ELECCIONES 28-M

Los secretarios volantes, los 'héroes' de la España vaciada: "Sin ellos, el Ayuntamiento no podría funcionar"

Estos profesionales gestionan los trámites administrativos de pueblos pequeños para que puedan empadronar a nuevos ciudadanos, presentar sus cuentas o pagar las facturas

"Me podré hacer cerca de 600 kilómetros cada semana", calcula Jaime Leceta, secretario interventor municipal de Gárgoles de Abajo, Gualda, Huérmeces del Cerro y Olmeda de Cobeta, en Guadalajara

Jaime Leceta, secretario municipal de varios pueblos de Guadalajara, a la entrada del Ayuntamiento de Gárgoles.

Jaime Leceta, secretario municipal de varios pueblos de Guadalajara, a la entrada del Ayuntamiento de Gárgoles. / EPE

Jaime Leceta se recorría tantos kilómetros a la semana que hace no mucho decidió comprarse un coche híbrido. "Me podré hacer cerca de 600 kilómetros cada semana", calcula este secretario interventor municipal por teléfono desde Gárgoles de Abajo, un pequeño municipio de la Alcarria de 82 habitantes conocido por sus kilométricos túneles de bodegas subterráneas. Ayer era jueves, y los jueves y martes acude a Gárgoles a gestionar las cuitas del Ayuntamiento. Pero el resto de la semana su oficina cambia cada día. Un día acude al Ayuntamiento de Gualda, otro al de Huérmeces del Cerro -en la zona de Sigüenza- y otro al de Olmeda de Cobeta, muy cerca de Molina de Aragón, al que viaja cuando hay pleno.

Es el caso de Jaime paradigmático del trabajo del secretario municipal de la España despoblada, empleados públicos cuya profesión consigue que muchos pequeños municipios puedan tener servicios, realizar trámites o pedir subvenciones, mientras la sangría de la despoblación sigue vaciando las localidades. Permite que los pocos (o muchos) habitantes que quedan puedan ir a la misma velocidad a la hora de realizar gestiones que el resto, al igual que sus alcaldes. "Si no tuviésemos secretario, el Ayuntamiento no podría funcionar. No podríamos pedir nada a nivel oficial, porque no tenemos potestad para hacerlo", declara Rafaela Liébana, alcaldesa de Las Cuevas de Cañart, una entidad local menor que depende del municipio turolense de Castellote que comparte secretario con otros dos pueblos, Seno y Bordón.

Ese bloqueo administrativo es precisamente el que experimenta Illán de Vacas, en Toledo. Este municipio, el menos poblado de España, con únicamente tres habitantes censados, no puede empadronar a más personas o presentar sus presupuestos, que ocupan "media hoja de Excel", apunta el alcalde Javier Bollaín Renilla, porque no cuentan con el apoyo de un secretario. Llevan seis años reclamando la colaboración de un "secretario volante", que se distribuya entre otros municipios aledaños. En Illán de Vacas, sostiene el alcalde, sólo tendría que trabajar "media hora al trimestre".

Guadalajara tiene cuatro comarcas, y Jaime Leceta, que fue durante 12 años alcalde de Brihuega, trabaja cada semana en tres de ellas. Se desplaza desde Guadalajara, donde vive en la actualidad, con una carpeta, donde archiva toda la documentación pendiente de todos los consistorios que lleva. "Por mi trabajo tengo un complemento de sueldo por desplazamiento", explica Jaime, que ha entendido siempre su labor desde el servicio público.

"Arreglar cuestiones que tienen los vecinos, regularizar permutas que hicieron con el Ayuntamiento que llevaban pendientes años, por ejemplo, o solucionar pequeñas cosas diarias es muy satisfactorio. Hace poco me llamaron de Pedro Muñoz, donde estuve seis años de interventor, para contarme un tema en el que estuve ayudando, el de la residencia de ancianos. Aunque sea tu pequeño granito de arena, algo ayudas, es algo satisfactorio", explica Jaime.

