MUNDO ULTRA
¿Es posible "ilegalizar" al Frente Atlético y al Frente Bokerón? Así es como lo va a intentar Tebas
LaLiga aspira a que ambos colectivos de ultras, ya teóricamente vetados en los estadios, sean considerados por la Justicia como organizaciones o grupos criminales

El futbolista Koke conversa con radicales, algunos con camisetas del Frente Atlético, durante el último derbi madrileño. / Bernat Armangue / AP
¿Es posible ilegalizar al Frente Atlético? ¿O al Frente Bokerón, los radicales del Málaga? ¿O a cualquier de los grupos violentos de ultras que existen en España? LaLiga cree que sí y está decidida a conseguir un precedente inédito en el deporte español. Un objetivo lleno de dificultades, entre ellas la inexistencia de estos grupos como peñas o siquiera como entidades jurídicas, por mucho que se apoyen en sociedades mercantiles. Pero no, no existe Frente Atlético SL.
El pasado miércoles, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, explicó en la Comisión de Igualdad del Congreso sus intenciones con estos grupos. “Nosotros como Liga, hace unos meses que presentamos a la Fiscalía la disolución e ilegalización del Frente Atlético del Atlético de Madrid. Y he dado instrucciones para que la próxima semana sea avance en la ilegalización del Frente Bokerón”, explicó Tebas.
Fuentes de LaLiga explican que el organismo presentó denuncias ante la Policía frente a individuos concretos que, a su criterio, pueden conformar un grupo u organización criminal. La Policía realizó sus investigaciones y las elevó a la Fiscalía, que debe decidir tras practicar las diligencias oportunas si solicita la apertura de juicio o archiva la causa.

Grupos criminales
El objetivo de LaLiga es que los ultras denunciados por delitos de odio, agresiones, alteración del orden público o incitaciones a la violencia no puedan acceder a los estadios y que los grupos presuntamente criminales a los que pertenecen no puedan realizar actividades sociales y económicas: reuniones en locales, venta de merchandising, cobros por carnés de socio o simpatizante, actividad a través de páginas web…
No sería necesaria una sentencia firme para alguna de esas actividades, pues se podrían decretar medidas cautelares para frenar las actividades presuntamente delictivas mientras dure la causa.
En la actualidad, tanto el Frente Atlético como el Frente Bokerón son dos de los grupos considerados como “radicales y violentos” por la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte (Antiviolencia), un organismo dependiente del Gobierno. Una veintena de grupos de toda España está incluido en el listado, lo que significa que está prohibida su promoción en los estadios mediante bandera o exhibición de símbolos, así como recibir apoyo por parte de los clubes.
Precedentes
En el fútbol español existen dos precedentes de este tipo de procedimientos contra grupos de ultras violentos. Uno cerrado con sentencia firme y otro todavía en proceso. En 2018, un juzgado de Pamplona condenó a 11 simpatizantes de Indar Gorri, a los que consideró miembros de un grupo criminal. No obstante, Indar Gorri, el mayor grupo de ultras de Osasuna, no fue considerado como grupo criminal en su conjunto.
El otro caso es el de los Casuals, la facción más violenta de los Boixos Nois, los ultras del Barça expulsados del Camp Nou desde 2003. Un grupo que nació en las gradas del estadio del Barça, pero que acabó convirtiéndose en una de las bandas delictivas más peligrosas y activas de España.

Pancartas pidiendo la libertad de miembros de Boixos Nois / EPE
La expulsión de los Casuals del estadio vino de la mano de Joan Laporta al hacerse por primera vez con la presidencia del club. Una medida que le costó al presidente una serie de amenazas de muerte que le llevaron incluso a tener que cambiar de domicilio. Y aunque los miembros de esta facción radical no pueden acceder al recinto deportivo, siguieron llevando a cabo actividades criminales entre las que estaban amenazas, agresiones, extorsiones, desórdenes públicos, atentado e incluso un homicidio.
Los Casuals fueron juzgados en 2013, en un macrojuicio en el que los ultras acabaron emprendiéndole a golpes contra los Mossos d'Esquadra que les custodiaban, tal y como informó en su momento EL PERIÓDICO DE CATALUÑA. 10 años después, en agosto de 2023, los líderes del grupo volvieron a ser detenidos por otros delitos como secuestro, extorsiones y tráfico de drogas. Sin embargo, un juez los dejó en libertad provisional siete meses después. Entre ellos su líder, Ricard Mateo.
Burlar la prohibición
Dichos procesos demuestran que, aunque un grupo ultra pueda ser expulsado de los estadios en España, habitualmente sigue existiendo fuera de las gradas. Otro ejemplo es el de Ultras Sur, que también fueron vetados en el Santiago Bernabéu por Florentino Pérez, pero que siguen manteniendo su actividad y reuniéndose en las inmediaciones del estadio antes de los partidos; concretamente en bares de la calle Marceliano Santamaría.
Incluso algunos siguen entrando a sus estadios. Porque otros grupos ultras españoles considerados peligrosos, como Biris Norte (Sevilla) o Iraultza (Alavés), están prohibidos teóricamente. No pueden exhibir símbolos con su nombre en ningún recinto deportivo. La solución hallada por estos grupos consiste en suprimir esos nombres prohibidos y acceder con pancartas con otras denominaciones. La nueva estrategia de LaLiga, apuntando directamente a los individuos, pretende acabar con este método de burlar la prohibición.