COLECCIONISMO

Fundaron una editorial y ahora triunfan con sus exclusivos 'cromos' de artistas: "Hay quien los revende en Wallapop por 300 euros"

Patricia Mateo y José Luis López están detrás de Fueradcarta, un proyecto efímero que colabora con un centenar de creativos y vende unas pocas obras al año por 20 euros

José Luis López y Patricia Mateo fundaron la editorial Fueradcarta en 2017.

José Luis López y Patricia Mateo fundaron la editorial Fueradcarta en 2017. / DAVID RAW

Pablo Tello

Pablo Tello

Madrid

“En dos años y medio todo habrá acabado”, dicen. Si alguien les hubiera dicho a José Luis López y Patricia Mateo hace ocho años que el trabajo más genuino de sus carreras estaría hoy expuesto en el centro de arte CentroCentro de Madrid, no se lo hubieran creído. Fueradcarta es un proyecto artesanal que ofrece ediciones limitadas de libros de artista, en los que se resume su trayectoria y se incluye una obra original exclusiva y numerada a un precio asequible, 20 euros. Al principio fueron 12 y luego 15, pero la vida en la capital se ha encarecido y, con ella, sus servicios. “Me propuso editar nuestra propia obra y cada vez que hacíamos una exposición, creábamos un volumen. Los vendimos y tuvieron mucho éxito”, recuerda Patricia. Con el tiempo, comenzaron a editar a otros autores y, a día de hoy, cuentan con un catálogo de 71 ejemplares entre pintores, escultores y fotógrafos. Sólo habrá 99: “Empezamos con amigos cercanos, pero se fue corriendo la voz y hemos podido acceder a nombres más consolidados. Hay alguien que vende uno en Wallapop por 300 euros”. Cada título se fabrica en una tirada de 100 ejemplares, de los cuales 40 son propiedad del artista y no salen a la venta. 

Fueradcarta produce cien libros de artista en cada colaboración.

Fueradcarta produce cien libros de artista en cada colaboración. / DAVID RAW

El libro de Juan Francisco Casas y Eugenio Merino cuenta con la única obra no visible de la colección.

El libro de Juan Francisco Casas y Eugenio Merino cuenta con la única obra no visible de la colección. / DAVID RAW

“El resto son nuestros. Contamos con una docena de suscriptores que confiaron en esto desde el inicio y nos dijeron que querían todos los números. Son amigos, coleccionistas privados y un museo estadounidense”, señala José Luis, especializado en fotografía y grabado. Ella, por su parte, tuvo que dejar de lado su pasión tiempo atrás por problemas económicos: “Al retomarlo, me resultó muy difícil acceder a una galería. Es algo que nos pasa a muchas mujeres, que cuando somos mayores no interesamos tanto. Por eso siempre he reivindicado la libertad de seguir trabajando”. A día de hoy triunfa como pintora figurativa a nivel internacional. Fueradcarta está disponible en ferias como Arco, Hybrid o JustMad, donde el abanico de clientes se abre a nuevos horizontes, desde fundaciones institucionales hasta adolescentes u octogenarios. “Pretendemos incitar a la gente al coleccionismo. Ocurre como con los cromos, solo que nosotros disponemos de una docena de ‘Messis’. No vendemos más de un libro por persona porque no queremos que la gente especule con ello”, asegura López. “Hay que ser rápido, es como un caramelo en la puerta de un colegio”, añade su compañera. 

Un pulso con las instituciones

Todo corre a su cargo. Desde la elección del artista, que sale de una lista soñada hecha a mano, hasta la impresión y encuadernación de los folletos. “No tenemos margen de beneficio. Las ventas de una publicación costean la siguiente y ayudan a pagar alguna feria. No hemos admitido nunca otra financiación con el fin de no perder el control”, revela la autora. Para ella, lo más difícil ha sido conseguir la confianza de virtuosos con miedo a que se especule con su obra. El número cero llevó el nombre de Óscar Seco, un buen amigo de la pareja y predecesor de otros ocho protagonistas. Hasta el volumen nueve, de Juan Francisco Casas y Eugenio Merino, el único número autocensurado de la colección: “Fue el bombazo y nos dio a conocer a otras caras del sector. No está abierto en la exposición porque, si se viese el dibujo, tendríamos problemas”. Maestros como Rafael Canogar, Ana de Alvear, Mateo Maté, Ana Juan o Tete Vargas cuentan igualmente con su publicación monográfica. Sin embargo, todo tiene un fin y el de Fueradcarta llegará en un par de inviernos, cuando la iniciativa alcance el centenar de panfletos. 

