son intentos de suicidio. "Estamos viendo un aumento de las tentativas de suicidios, de las lesiones derivadas de las mismas y más suicidios consumados. Va mucho en la línea de lo que se ha visto siempre después de grandes crisis como esta: aumentan los factores de riesgo", señala la presidenta de la Societat Catalana de Psiquiatria i Salut Mental, Gemma Parramon.

Parramon explica que las secuelas de los suicidios frustrados, según el método que se ha utilizado, son "muy variadas". "Hay lesionados medulares, intoxicaciones farmacológicas e incluso pacientes quemados", dice Parramon. Según ella, entre un 90% y un 95% de las personas que intentan suicidarse tienen un problema de salud mental. "La crisis económica y social empeora la salud mental. Todo redunda en más sufrimiento", asegura. El suicidio, recuerda esta psiquiatra, es la primera causa de muerte no natural en personas jóvenes.

Como certificada la asociación Després del Suïcidi, la pandemia ha traído consigo más tentativas de suicidio (sobre todo en jóvenes y en mujeres) y un "claro aumento de las muertes a causa del suicidio", según su vicepresidente y portavoz, Carles Alastuey. "El nivel de alarma es muy importante. La pandemia ha dado visibilidad a la salud mental", asegura.

De hecho, la asociación, que atiende a los familiares y entorno más cercano de la persona que se ha suicidado, está teniendo un "crecimiento de la atención de casos por pérdida". "Además, nos llegan con mucho menos tiempo entre la pérdida y el primer contacto. Eso quiere decir que la gente se está atreviendo a poner sobre la mesa esta problemática", dice Alastuey.

Després del Suïcidi comenzó a experimentar un aumento de la atención de casos en 2020 con respecto al año anterior. Aunque no da cifras, sí constata que "está año también están creciendo", algo que, según Alastuey, tiene que ver también con que la población conoce más los recursos que antes.

Aunque la conducta suicida es "múltiple y diversa", las personas que se suicidan y cuyos casos llegan a esta asociación suelen tener un "trastorno mental" y, en algunos casos, "mucha presión en los trabajos".