AGRICULTURA

El vino Rioja vive su peor crisis con un pinchazo en ventas de un 1,2%: "El cliente ya no busca lo de antes"

Paralizar nuevas viñas productivas, cultivar más uva blanca, con más demanda, y equilibrar la producción, soluciones de la Denominación de Origen

Varios vendimiadores en viñedos de Rioja en Aldeanueva de Ebro.

Varios vendimiadores en viñedos de Rioja en Aldeanueva de Ebro.

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Eusebio Fernández, que junto a su hermano tiene cerca de 30 hectáreas de viñedos en la Rioja Alta, lleva cosechando toda la vida y dice que sólo cuando empezaba había una crisis igual a la que están sufriendo en la actualidad. “Ahora se han juntado muchas cosas, pero el principal inconveniente ha sido la bajada mundial del consumo de vino”, revela el viticultor, ingeniero agrícola que hace pocos días vendió a granel mucho del vino que tenía de excedente a un precio muy barato. Era más importante deshacerse del caldo que sacarle rendimiento.  

Tras un inicio de milenio muy bueno, con un aumento exponencial de producción y de ventas año tras año, la Denominación de Origen Certificado Rioja, la gran referencia vitícola de nuestro país -el año pasado produjo 343 millones de botellas, el triple que su inmediato seguidor, el vino de Rueda- suma un lustro gris, que se inició con las heladas de 2017, siguió con el pinchazo provocado por la pandemia del Covid, que redujo el consumo drásticamente al estar cerrada la hostelería, continuó con las fluctuaciones del mercado británico por el Brexit –un tercio de lo que exporta la DOC iba al Reino Unido- y acabó con la subida de los costes de producción, potenciados por la guerra en Ucrania, y la sequía. “Es que ha sido la tormenta perfecta”, prosigue Eusebio. 

La situación ha provocado que las 570 bodegas incluidas en la DOC, repartidas por tres comunidades autónomas -Navarra, La Rioja y País Vasco (Álava)-, tengan un excedente que llevan arrastrando varios años y que es difícil de eliminar. Acrecentando el problema, la comercialización de vino con denominación Rioja ha pinchado. En 2022 las ventas experimentaron un descenso del 1,2% respecto al año anterior, según el balance realizado por el Consejo Regulador. Se vendieron 251 millones de litros con una leve recuperación (+0,16%) de las ventas en el mercado español que no mitigaron la caída de un 3,1% en las exportaciones (el mercado británico, el principal, cayó un 12%). 

Reequilibrio

Ante esta situación, la Comisión Permanente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja ha ido tomando en los últimos meses varias medidas de reequilibrio, de reajuste, entre las que está paralizar las nuevas plantaciones -se había pasado de 61.645 hectáreas de viñedo productivo en 2014 a 66.798 de la actualidad, el máximo histórico; desde el Consejo Regulador que solo mil son verdaderamente productivas-, solicitar a las administraciones permiso para cosechar en verde -obtener ayudas por retirar la uva y no comercializarla- y poder destilar 60 millones de litros -30 en 2023 y otros 30 el próximo año- que serían destinados a uso industrial. La Denominación de Origen de Extremadura es la única que ha solicitado también esta medida, que vendría a mitigar la crisis que viven los productores.

“Es un sector que nunca ha pedido ayuda a las administraciones pero este año necesitamos ayuda y fondos”, señalaba Álex Las Heras, vocal de Arag-Asaja en el Consejo Regulador de Rioja, en un vídeo reciente publicado por el sindicato. La petición del destilado, que tiene que ser aprobada en última instancia por Bruselas, ha sido vista con buenos ojos por las administraciones que, sin embargo, tienen paralizado por ahora el proceso debido a las recientes elecciones autonómicas y municipales. Mientras el Gobierno de la Rioja ha anunciado 15 millones de euros de ayuda al destilado, el Gobierno vasco estima que destinará a los productores alrededor de 7,6 millones. Según cálculos de los sindicatos, se pagaría entre 90 céntimos y 1,10 euros el litro en función de las existencias y de las particularidades de la bodega o la cooperativa. Solo en La Rioja, 184 productores han pedido acogerse a esta medida de destilado para poder vaciar sus cubetos de cara a la próxima vendimia, según informan los sindicatos. “Es un momento complicado, pero es reconducible”, asegura José Luis Lapuente, director general de la DOC, que subraya que el Rioja “acredita un éxito de más de 100 años”.  

Bajón del consumo

Para el sindicato UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), Rioja vive con especial virulencia la crisis del sector porque es el gran gigante del sector vitícola español y atribuye la situación al bajón del consumo, sobre todo en nuestro país. “El año antes de la pandemia hubo un consumo interno anual de 11 millones de hectolitros. Hace dos años se recuperó pero ahora estamos en 9 millones de consumo”, explicita Juan Manuel Delgado, miembro del gabinete técnico de UPA. “No es que haya un exceso de producción, sino una acumulación de existencias por la retroacción del consumo”, aclara.  Al cierre de 2022, según datos del Consejo Regulador, eran 937 millones de litros los acumulados en bodegas, la mayor parte de crianza.

