SUCESOS
Juan Cuatrecasas, padre del niño abusado por un profesor: "El Opus sigue defendiendo a un pederasta condenado"
"El colegio nunca estuvo a la altura, se puso de parte del agresor y no de la víctima"
"La reducción de la pena viene por los vínculos del profesor con las altas esferas políticas"

Juan Cuatrecasas Cuevas, el chico que denunció a su profesor por abuso sexual / Cedida
Juan Cuatrecasas y su mujer veían como su hijo oponía un férrea resistencia a ir al colegio. Cada vez le costaba más. Sus padres no acababan de entender que le estaba sucediendo. Ellos lo habían apuntado al colegio Gaztelueta. Un centro educativo religioso, del Opus Dei, que tenía una gran reputación en el País Vasco. Pero a Juan cada vez le costaba más ir.
Sucedió entre 2008 y 2010. El chico, también llamado Juan, tenía entre 12 y 13 años. Era evidente que algo le pasaba, pero en casa no sabían a ciencia cierta el qué. Le cambiaron de centro en 2011. Fue a partir de ahí cuando, poco a poco, empezó a salir toda la mugre. Con mucho trabajo consiguieron averiguar cuál era el mal que aquejaba al adolescente. Mientras estuvo en el Gaztelueta, sufrió acoso escolar por parte de unos compañeros. Y lo que es más grave: abuso sexual por parte del profesor de religión.
Juan Cuatrecasas padre habla con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA con motivo del estreno del documental Todos lo sabían, dirigido por Iratxe Pérez Barandalla. Un film que narra el testimonio de más de una veintena de víctimas de abusos en el seno de la iglesia católica. Entre ellos el de su hijo Juan, cuyo caso también han inspirado una obra de teatro titulada Una herida incurable, que está dirigida por el dramaturgo Jon Viar, con quien también hemos hablado en este diario.
Ambos trabajos coinciden en el tiempo con la publicación de un informe de investigación de abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica en España, presentado por el Defensor del Pueblo. Un documento que arroja un dato demoledor: que nuestro país cuenta con la cifra de estimación de víctimas más alta de Europa.

Juan Cuatrecasas junto a Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo / Cedida
Justificación
"Cuando fuimos a pedir explicaciones al colegio Gaztelueta, el subdirector se echó las manos a la cabeza. Recuerdo que nos dijo algo así como "Pobre Juan, hay que hacer algo". Se asustó. Habló con el profesor en cuestión, que es familiar del expresidente de La Rioja. El profesor lo ratificó, pero lo justificaba. Decía que sí, que él cerraba las persianas cuando se encerraba con mi hijo, pero que era por la luz. O que lo sacaba de clase para darle un refuerzo de matemáticas, cuando él era profesor de religión".
Lo que confesó Juan, que ahora es una de las caras visibles de una campaña contra los abusos sexuales a niños en el ámbito de la iglesia católica en nuestro país, era que ese docente le practicaba tocamientos y que le mostraba imágenes de mujeres desnudas o con poca ropa en el ordenador. El profesor lo negaba, diciendo que lo único que le enseñaba eran fotos de la actriz Emma Watson para enseñarle anatomía humana, y que era imposible que le hubiese mostrado nada más, porque los ordenadores del colegio impedían el acceso a determinadas páginas con contenido sexual.
Fue una de las cookies del ordenador la que reveló, durante la investigación posterior, que el niño tenía razón. Que el profesor sabía cómo saltarse aquella prohibición establecida en los equipos informáticos del centro. Todo esto fue presentado como prueba en sede judicial. porque los padres de Juan presentaron una denuncia ante inspección de Educación del gobierno vasco. Fue allí donde les recomendaron: "Id a Fiscalía".

Presentación del documental 'Todos lo sabían', que aborda abusos en el seno de la iglesia / Cedida
Revivir el tormento
La investigación obligó al chico a revivir aquel tormento. "Juan lo pasó fatal. Lo teníamos que sacar casi en volandas, porque no se tenía en pie, del mismo shock post-traumático. Ha tenido reacciones autolíticas, le recetaron una medicación muy fuerte, ha sufrido convulsiones y taquicardias", recuerda ahora su padre.
La familia Cuatrecasas llevó el caso a todas las instancias posibles. Por una parte, denunciaron el caso por la vía canónica. Lo denunciaron ante el mismísimo Vaticano. Pusieron en conocimiento de lo sucedido al Papa Francisco, que trasladó el caso a "la Congregación para la Doctrina y la Fe, que abrió una investigación. Pero nos enviaron a Silverio Nieto, un personaje turbio que había sido policía antes que cura y cuyo nombre ha estado relacionado con casos como la Trama Kitchen o el espionaje a Luis Bárcenas".
Para sorpresa de nadie, el Vaticano cerró el caso en falso. Los informe que presentó el sacerdote Silverio Nieto dieron como resultado el archivo de la causa, concluyendo que nada de lo que había denunciado la familia Cuatrecasas Cuevas había sucedido en realidad. Que el chico no había sido abusado sexualmente tal y como aseguraba.
Justicia
Pero la familia también llevó el caso hasta la justicia ordinaria, donde les dieron la razón. El proceso judicial derivó en una condena de 11 años al profesor, aunque luego el Tribunal Supremo rebajó la pena a 2 años, al considerar que no se había podido demostrar que los abusos más graves de cuantos narraron se hubieran producido.

Paneles con los testimonios de algunos de los protagonistas del documental / Cedida
En opinión de la familia Cuatrecasas Cuevas, "los vínculos del profesor con las más altas esferas políticas motivaron esta reducción de condena. no sé si ellos saben que sabemos lo que hicieron, y quienes pulsaron la tecla para esa rebaja. Lo sabemos, con nombre y apellidos. En sus conciencias, queda, si la tienen, cosa que dudo mucho. Claro que lo sabemos", sentencia.
"El único dictamen de la iglesia en relación al caso de mi hijo ha sido expulsar al sacerdote del Opus. Pero también lo hicieron de modo y manera que al final quedó como que está fuera del Opus porque se fue él, no porque lo expulsase nadie", afirma ahora Juan, que además de participar en el documental, ha conformado una asociación llamada Infancias Robadas para evitar más casos como el de su hijo.
"El colegio nunca estuvo a la altura. Su comportamiento fue negligente. Defendió al profesor y no a la víctima. Y lo sigue haciendo. Igual que el Opus Dei, que nunca se ha puesto en contacto con la familia para mostrarle su respeto. Al contrario, lo han intentado enmarañar todo y mantener el nombre del Opus Dei al margen. El entonces Obispo de Bilbao tampoco se puso en contacto con nosotros, pero sí tuvo contactos con el centro a nuestras espaldas. El Opus sigue defendiendo a un pederasta condenado por la justicia española", señala Juan.
El padre de la víctima concluye que "además, ha habido encubrimiento, como quedó demostrado. Pero también ha habido ensañamiento contra la víctima. El agresor, por su parte, sigue insultando a la víctima desde in blog llamándole loco. La Fiscalía debería actuar de oficio, porque eso no es libertad de expresión. Insultar a una víctima de abusos sexuales no es en ningún caso libertad de expresión".
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