DESEQUILIBRIO

España, un país sin pilotas: "Se siguen sorprendiendo de que haya mujeres comandando aviones"

La discriminación como madres, la falta de referentes y los estereotipos justifican que tan sólo el 4,2% de quienes entraron al colegio de pilotos entre 2017 y 2022 fuesen mujeres

Beatriz Guasch, jefa de flota, asegura que todavía "se gira la gente en el aeropuerto cuando ve a una aviadora"

Una pilota controla un avión de Westwind Air Service.

Una pilota controla un avión de Westwind Air Service. / UNSPLASH

Ana Ayuso

Ana Ayuso

"Señores pasajeros, les habla el capitán de este vuelo con destino a Lanzarote. Tenemos el turno número dos para despegar. Estamos esperando la autorización de la torre de control". Recuerde en cuántos vuelos ha escuchado un saludo del comandante similar a este. Y ahora haga memoria de en cuántas ocasiones lo ha pronunciado una mujer. Si ha volado con Aer Lingus, de la compañía IAG, habrá tenido más opciones de haber disfrutado de un vuelo dirigido por una pilota que con aerolíneas como Vueling o Iberia, de la misma matriz.

En pleno 2023, las cifras de las flotas de las aerolíneas comerciales siguen marcadas por la escasez de pilotas. Varias aerolíneas han compartido con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA los datos sobre sus comandantes. En Aer Lingus cuentan con un 10% de mujeres en las cabinas de sus aeronaves; en Iberia, Volotea y British Airways, con un 6%; en Vueling, con un 4,4% y, en BinterCanarias y Canair, con un 3,9%. Estas compañías no son ajenas a lo insólitas que son estas estadísticas. Desde Volotea, se muestran "conscientes del déficit de paridad que sufre este sector", por lo que se lanzan a motivar a más mujeres "a formar parte de esta apasionante profesión".

"Hay un evidente desequilibrio en las estadísticas, que es más acuciante en el caso de las pilotos de helicóptero", recalcan desde el Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (COPAC). Entre 2017 y 2022 se colegiaron en nuestro país 603 pilotos en total, 578 hombres y 25 mujeres. Este porcentaje del 4,2%, apuntan, "es similar a los de otros países y a la presencia femenina en la profesión a nivel internacional". Una de las naciones que sobresale por haberse convertido en la excepción que confirma la regla es India, donde el 12,4% de los aviadores son mujeres, de acuerdo con estimaciones de la International Society of Women Airline Pilots. En los últimos años, se percibe un incremento progresivo de las mujeres que se interesan por este oficio, ya que hace 20 años el porcentaje de colegiadas era inferior al 3% del total de los profesionales en activo.

India es la excepción que confirma la regla es India: el 12,4% de los aviadores son mujeres

Marta Maroto, pilota de Vueling y afiliada del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), en el que sólo el 4,3% de las integrantes son mujeres, se embarcó en un vuelo como tripulación por primera vez cuando tenía 22 años. Lo hizo en la ya desaparecida Spanair como tripulante de cabina. "Siempre me había gustado la aviación, pero, al no tener referentes ni mujeres en las que fijarme, empecé de azafata", recuerda. No sabía cuál era el camino que tenía que emprender para convertirse en aviadora y fantaseó con la idea de entrar en el Ejército del Aire. Finalmente, se decantó por estudiar un curso privado.

"Lo terminé en la época en la que ya se habían derribado las Torres Gemelas. Ese atentado trajo una crisis económica y de aviación por la que era complicado encontrar trabajo. Me seguí formando y mandé currículums", dice, hasta que se incorporó a Ándalus para pilotar un avión regional. Esta aerolínea low cost malagueña entró en quiebra poco después de su fundación. Maroto no cobraba y, cuando su empresa cerró, se quedó en el paro hasta que la contrataron en una compañía de aviación ejecutiva -de vuelos privados-. "Trabajaba 17 días seguidos y luego libraba 13 días. Me casé, me quedé embarazada y, al notificárselo al CEO, su contestación fue: 'Me prometiste que no te ibas a quedar embarazada'. Y yo le contesté que él me había prometido a mí que iba a llegar a ser comandante y seguía de copilota", relata.

Su superior le obligó a firmar una carta de renuncia y "me amenazó con denunciarme ante la Hacienda española por no haber cotizado en España, cuando el fraude fue suyo". Nació su bebé y ella intentó volver a trabajar, pero, "como había estado sin volar durante todo el embarazo, había perdido la experiencia reciente y, en aviación, es muy importante que no estemos un año entero sin volar". Ya había tenido problemas para encontrar trabajo como pilota por ser una mujer joven. En una entrevista con una empresa que proporciona aviones a otras compañías en periodos de alta demanda para reforzar sus flotas, la persona que le entrevistó le preguntó si, por la edad que tenía, unos 35 años en ese momento, tenía pensado quedarse embarazada y que, "si me contrataba, qué podía llegar a pasar". 