Por el momento, han colaborado con 71 artistas entre pintores, escultores y fotógrafos.

Por el momento, han colaborado con 71 artistas entre pintores, escultores y fotógrafos. / DAVID RAW

La exposición 'Bufet libre: (La casi) una década de Fueradcarta' estará abierta hasta el 28 de septiembre en Centro Centro (Madrid).

La exposición 'Bufet libre: (La casi) una década de Fueradcarta' estará abierta hasta el 28 de septiembre en Centro Centro (Madrid). / DAVID RAW

“Decidimos ponerle fecha de caducidad. No queremos que se convierta en una telenovela. Desde el primer día supimos que sería algo efímero y nos mantenemos. Si no, la gente se aburre y nosotros también”, relata Patricia con franqueza. Esta ideología, que a su vez dota la propuesta de cierta exclusividad, reivindica la falta de compromiso de algunos organismos con la carrera de sus creativos. “Este país olvida pronto a sus virtuosos y nuestra labor no deja de ser un pulso a las instituciones. Esto lo tendría que hacer el Ministerio de Cultura o el museo Reina Sofía”, critican. De la mano en todo momento, continúan con la idea inicial por vocación. Una vocación que, pese a no reportar beneficios económicos, ha creado verdaderas amistades: “No deja de ser una idea romántica que nació como un juego y de la que nos queda la diversión. Hemos creado lazos de amistad con ellos. Javier de Juan era mi héroe en la juventud y ahora me tomo cañas con él”. Ella, a su vez, incide en la sensación de incredulidad que muestran los nuevos clientes tras adquirir una de sus manufacturas. 

Una cápsula de arte español

Si bien han pasado más de 70 nombres por el taller, Patricia y José Luis lo tienen claro cuando les preguntan por el más especial para ellos. Darío Corbeira, artista conceptual, dejó una marca en sus corazones, que coinciden a la hora de resaltar su contribución a la editorial. “Participó tras un trasplante de riñón y el libro gira en torno a esa operación. Es una obra muy sincera, similar a un testamento”, rememora López. Mateo, por su parte, todavía se emociona al recordarlo: “Escribirlo fue una liberación, una despedida del mundo en forma de texto. Como pieza conceptual es maravillosa”. Otros rostros que, paralelamente, salen a la palestra, son Tete Vargas con la única reproducción doble de la colección; Eugenio Ampudia, que troqueló las cien portadas manualmente; Mateo Maté, que tardó casi tres años en terminarlo; o Santiago Serrano que, por un error en las medidas, posee el único ejemplar en apaisado. Este último, Premio Nacional de Grabado en 1996, cuenta con una de las publicaciones más exitosas a sus 83 años de edad: “Los más veteranos son quienes más agradecen esto”.

Darío Corbeira colaboró con Fueradcarta tras un trasplante de riñón, motivo principal de esta obra.

Darío Corbeira colaboró con Fueradcarta tras un trasplante de riñón, motivo principal de esta obra. / DAVID RAW

Patricia Mateo y José Luis López pondrán fin al proyecto cuando alcancen el centenar de colaboraciones.

Patricia Mateo y José Luis López pondrán fin al proyecto cuando alcancen el centenar de colaboraciones. / DAVID RAW

Especial e irrepetible a partes iguales, el proyecto condensa el arte español de las últimas décadas en España y brinda a los participantes la posibilidad de crear una cápsula que resuma su trayectoria con total libertad. “En lo que sí somos censores es en la calidad. Si no es un trabajo en condiciones, no podemos incluirlo en la serie”, suma. Con la mente puesta en los tres siguientes libros, resuena la identidad de un grafitero. También el de Pablo Genovés, Premio Nacional de Fotografía. “Si quisiéramos soñar en grande, lo suyo es que se lo quedase una institución y continuase compartiendo talento. Los 71 representan cosas distintas y, excepto Patricia Allende, todos siguen en activo, suma. La singularidad reside en el formato, más pequeño y breve que ninguno, así como en la capacidad de haber sabido mantener la identidad que un día dio lugar a Fueradcarta. “Ese es nuestro atractivo, junto al bajo coste. Nos han dicho que subamos el precio, pero perderíamos la esencia”, apostilla Patricia. Una esencia que cura el alma. Al menos, la de aquellos que creen en el arte y encuentran en estos pasquines una vía de escape de la sociedad que rara vez les ha mirado de frente.