INFORME

Las teorías conspirativas sobre la pandemia calan más en votantes de derechas

Un informe del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa", al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, retrata nuestro comportamiento en la crisis sanitaria: 8 de cada 10 personas se ven responsables de evitar contagiarse o contagiar a sus seres queridos

Cuanto más a la derecha se sitúan los encuestados, más creen en las informaciones falsas como que el coronavirus es un arma bioquímica creada por el ser humano o fue desarrollado por las farmacéuticas

Gente paseando con mascarilla por Barcelona

Gente paseando con mascarilla por Barcelona / Manu Mitru

Nieves Salinas

Nieves Salinas

¿Es el coronavirus un arma bioquímica creada por el ser humano?, ¿fue desarrollado por las compañías farmacéuticas?. Por descabelladas que parezcan las preguntas, hay quien cree que así es. La ideología política influye, y mucho, en las respuestas. Cuanto más a la derecha se sitúan los entrevistados, más triunfan las teorías conspirativas, recelan de la vacunación y dudan de las recomendaciones sanitarias. Es una de las conclusiones de un informe del Observatorio Social de la Fundación “la Caixa” al que ha tenido acceso en exclusiva EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

El estudio “Responsabilidad individual y colectiva en el contexto de la pandemia de la covid-19”, realizado por un equipo internacional de psicólogos sociales, dibuja cómo hemos reaccionado ante una situación nunca antes vista: el embiste de un virus que trastocó el mundo entero. Un primer avance: 8 de cada 10 españoles se sienten responsables de evitar contagiarse por la covid-19 o de que se contagien sus seres queridos.

El estudio se realizó en enero de 2021, en plena tercera ola de la pandemia, cuando las cifras de contagios eran de las más altas, explican a este diario Elia Soler Pastor, Maitane Arnoso y Magdalena Bobowik, tres de sus autoras. Está basado en una muestra de 2.004 personas de entre 18 y 65 años (52% de mujeres y 48% de hombres).

Las preguntas acerca del grado de aceptación de ciertas conductas se referían a todo el período de emergencia sanitaria. Los investigadores preguntaron sobre los comportamientos desde el inicio de la pandemia hasta el momento en el que los participantes rellenaron la encuesta. Los resultados se pueden interpretar como la respuesta que representaría el comportamiento más común en una pandemia de la que hoy España comienza a salir.

Advierten: esas actitudes han podido ir variando también en relación a las distintas restricciones implementadas y al propio proceso de la pandemia y la vacunación. Es el primer informe en reflejar las prácticas de salud pública o el acuerdo con las políticas sanitarias en una muestra representativa de la población española, señala Magdalena Bobowik, investigadora principal del estudio.

La ideología y las conspiraciones

Entre los resultados más contundentes, la manera en que la ideología política influye en el crédito que se da a las fake news que corrieron como la pólvora cuando estalló la crisis. Cuanto más a la derecha del arco político se sitúan los encuestados, más creen en las teorías conspirativas.

Ante la pregunta de si el coronavirus es un arma bioquímica creada por el ser humano, un 44,7 % de los encuestados de extrema derecha se muestra “completamente de acuerdo”; porcentaje que va descendiendo a medida que se plantea la pregunta a posiciones más cercanas al centro (un 19% se muestra de acuerdo) y cae en picado a medida que la posición se acerca a la izquierda: solo un 11,5 % de los entrevistados de extrema izquierda suscribe esa teoría.

"Realmente no es tan sorprendente para nosotras. Estudios previos han encontrado que la relación entre las teorías conspirativas y la orientación política puede ser lineal: cuanto más de acuerdo con las teorías conspirativas, más a la derecha se sitúan las personas", explica a este diario Magdalena Bobowik.

El poder de las farmacéuticas

Añaden que también se puede dar una relación curvilineal: es decir, tanto las personas de extrema derecha como las de extrema izquierda pueden estar más dispuestas a creer en ese tipo de bulos. Por ejemplo, puntualizan, la ideología más conservadora es más cercana a teorías de conspiración que apuntan a grupos socialmente desfavorecidos o minoritarios, como por ejemplo la población musulmana.

