VINO AYER Y VINO HOY
El financiero danés que se mudó a Zamora para ser viticultor: "Decidí cambiar de vida y probar algo diferente"
Frontio, la bodega de Thyge Benned, produce 25.000 botellas al año en Fermoselle, en la D.O. Arribes

Thyge Benned, dueño y fundador de la bodega Frontio, que produce sus vinos en Fermoselle (Zamora) / TB

Thyge Benned (Oksbøl, 1980) abandonó con 36 años su trabajo en Copenhague como trader (comerciante) de gas natural en la multinacional Mærsk. ¿El motivo? El aburrimiento y la monotonía, que le llevó a cumplir su sueño, convertirse en viticultor. Así terminó en Fermoselle, una pequeña localidad de 1.100 habitantes en la provincia de Zamora, plantando viñas, produciendo su propio vino y fundando su propia bodega, Frontio, la cual produce hasta 25.000 botellas al año dentro de la Denominación de Origen Arribes, que discurre por el cauce del Duero en la frontera con Portugal.
Thyge, al que todos en el pueblo conocen como Chus (dado lo impronunciable que es su nombre danés), explica su mudanza a España: "Soy economista, pero al final me aburrí de esa vida. El sueldo era bueno, pero sentía que era un número: si no estaba yo, al día siguiente habría ocho personas detrás esperando su oportunidad. Pensé en cambiar de empresas o de sector, pero al final decidí cambiar de vida y probar algo diferente", relata el viticultor, que atiende a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA tras culminar su octava vendimia, que ha sido corta. A pesar de que el invierno y la primavera fueron lluviosos, una granizada en abril ha recortado la cosecha en más de la mitad. Igualmente, Chus está contento, la calidad de la uva es "muy muy buena".
La primera idea del danés fue comprar un viñedo, trabajar la viña por la mañana, dormir la siesta y jugar a las cartas en la plaza del pueblo. "Ocho años después todavía no he jugado una partida", comenta entre risas. Thyge compró inicialmente tres viñedos con una superficie de menos de cinco hectáreas. Ahora tiene ya 14 hectáreas. La producción de Frontio (su bodega) va desde las cuatro o cinco referencias, en los años de mala cosecha, hasta diez.

Viñedos de la bodega Frontio en Fermoselle (Zamora) / TB
Fermoselle, el lugar escogido
Escoger Fermoselle fue una mezcla entre casualidad y elección. "En Zamora lo más famoso es la D.O. Toro, pero allí se producen vinos fuertes. Aquí tenemos otro clima y otra naturaleza. Elegí esta zona porque quería trabajar con variedades que no fuesen solo tempranillo, con algo diferente. También quería viñas viejas, cuyo coste es mucho más alto en zonas como Rioja o Galicia", destaca Chus. Uno de los problemas añadidos es que, mientras en Ribera de Duero la cosecha de uva puede alcanzar los 7.000 kilogramos la hectárea, en Arribes la cifra baja hasta los 2.000 kg.
Arribes es una denominación de origen prácticamente desconocida en España y en el extranjero. "Es una zona muy pequeña en la que no hay una bodega grande con fama, además de que solo tiene quince años de historia", explica Thyge Benned, que ejerce como presidente de la D.O. Arribes. Aunque está fuera del foco nacional, se trata de una zona de amplia tradición vinícola: sin ir más lejos, Fermoselle se conoce como el pueblo de las mil bodegas, a pesar de que desde 1985 ha perdido el 90% de sus plantaciones.
Vinos ligeros, ecológicos y jóvenes
La filosofía de Chus y Frontio es elaborar vinos ecológicos con la menor intervención a partir de uvas autóctonas de la zona, que a su vez sean jóvenes, ácidos y con una baja graduación alcohólica. "Para mí, un buen vino es el que te puedas beber una botella solo sin necesidad de acompañarlo de comida. Mi filosofía es hacer vinos se puedan beber, que no sean fuertes y llenos de madera. Todos mis vinos están clasificados como jóvenes porque para mí los gran reserva, reserva y crianzas no valen para nada", explica el productor.

Chus exporta el 80% de su producción al extranjero / TB
Entre las uvas que utiliza Chus destaca la Juan García, una variedad exclusiva de la zona, además de otras como Garnacha, Rufete o Bruñal. Entre las referencias de Frontio destaca Puesta en Chus, un monovarietal de Puesta en Cruz producido a partir de racimos enteros sin despalillar, con mucha mineralidad, salinidad y acidez; mientras, en uva tinta, Follaco, que es el más asequible de la bodega y al que Thyge describe como un vino para "beber en un bar tranquilamente".
Chus vende todas sus botellas fuera de los grandes lineales de los supermercados y solo el 20% de su producción se queda en España. El 80% se exporta a otros países a nivel mundial: Japón, Estados Unidos, Dinamarca, Bélgica, Alemania y Francia. Su objetivo no es ampliar la producción, sino la calidad y trabajar con las variedades de la zona de las que no existen vino. "He plantado muchas variedades desconocidas y autóctonas para ampliar mi porfolio. No tengo problema con tener 15 vinos: si solo pensase en el dinero, haría otra cosa. Necesito dinero para vivir, pero no para hacerme rico. Me encanta el vino y no estoy pensando en que perfil que quiere el mercado. Quiero conocer más las variedades y diferentes tipos de suelo, experimentar y aprender", concluye Thyge Benned.
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