CASTILLA Y LEÓN

Los globos aerostáticos levantan en armas a los ganaderos de Segovia: "Son un peligro para las vacas"

Dicen que son un "peligro" por que el ganado "se pone nervioso y rompe el vallado", mientras los dueños de los globos se muestran "sorprendidos" por que no les constan incidentes

Los globos aerostáticos se han convertido en un clásico del paisaje de Segovia, que desde hace cincio años celebra un Festival Accesible de Globos Aerostáticos.

Los globos aerostáticos se han convertido en un clásico del paisaje de Segovia, que desde hace cincio años celebra un Festival Accesible de Globos Aerostáticos. / AYUNTAMIENTO DE SEGOVIA

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Madrid

Por su orogorafía y la baja altura de sus edificios, Segovia es perfecta para los vuelos con globos aerostáticos y desde hace años es habitual verlos sobrevolar la ciudad e incluso dirigirse más allá de la SG-20 dirección de la Sierra de Guadarrama. Siete empresas ofrecen sus servicios en la ciudad histórica, con un campo de despegue muy cercano al núcelo urbano -a 500 metros de la muralla- y hasta el Ayuntamiento ha abrazado los globos como si fueran algo intrínseco ya a la villa, patrocinando el Festival Accesible de Globos de Segovia, que este año celebrará su sexta edición. 

Sin embargo, los globos no son del gusto del todos y, recientemente, los ganaderos de la zona han vuelto a poner el grito en el cielo "por los problemas" que generan en su ganado, principalmente vacuno, ya que supone un "peligro" pues "asustan" a los animales. 

En 2018 ya hubo denuncias

"En 2018 o así ya tuvimos este problema estuvimos en la subdelegación de Gobierno y se corrigió, pero volvemos a tener el mismo problema", señala César Acebes, presidente de la Unión de Campesinos-UCCL, que junto a la Agrupación de Defensa Sanitaria Sierra de Segovia han vuelto a declarar la guerra a las empresas de globos, que muestran su "sorpresa" porque excepto hace unos meses con un incidente "aislado" no ha vuelto a "haber novedades".  

Un vallado roto por ganado en Segovia después de estresarse por el paso de globos en bajo vuelo.

Un vallado roto por ganado en Segovia después de estresarse por el paso de globos en bajo vuelo. / EPE

 "No estamos en contra de las empresas, pero no puede ser que habitualmente viajen entrando en las dehesas y cuando bajen o aterricen en mitad de las parcelas, las vacas se asusten, los becerros se separen de las madres y algunos animales rompan las cercas y salten a las caminos sin control. Es un peligro", prosigue en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Acebes, que recuerda que algunas veces "si el terreno está mal y la finca está vallada, hay que avisar al propietario y abrirles la puerta para que saquen a la gente con todoterrenos".  

"De forma aislada no pasa nada, pero esto pasa de forma recurrente. Cuando se escapan las vacas los ganaderos tienen que salir a por ellas y ya tienen trabajo de por sí", apostilla el representante de los trabajadores del campo. 

Según Acebes, el ruido que hacen las aeronaves "abriendo el gas [de los quemadores] asusta a los animales" y cada vez, dice, se ven con más frecuencia. "Suelen estar los fines de semana, pero el otro día era viernes y salían cinco globos a las diez de la mañana", aprecia.  

Zonas de convivencia

Los empresarios de los globos defienden que son escrupulosos al milímetro cuando operan en la ciudad segoviana. "Hemos visto las declaraciones en prensa y no entendemos a qué viene esto ahora, no hay ninguna novedad", expresa Cristian Biosca, gerente de la empresa Volar en Globo y coordinador del Festival de Globos. 

Globos aerostáticos sobrevolando la ciudad de Segovia.

Globos aerostáticos sobrevolando la ciudad de Segovia. / TURISMO DE SEGOVIA

Según explica Biosca, el único incidente que le consta ocurrió "hace algunos meses y no tenía nada que ver con las empresas que operamos en Segovia, y no ha vuelto a pasar nada. Nosotros tenemos registros de todos los vuelos". 

El portavoz de los empresarios subraya que en la reunión que se mantuvo en la subdelegación de Gobierno de 2018 ya "se marcaron dentro de la convivencia unas zonas por las que intentamos no ir, pero los globos no se pueden dirigir" ya que dependen del viento y, como mucho, tratan de aterrizar a la altura de Torrecaballeros y La Higuera, pese a que no tienen ningún tipo de restricción para volar por dónde quieran. 

"No es capricho, el viento nos lleva"

De acuerdo a su versión, las denuncias contra ellos no son algo extensivo a todos los ganaderos, sino "solo a tres en concreto, que son particularmente problemáticos; hemos intentado llegar a acuerdos con ellos, que vengan a volar y que lo vean, pero nada. Es que no es una cuestión de capricho donde aterrizamos, el viento nos lleva".

Según aprecia Biosca, si los ganaderos marcaran las fincas concretas que no pueden sobrevolvar "las evitaríamos, pero si marcan un territorio de mil kilómetros cuadrados no tenemos opciones". "Su queja es que volamos bajo y espantamos al ganado, pero jamás ninguno de los que volamos hemos visto que el ganado corra cuando pasamos o que rompa vallas", añade el portavoz, que afirma que, "como los corzos, ya están acostumbradas a los globos".  

Biosca recuerda que tienen establecido un protocolo de actuación y contratado un seguro de responsabilidad civil, con un parte amistoso de incidentes, "que no hemos usado; si no se ha usado es que no ha pasado nada". De hecho, aprecia, saben de algunas parcelas en las que si van a aterrizar deben avisar antes para entrar con los vehículos, y así lo hacen. 

Una actividad "muy segura"

De igual forma, informa que todas las denuncias que les han puesto no han llegado a ningún sitio "porque no hay ninguna prueba de ese daños" y subraya que toda la actividad es "muy segura y está muy regulada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea". 

 "Lo último que queremos es que con las 16 personas que llevamos haya un conflicto. En ocasiones nos ha costado mucho y mucho disgusto porque varios de ellos tienen trato compolicado. Intentamos hacer las cosas bien siempre y si se produce algún daño por el globo se paga, pero cuando ocurre es algo excepcional, como mucho una vez al año", precisa Biosca, que apunta que en alguna ocasión los ganaderos "nos han cerrado el paso y nos impiden movernos por caminos de uso público".