"Los clientes ya no buscan lo de antes, no son tan marquistas", dicen en Abra

Para algunos miembros de la DOC, los años malos que están viviendo deben llevar a una reflexión. “La situación es muy mala, muy complicada. Ha caído el cliente y ha caído el mercado. Los clientes ya no buscan lo de antes, además; hay 100 denominaciones de origen y el tipo de cliente está cambiando. Ya no es tan marquista como antes. Con lo que gasta va a exigir más. Hay que ser fiel a tu origen, explicar mejor; a la gente le gusta las cosas especiales, particulares, pequeñas...”, valoran desde la Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa (Abra), que forman parte del Consejo Regulador y producen entre un 20 y una 25% del total de la DOC. 

Vistas de viñedos en la localidad de Haro. 

Vistas de viñedos en la localidad de Haro.  / EPE

En Abra inciden en que hay que proseguir en la línea de “contener la masa vegetal” y orientar hacia un producto incluso de más calidad, “controlando y equilibrando” las producciones. Tienen claro, además, que las ayudas solicitadas a las administraciones son solo pequeños incentivos, como la cosecha en verde, donde “hay muy poco dinero para repartir”. “No es una medida que guste, porque la viña la tienes que seguir trabajando igual”, precisan. 

Desde la Comisión Permanente del Consejo Regulador se lleva trabajando intensamente los últimos años por encontrar las mejores soluciones de reequilibrio “a corto plazo” para los más de 14.000 viticultores de la DOC, estableciendo medidas que hagan disminuir la oferta “maximizando la calidad de las uvas y los vinos elaborados” e intensificando los controles cualitativos.

No más plantaciones nuevas

Algunas de las medidas pasan por paralizar las nuevas plantaciones en los próximos tres años. “Así se evitarán problemas como ha ocurrido con el Rueda”, señala Juan Manuel Delgado, de UPA, “ya que se plantaron en dos años muchas hectáreas y ahora con la crisis coyuntural que hay tienen una producción demasiado grande, y eso que es vino blanco, que tiene últimamente más demanda”. Los bodegueros de Rueda aumentaron aun así las ventas un 8% en 2022, colocando más de 110 millones de botellas en el mercado, mientras la Denominación de Origen de Ribera del Duero -tercero en el ranking de ventas- aumentó su facturación solamente un 0,3%, con la comercialización de 100,7 millones de botellas. Todas ellas muy lejos del Rioja.

Desde el Consejo Regulador del Rioja también se ha planeado ajustar el rendimiento de producción para las dos próximas vendimias del 90% en el caso de uva tinta. Han limitado asimismo a un 4% la entrada de uva para vino de mesa, y al 69% el rendimiento de transformación que, en el caso concreto de la uva blanca destinada a la elaboración de vino blanco, se establece en el 70%. Otra de las medidas tomadas son la priorización la reestructuración de viñedos de variedades tintas a variedades blancas o variedades tintas minoritarias, atendiendo también a su creciente demanda, solicitando ayudas para hacer los reinjertos tal y como contempla la Unión Europea.

Una máquina vendimiadora en una viña de La Rioja. 

Una máquina vendimiadora en una viña de La Rioja.  / EFE

“Después del Brexit tuvimos que haber actuado con rapidez, destruyendo vino, y no habríamos tenido tantos problemas ni la percepción de que se produce mucho vino en La Rioja. El exceso además incide en los precios y hemos tenido que vender mucho más barato”, razona Eusebio Fernández, que no ve con malos ojos tirar parte de la uva porque incluso la vendimia en verde exige un “exceso de papeleo”. “Tenemos que ajustar la producción a la demanda”, concluye el viticultor.

El análisis que han hecho desde la DOC es que conseguir el balance de oferta-demanda está en solo un 3,5% de la comercialización anual. “Hay que buscar el reequilibrio”, insiste Lafuente, que precisa que incluso la Comisión Europea está discutiendo nuevas regulaciones para limitar los altos niveles de stock en Europa debido a la ralentización del consumo, “sobre todo de vinos tintos y rosados”.

Según Lapuente, después de las heladas de 2017 se tomaron “medidas estratégicas” para seguir teniendo evolución positiva, pero la pandemia cerró las puertas a la oportunidad. Hay que recordar que de los dos tercios de producción que Rioja coloca en España el 60% es para la hostelería, que durante muchos meses estuvo prácticamente cerrada. “No había puertas a las que llamar”.

Por otro lado, destaca Lafuente, han sufrido “especialmente” las revisiones impositivas en EEUU y Reino Unido para los productos que exportaban allí y donde prosigue con intensas campañas de publicidad, además de en China o Rusia, otros importantes mercados. Desde la DOC recuerdan que los malos datos del consumo en esta “situación de incertidumbre” afectan también de forma drástica a Francia -donde se plantean arrancar buena parte de los viñedos de Burdeos, por ejemplo, Italia, o Portugal y ponen el énfasis en que los vinos blancos, que están experimentando un auge sin precedentes y que en la actualidad suponen el 10% de la producción en Rioja, “son una oportunidad” para seguir creciendo. “Lideramos el crecimiento en los vinos blancos, hay que darle cariño a eso. En situaciones de incertidumbre como estas o te escondes y lloras debajo de la manta o abordar la situación con frialdad, de una manera honesta”, concluye.