Aunque sea tu pequeño granito de arena, algo ayudas, es algo satisfactorio"

— Jaime Leceta, secretario interventor

No es un trabajo fácil porque, como explica este secretario interventor, "cada vez los trámites y expedientes se complican más y no hay personas tan especializadas en este tipo de trabajo. Nosotros tenemos que consultar mucha legislación", asevera Jaime. Por cuyas manos pasan, por ejemplo, las solicitudes de subvenciones -"siempre tiene que haber un certificado del secretario, y si no que un funcionario o personal haga de secretario accidental"-, fundamentales en los pueblos.

La figura del secretario, del interventor y del tesorero, viene a "garantizar el cumplimiento de la legalidad en los municipios", recalca Marien Peinado, miembro de la Comisión Ejecutiva del Consejo General de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local (Cosital). El problema, dice, reside en que "la exigencia de documentación, presupuestos o liquidaciones es prácticamente la misma para el Ayuntamiento de un pueblo de pocos habitantes que para el Ayuntamiento de Madrid".

"Estos municipios tan pequeños tienen poco margen para hacer inversiones propias, por eso estamos pendientes de subvenciones de la diputación", aprecia el trabajador, que muchos días está solo trabajando en el Consistorio que le toque. Afortunadamente, la tecnología les permite realizar muchos procedimientos fácilmente a través de un programa informático "de gestión de expedientes" que pone a disposición de los pequeños ayuntamientos la Diputación de forma gratuita. "Si hay algún registro de entrada, notificación o expedientes, ahí vemos si está pendiente, además de que también usemos el correo electrónico".

El coste de un secretario

Entre las principales funciones que desempeñan también está expedir certificados de empadronamiento, padrones fiscales, sacar al cobro el agua, la basura o el IBI. Jaime lamenta que desde el Estado no se termine de consolidar la función que realizan los secretarios interventores interinos. Recientemente, surgió una normativa para la estabilización de los puestos de trabajo temporales en los ayuntamientos de los que lleven más de tres años trabajando -son alrededor de 2.500-, "pero sólo han sacado 500 plazas". La normativa de estabilización de funcionarios interinos en Ayuntamientos, sin embargo, sí prevé que se consoliden todas sus plazas, por lo que los interventores se sienten "discriminados".

"La dejadez de las comunidades autónomas, cuando a ellas les correspondía la selección de secretarios, y, ahora, del Ministerio ha desencadenado que haya una escasez de efectivos, que redunda en que en algunos pueblos no se puedan adoptar medidas de gestión del mismo", señala Marien Peinado. En Illán de Vacas, durante esta legislatura, el alcalde reconoce que no ha podido "conseguir nada", debido al estancamiento administrativo que sufre el pueblo. En los últimos años, señala la miembro de Cosital, están faltando secretarios "no sólo en los municipios pequeños, sino también en los que son más grandes".

Contar con estos profesionales tiene un coste importante para los pueblos con un presupuesto más ajustado. En el caso de Las Cuevas de Cañart, tener un secretario durante un día a la semana les cuesta "unos 400 euros al mes", afirma su alcaldesa. Los salarios de secretarios interventores y de tesorería, que son funcionarios del grupo A1, no son siempre iguales. Hay una parte fija y otra que "depende de la propia corporación", como los complementos específicos y los de destino. "Cada uno tendrá unas retribuciones distintas. Ninguna administración ha establecido una horquilla salarial", manifiesta Marien Peinado.

Los pueblos que, por falta de presupuesto, no pueden pagar los honorarios de estos profesionales, como sucede en Illán de Vacas, pueden acogerse a la normativa, que "obliga a las diputaciones a garantizar la prestación de estas funciones de secretaría de intervención y tesorería en los municipios de menos de 1.000 habitantes", explica la miembro de Cosital. Sin embargo, critica que "las diputaciones provinciales no cumplen con sus obligaciones y no dotan de este personal para que asista a las localidades".