Esta aviadora considera que "no es tanto una discriminación de la mujer como de las madres", puesto que la diferencia por sexo "viene cuando nos planteamos la maternidad, no sólo por la ausencia que se va a causar, sino porque nuestras prioridades también cambian" cuando llegan los hijos. Ella trabaja para Vueling desde hace cinco años y destaca que en esta aerolínea "se respeta la conciliación".

Beatriz Guasch se convirtió hace poco más de un mes, a sus 50 años y tras media vida en Iberia, en la jefa de flota de la compañía. Explica que, al principio de su carrera, "la gente no estaba acostumbrada a volar con mujeres". "Sólo éramos dos y nos conocía todo el mundo, porque éramos menos y se acordaban de haber volado con nosotras. Algún comandante decía: 'Nunca he volado con una mujer, no sé si me va a gustar'. Y luego repetía", rememora. Pero ella no ha tenido "problemas gordos, como los que sí que tuvo Bettina Kadner", la primera mujer que pilotó un avión de pasajeros en España y en Europa, en 1969. "Los poderes, las empresas, deben dejar de pensar como antes y abrir la mente. Si sólo piensan en que las mujeres se quedan embarazadas, llegaremos a situaciones como las de ahora, cuando la baja natalidad es un problema", declaraba Kadner en una entrevista con Efe en 2019.

Más azafatos que pilotas

Pero no sólo la maternidad es una traba para las pilotas o para quienes se planteen serlo. "Si fuera por el tema del embarazo, no habría mujeres que fuesen auxiliares de vuelo, porque ellas tienen la misma vida que nosotras", dice Marta Maroto. A pesar de que, según señalan desde COPAC, "hoy no existen barreras por el hecho de ser mujer a la hora de acceder a la formación o a la profesión" de pilota, ésta sigue estancada.

Históricamente, la de azafata se ha concebido como una profesión feminizada, al contrario que la de piloto, que ha estado y continúa, como se puede observar por los datos de las aerolíneas, masculinizada. Sin embargo, la evolución de una y de otra ha sido completamente diferente. En Iberia, por ejemplo, de los 3.216 tripulantes de cabina con los que cuentan, 2.269 son mujeres y 947, hombres, casi un 30%. En Vueling, los azafatos componen el 23% del equipo.

Al inicio de mi carrera, me preguntaron si a mí me dejaban aterrizar y despegar el avión"

— Beatriz Guasch, jeda de flota de Iberia

El desequilibrio "viene en gran parte porque las mujeres carecemos de referentes en los que fijarse a la hora de decir que, si hay una mujer ahí, yo también puedo", reflexiona la aviadora de Vueling. Beatriz Guasch, que da instrucción en vuelo y examina a pilotos que entran a trabajar en Iberia, no opina lo mismo. Ella, que quiso ser comandante desde niña porque le venía de familia, dado que su padre era piloto militar, considera que "hace años, sí que había pocas referentes, pero Iberia ha promocionado mucho a las pilotas y hemos salido mucho en todo tipo de comunicaciones". Y aun con todo, "es raro que haya una comandante y una copilota" a los mandos de una aeronave. 

¿Una profesión que no interesa a las mujeres?

"Seguimos siendo pocas, pero he llegado a la conclusión de que es una profesión que a la mujer no le llama, porque hay facilidades y todo el mundo sabe que las mujeres podemos llevar aviones. Mi hijo se está formando para ser piloto y, de 20 alumnos que hay en su clase, sólo hay una chica", sostiene. La incorporación de las mujeres a la profesión se está realizando "de forma progresiva", insisten desde COPAC, y, "cuanto más se extienda que hay mujeres que son madres trabajando de pilotas, más niñas decidirán dedicarse a eso", añade Maroto.

En el desinterés de las mujeres por esta profesión, esta pilota apunta a las "trabas que nos ponemos nosotras mismas, porque no nos lo creemos, no porque sea nuestra culpa, sino por los estereotipos". "A veces, cuando le comento a alguien que soy pilota, se sigue sorprendiendo en el año 2023 de que haya mujeres pilotando aviones", afirma.

Ni ella ni la jefa de flota de Iberia han sentido que sus compañeros les discriminasen. Por su parte, Beatriz Guasch sí que ha recibido algún comentario de pasajeros, generalmente de "señoras mayores". Recuerda que, al inicio de su carrera, "me preguntaron si a mí me dejaban aterrizar y despegar el avión". "Algunos mecánicos de vuelo más mayores, que están menos acostumbrados a vernos en cabina, siguen dándome la enhorabuena 25 años después de entrar a Iberia" y, en el aeropuerto, todavía "se gira la gente cuando ve a una pilota".