LEY DE CIENCIA

Investigadores españoles en el extranjero: "La Ley de Ciencia es buena, pero insuficiente"

RAICEX, la asociación que representa a más de 4.100 investigadores en 18 países, evalúa el alcance de la nueva Ley de Ciencia.

“El problema es que a veces existe la percepción entre los investigadores de que en España no puedes desarrollar una carrera científica de calidad", lamentan.

Javier Pardo, director de Política Científica de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (SRUK/CERU)

Javier Pardo, director de Política Científica de la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (SRUK/CERU) / EPE

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

Con un sí rotundo (279 votos a favor y 62 abstenciones), el Congreso de los Diputados aprobó el pasado jueves la nueva

Ley de Ciencia

. Un nuevo marco legislativo que, en palabras de los científicos, “mejora lo que hay, pero podría haber sido más ambicioso”. “La ley es buena, pero tiene luces y sombras, de eso no hay duda”, apunta a

El Periódico de España

Javier Pardo, representante del RAICEX, la Red de Asociaciones de Investigadores y Científicos en el Exterior.

Su organización, que representa a 18 asociaciones y a más de 4.100 investigadores españoles en el extranjero, mira con ilusión hacia lo que puede ser una puerta abierta para poder volver a casa, pero queda a la espera de ver cómo se implementan las medidas. El año pasado, la Sociedad de Científicos Españoles en el Reino Unido (SRUK/CERU) hizo una encuesta entre sus miembros y concluyó que el 41% quería abandonar el país que apenas unos meses antes había salido de la Unión Europea. De ellos, la mitad aspiraba a volver a España.

“El problema es que a veces existe la percepción entre los investigadores de que en España no puedes desarrollar una carrera científica de calidad”, lamenta Pardo, que también es director de Política Científica en el CERU y está acabando un doctorado en Informática en la Universidad de Oxford.

Para intentar acercar posturas entre lo que quiere el sector y el consenso al que puede llegar el Congreso, el Gobierno ha conseguido aprobar una nueva Ley de Ciencia para mejorar las condiciones de trabajo del personal investigador y estabilizar la carrera profesional del personal público en la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+I).

Además, se ha blindado la inversión pública en I+D en el 1,25% del PIB, con el objetivo de llegar al 3% en 2030 contando con la inversión privada, se han garantizado más plazas en los centros públicos de investigación, el fin de la precarización fruto de los contratos temporales sustituyéndolos por indefinidos y se han incluido medidas para fomentar la igualdad de género en las plantillas. 

Aun así, y a la espera de que el Senado refrende una aprobación que ha sido prácticamente unánime por parte de los grupos políticos, lo conseguido hasta ahora se acepta, pero no termina de convencer. 

El mismo jueves en que se aprobó, asociaciones y sindicatos se manifestaron ante el Congreso para asegurar que la nueva ley se les quedaba “corta” por las escasas mejoras para el personal técnico y de gestión, por el hecho de que los investigadores predoctorales estén “rozando el salario mínimo” y porque, a su modo de ver, no facilita la recuperación del talento que “fue expulsado” del país en 2011.

“Nos da un poco de miedo porque sí, esta ley está bien, pero no es la mejor que podría haber salido. El hecho de que se haya aprobado con tanto consenso nos da la seguridad de que, a priori, no va a suponer que si cambia el gobierno vayamos a retroceder, pero también nos inquieta pensar que se vayan a dar por satisfechos y no avancemos más en los próximos diez años. El nuestro es un campo que avanza muy rápido, y la legislación tiene que ir pareja”, pide Pardo.

En RAICEX, donde elaboraron recientemente el informe ATRAE que ha servido de base para algunas de las medidas presentes en el Plan de Atracción de Talento del Gobierno, también quieren más. “Esperamos que sea el primer paso para una reforma más ambiciosa y profunda que permita situar a la ciencia y a la innovación españolas al mismo nivel que los países líderes en ese ámbito”.

Flexibilidad, menos burocracia y mejores salarios

Para poder captar talento a nivel internacional, la red de asociaciones propone medidas enfocadas a la flexibilización de la contratación, es decir, que por ejemplo no se requiera ser funcionario para acceder a cargos altos en investigación, que se reduzca la burocracia, que se publiquen las ofertas de empleo en inglés, ayudas para la relocalización… y, por supuesto, salarios competitivos.

Ahora mismo, según reconocen en RAICEX, España paga más que países como Croacia, Bulgaria o Rumanía, pero menos que Suiza, Dinamarca o Países Bajos, es decir, que no somos los que menos pagamos pero tampoco estamos entre los que más.

El mejor ejemplo para entender cómo las trabas burocráticas, la falta de flexibilidad, el menor acceso a fondos o la pérdida de competitividad pueden afectar a un país a la hora de captar talento, es Reino Unido, que ha perdido atractivo desde que decidió abandonar la Unión Europea. Los investigadores no solo se están marchando por estas razones, sino que cada vez son menos los que eligen ir allí a desarrollar su carrera. 

“Si tienes que elegir entre ir a Francia y que todo sea sencillo o ir a Reino Unido y que tengas que pedir una visa, saber que no accederás a los fondos del programa Horizonte Europa de la UE y casarte con tu pareja para que pueda acompañarte a tu destino laboral, la decisión a veces es clara. Cada vez somos menos, y eso que ahora es más difícil volver a España desde aquí, pues por ejemplo los títulos de profesor titular y de catedrático se convalidan automáticamente entre países de la UE y con el Reino Unido ya no es posible”, explica el investigador, que lleva cinco años viviendo en el país.