TENDENCIAS

La lenta 'muerte' del bidé: "La gente prefiere quitarlos para ganar espacio en el baño"

La otrora imprescindible pieza del aseo lleva años perdiendo adeptos mientras ganan mercado las duchas auxiliares

"Mucha gente los retira porque así pueden poner un mueble de baño más grande", aseguran desde una empresa de reformas

Cada vez más hogares españoles retiran el bidé de sus baños.

Cada vez más hogares españoles retiran el bidé de sus baños. / IGNACIO GARCÍA

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Inventado en el Versalles de Luis XV, cuentan que el propio Napoleón lo consideraba tan efectivo para aliviarse los escozores después de cabalgar que se lo dejó en herencia a su hijo. Su nombre, proveniente del francés bidet, hacía precisamente referencia a un tipo de caballo pequeño parecido a un poni, hoy extinto, que era usado por la nobleza de la Francia del siglo XVIII; aunque hay otros que apuntan a que la etimología viene a incardinarse en la posición que uno mantenía para usarlo: con las piernas abiertas, como si fuera cabalgando.

Fuera como fuese, su uso para garantizar la higiene de las partes más pudendas se generalizó por toda Europa, sobre todo en el sur, y dio el salto posteriormente a Sudamérica, donde su presencia en los aseos de muchos países, y en medio mundo, sobre todo en Asia, es bastante común. Incluso llegó a conquistar (tímidamente) EEUU después de que los soldados de aquel país lo descubrieran en los burdeles de los países aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

El éxito de este elemento del baño, que era usado en su origen principalmente para la higiene de las mujeres, fue tal que, cuando en 2018 el Ayuntamiento de Buenos Aires decretó que los bidés dejaran de ser obligatorios en los apartamentos de nueva construcción, se generó una enorme polémica en la ciudad. “El bidé, artefacto que los argentinos enarbolamos como altar sagrado de la higiene, lo más parecido a un spa que hay en la mayoría de los hogares de la patria, obra cumbre de las aguas corrientes que sirve tanto para lavarse los pies como para darse un baño de asiento o lo que todos sabemos, ¿será muy pronto un lujo inaccesible? ¿Lo recordaremos como aquello que perdimos al ser expulsados del paraíso?”, escribía el escritor José Montero en ‘La Nación’.

Ya incluso antes de que dejara de ser obligatorio en Buenos Aires, en España su presencia en las casas llevaba tiempo descendiendo notablemente. “Las ventas van cayendo año tras año, y es algo que puede deberse a múltiples factores”, comenta Carlos Bañuls, responsable de proyectos de Ideal Standar, uno de los mayores proveedores de productos de baño de nuestro país. “No es una pieza que esté dejando de ser utilizada”, añaden desde Roca, la principal marca en el sector, “pero sí es cierto que en los últimos 10 años encontramos una fuerte tendencia en una gestión más eficiente del espacio”.

Bañera

Según los cálculos de la reputada marca catalana, el 60% de los baños siguen teniendo bidé, pero las promotoras inmobiliarias cada vez prescinden más de él. “En las promociones nuevas están retirando el bidé de uno de los baños y, en muchos casos, los dos baños vienen sin bidé”, aprecia Bañuls, que apunta aun así que “algo similar” está pasando con la bañera, cada vez más sustituida por el plato de ducha. “Esto también supongo que será una cuestión de ganar espacio”, señala.

Una ducha auxiliar, junto a un inodoro tradicional, ambos modelo de Roca. 

Una ducha auxiliar, junto a un inodoro tradicional, ambos modelo de Roca.  / ROCA

“Cada vez se venden menos, y es un producto en pérdida, pero todavía resiste”, añade Agustín S., trabajador de Todobaños, una mayorista especializada, donde apuntan también que es consecuencia del espacio del que se dispone en las casas, en muchos casos, sobre todo en las grandes ciudades, más reducido que hace décadas. “La gente prefiere ganar amplitud para el mueble de baño, por ejemplo, y yo creo que también es un tema generacional. Las nuevas generaciones llevan un enfoque distinto”, explica. Según sus cálculos, sólo uno de cada 15 de los baños que amueblan apuestan por el bidé.

Una de las alternativas que se están dando para suplir la falta de bidé es el grifo extensible cerca de la ducha -conocido por diferentes nombres, como ducha auxiliar o grifo árabe-. Consiste en un mango de ducha con el regulador de agua caliente y fría anclado a la pared. “Se pone bastante. La gente quita el bidé y así ganas espacio para poner todo tipo de mamparas”, señala Jorge, trabajador de Securibath, una empresa de reforma de baños que eleva a dos de cada diez los propietarios de vivienda que apuestan por el bidé. “La gente lo ha condenado y ya no se instala. Muchos ponen el grifo porque no ocupa nada y quitando el bidé ganas medio metro cuadrado para poner una estantería o lo que sea”, añaden desde otra empresa de reformas, Lucio C. Sr.

“En los planos de las reformas que nos pasan se le da mucha más importancia al espacio del mueble, la gente prefiere poner uno más grande, de 1,40 metros, que un bidé. Se sacrifica esa pieza por hacer los otros elementos del baño más grandes”, coincide también Joseba Arregi, director general de Codis, una empresa de muebles de baño.

Para tratar de paliar la necesidad de que el usuario final del baño tenga más espacio, desde Roca han desarrollado el producto In-Wash Roca, un inodoro que suma la función de bidé, como los inodoros japoneses, donde “el usuario cuenta con la máxima higiene en una sola pieza”, explican en la compañía, donde aseguran que el producto está “penetrando muy bien en el mercado”. Es el llamado ‘smart-toilet’, un water que permite la máxima limpieza con un chorro de agua regulable. También han fortalecido la oferta de conjuntos de ducha auxiliar, con más de 12 referencias con distintos diseños. "Estas soluciones, muy habituales en otros mercados europeos, gozan de una creciente y sostenida implantación en nuestro país los últimos tiempos". Aun así, precisan, el 'smart toilet' está viviendo un "crecimiento aun más elevado".

Caída irreversible

En el sector hay consenso en que la caída es difícilmente revertible, pues las nuevas generaciones no lo consideran un elemento útil. Ninguna empresa facilita las cifras de la caída del producto aunque en Roca consideran que sigue teniendo una “presencia relevante” en el espacio del baño. De hecho, apuntan que hay estudios que señalan que el 60% de los hogares españoles sigue contando con esta pieza ya que “no solo es útil para la limpieza íntima, sino que tiene una gran variedad de usos como la limpieza de otras partes del cuerpo, de piezas de ropa o para la evacuación de aguas sucias”.

En la población mayor, desde luego, sigue siendo un elemento muy importante ya que, como apunta el urólogo José Medina Polo, miembro de la Asociación Española de Urología, a las personas mayores les permite poder "tener una higiene íntima de una forma más cómoda, estando sentados en vez de en la ducha y con un uso no muy grande de agua". De hecho, explica, con el uso del bidé es más complicado coger infecciones en el caso de mujeres más propensas a ello que con aseos usando el mango de la ducha. Según explica el doctor, además, el bidé ha servido durante décadas para, tras mantener relaciones sexuales, evitar ciertas enfermedades sexuales.