En contraste, las teorías de conspiración que apuntan a ciertos grupos más poderosos -como la banca o las farmacéuticas- pueden darse en ambos extremos de orientación política, precisan las autoras del trabajo.

Las dudas de las vacunas

La encuesta sugiere que -en el momento de la recogida de datos- el 75% de la población estaba dispuesta a vacunarse en cuanto fuese posible. Hoy, el porcentaje de personas con pauta completa en España roza el 90%. "Nuestras panelistas han sido honestas a la hora de responder, incluso cuando se trata de algo polémico en la sociedad, como la vacunación", indican las investigadoras.

Nuevamente, el estudio muestra como las posiciones políticas también resultan definitivas a la hora de decidir si alguien va o no a vacunarse. Así se plasma en los gráficos. Comenzando por la extrema izquierda, un 71,2% de los encuestados se muestran totalmente a favor de ponerse la primera dosis en cuanto sea posible; porcentaje que en el centro se sitúa en el 57,8 y, en la extrema derecha, en un 36,8%.

Cuidar de uno mismo y de los tuyos

Sin duda, el de la responsabilidad individual y colectiva frente a la pandemia es uno de los capítulos fundamentales: como se ha dicho 8 de cada 10 españoles se sienten responsables de evitar que ellos mismos o sus seres queridos se contagien (el 82,2% está algo o completamente de acuerdo); menos de la mitad sienten la responsabilidad de prevenir que se contagien otros ciudadanos (46%) y menos de 4 de cada 10 personas se sienten responsables de proteger a las demás personas del mundo (37,4%).

Quienes más responsables se sienten consigo mismos o con su entorno más cercano, son los mismos que más respetan las conductas preventivas, como las medidas de higiene o el distanciamiento social. Además, esa actitud tiene relación directa con el acuerdo mostrado con las políticas sanitarias o sociales. Preocuparse por si los demás pueden contagiarse, está más ligado a la solidaridad.

Para las psicólogas resulta llamativo que hay un alto porcentaje de personas (40%) que, sin embargo, no se sienten "culpables" de evitar que se infecten otras personas en el resto del mundo. Lo que, en su opinión, muestra "cómo se diluye el sentido de responsabilidad a medida que se va volviendo más inclusivo y comprende a otras personas (del país, del mundo) fuera de los círculos más directos".  

Medidas para frenar el virus

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Las personas con un mayor grado de responsabilidad individual, son las que respetan más las normas. Llevar mascarilla, lavarse las manos y mantener la distancia de dos metros son las más seguidas (el 95,2%, el 80,3% y el 77,8%, respectivamente). La mayoría de los encuestados usan, además, un desinfectante para las manos (67,2%).

La mayoría de las personas encuestadas está de acuerdo con mantener la obligación de llevar mascarilla

Durante el confinamiento, tres cuartas partes de las personas entrevistadas afirman haber salido de casa solo cuando era necesario (75,7%) y la gran mayoría evitó visitar a sus familiares y amistades (77,8%). En el caso de las mascarillas, la mayoría de las personas encuestadas están de acuerdo con mantener la obligación de llevarla, incluso en los espacios abiertos (82,8%); casi tres cuartas partes apoyan la limitación de la movilidad dentro del propio país (72,5%) y siete de cada diez personas aceptan el toque de queda nocturno (69,1%). Sin embargo, casi la mitad de los entrevistados se muestra a favor de mantener abiertas todas las actividades comerciales (48%).

Cuando se pregunta por la obligación de llevar mascarillas, incluso en los espacios abiertos, las personas que se sitúan a la extrema derecha son quienes más recelo muestran: menos de la mitad dicen estar "completamente de acuerdo" con esta medida (44,7 %). A medida que la tendencia gira hacia el centro -un 66,7% considera que hay que mantener este tipo de protección- las personas se muestran más a favor. Y el porcentaje es significativamente superior cuando los entrevistados viran hacia la izquierda: una mayoría (76,9%) apoya la medida para frenar la expansión del virus.

Primero, los europeos

Si hay un apartado que chocó a las investigadoras es que una tercera parte de la población (30,8%) estaba de acuerdo con priorizar a los europeos a la hora de administrar las vacunas. Los que les provoca "cierta preocupación" porque ese porcentaje no mira más allá su propio grupo y no piensa en la vacunación como una herramienta para la salud comunitaria: que también son un derecho de los países más empobrecidos.

Aún así, el informe muestra que otro tercio de los encuestados está en desacuerdo con que los europeos sean los primeros en recibir sus dosis, matizan sus autoras. Los entrevistados sí consideran destacable el apoyo (42,4% de la población) a la regularización de la situación administrativa de todas las personas inmigrantes residentes en el país en el momento de la pandemia.

La crisis sanitaria

Otro aspecto destacable es que la población está a favor de las medidas de protección social (como subsidios o la renta básica universal) para amortiguar el impacto de la sangría sanitaria provocada por la crisis. Existe un apoyo importante a iniciativas como proporcionar asistencia social a mayores o dependientes (92,1%) y a personas sin hogar (89,5%). En la misma línea, gran parte se muestra a favor de ofrecer vales de comida a la población más necesitada (87,4%).

Cubrir jornadas de trabajo reducidas por la pandemia (78,1%) u otros subsidios salariales, así como las ayudas para pagar el alquiler (77,9%), son otros temas que los españoles consideran de vital importancia. Gran parte de los encuestados valoran como importantes, también, medidas como la renta básica universal (64,2%) o una tributación mayor para las personas con ingresos más altos (64,6%).

4 de cada 10 apoya la regularización de las personas inmigrantes residentes en el país en el momento en que irrumpió la pandemia

En política exterior, la mayoría expresa la necesidad de poner en cuarentena a las personas que vengan de países de riesgo (89,4%). Además, 6 de cada 10 personas están de acuerdo en restringir la entrada a España de personas inmigrantes (60,3%), mientras que 4 de cada 10 apoya la regularización de la situación administrativa de todas las personas inmigrantes ya residentes en el país en el momento en que irrumpió la pandemia (42,4%). En la misma línea, solo un 20% de la sociedad apoya la apertura de las fronteras al turismo internacional.

¿Hemos cambiado?

Las autoras del informe de la Fundación "la Caixa" resaltan que el trabajo es un "esfuerzo colectivo" de un equipo internacional de expertos en temáticas diversas, pero centrados en la promoción de respeto a los derechos humanos, diversidad, convivencia y solidaridad. Está realizado en el contexto español, pero, aclaran, también están recogiendo datos en otros países, como Italia, Irán y, posiblemente, Polonia.

Por eso, el equipo incluye investigadoras locales -Elia Soler Pastor y Magdalena Bobowik, de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y Maitane Arnoso, de la Universidad del País Vasco-; pero también de Polonia (Mirjana Rupar, Maciej Sekerdej, Universidad Jagellónica); Italia (Foroogh Ghorbani y Silvia Mari, Universidad de Milán-Bicocca); Países Bajos (Borja Martinovic de la Universidad de Utrecht) o Bélgica (Djouaria Ghilani, de Universidad Libre de Bruselas).

"No es la última crisis global que nos tocará afrontar. Los resultados pueden dar algunas pistas sobre cómo promover otros comportamientos cívicos", concluyen las investigadoras

Con los datos en la mano, la pregunta es: ¿nos ha cambiado la pandemia?. "Es difícil saber si hemos aprendido algo de lo vivido. Lo que sí sabemos es que no es la última crisis global que tocará afrontar. Nuestros resultados pueden dar algunas pistas sobre cómo promover otro tipo de comportamientos cívicos, incluido el cuidado del medioambiente o el respeto a los derechos de todas las personas", concluye la investigadora principal del estudio de la Fundación "la Caixa".