PRIMER ANIVERSARIO EPE

Del ‘salimos de la pandemia’ a la viruela del mono: un año trepidante

La gripalización de la crisis, el fin del uso obligatorio de la mascarilla en interiores, la llegada de vacunas adaptadas a las nuevas variantes... han marcado doce meses en los que una nueva alerta sanitaria, la viruela del mono, ha vuelto a coger al mundo por sorpresa

Una mujer recibe la cuarta dosis de la vacuna contra el covid.

Una mujer recibe la cuarta dosis de la vacuna contra el covid. / EFE/Luis Millán

Nieves Salinas

Nieves Salinas

Cuando nació EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, un luminoso 12 de octubre, se atisbaba, por fin, el principio del fin de la pandemia de coronavirus que tanto ha marcado nuestras vidas. En el primer artículo escrito por esta redactora en el recién salido diario se hablaba de esperanza. La previsión era que España rozase, en aquellos días, una incidencia de 50 casos de covid por 100.000 habitantes, la cifra que, entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) utilizaba cuando se hablaba de volver a la normalidad. Un 80% de los españoles ya tenían la pauta completa de vacunación. Incluso, había quien se aventuraba a poner fecha al principio del fin de la pesadilla vivida apuntando a la primavera de 2022. Ojalá, deseábamos entonces.

Los deseos parecen haberse cumplido. Un año después parece que, ahora sí, salimos. No ha sido fácil. La ‘gripalización’ de la pandemia -ese término que tanto asustaba a los expertos-; la retirada del uso obligatorio de la mascarilla en interiores, la primera dosis de refuerzo de la vacuna; el certificado covid; la llegada de sueros adaptados a las nuevas variantes… son algunas de las noticias de las que esta sección, creada en los coletazos de la quinta ola covid, ha ido informando a la espera de que el fin de la pesadilla vivida fuera por fin una realidad. En este momento, falta que la Organización Mundial de la Salud declare ese fin de la pandemia, algo que podría suceder próximamente. Pero los datos invitan a la alegría.

Este diario ha dado cuenta, durante estos doce meses, de una actualidad sanitaria en la que, en aquellos días de salida, nada hacía sospechar que una sexta ola volvería a trastocar nuestras vidas, en plena Navidad, y que, allá por la primavera, una nueva alerta sanitaria, en forma de viruela del mono, hacía nuevamente saltar todas las alarmas.

Han pasado doce meses y el covid se ha empecinado en demostrarnos que nada está escrito. Un repaso a los titulares que han copado la sección de Sanidad durante este tiempo tan frenético demuestra que, todavía, hoy, tiene peso informativo. Como se ha dicho, cuando EL PERIÓDICO DE ESPAÑA nace, nada hacía prever que, en el otoño, volvería la creciente inquietud en forma de sexta ola que, si bien no supuso la gravedad de las anteriores, puso en jaque a todo el país, ya en plena Navidad, con un nivel de contagios nunca visto, provocado por una variante de nombre Ómicron con un gravísimo problema de carencia de test de antígenos.

Un año después, los mayores de las residencias, quienes tienen más de 80 años y el personal sociosanitario comienzan a recibir la cuarta dosis de una vacuna que, bendita vacuna, ha salvado incontables vidas. Un año después, la mascarilla, al menos de momento, es sólo obligatoria en determinados espacios (como el transporte público y los hospitales). Y sus días, al menos en el transporte, podrían estar contados. Todo dependerá de cómo venga este otoño. Un año después, la ocupación de camas de UCI ha caído a mínimos impensables hasta no hace tanto. Esperanza.

Han pasado doce meses y el covid-19 se ha empecinado en demostrarnos que nada está escrito

Pero, si algo nos ha enseñado este tiempo tan incierto, es que, en materia de salud, es mejor no bajar la guardia. De pronto, en mayo, llegó otro virus nunca visto en nuestros confines. Llamado viruela del mono. Una vez más, el desconcierto fue máximo. "No sabemos ante qué estamos. No hay expertos en esta enfermedad porque, en España, no se ha visto nunca", decían los médicos a este diario sobre una nueva dolencia de escandalosas lesiones en la piel que, fuera de África, donde es endémica, no se había visto desde hacía dos décadas, salvo en un brote en Estados Unidos.

Una vez más, el sistema sanitario tuvo que enfrentarse a algo desconocido que causó una enorme preocupación entre la ciudadanía. Los dermatólogos dieron buena cuenta en las páginas de este diario de su asombro ante la nueva dolencia que, hoy, conocen, mucho mejor. Y para la que, también, en una suerte de paralelismo con lo vivido en situaciones anteriores, ya hay una vacuna para las poblaciones de riesgo. Cuando este artículo se cierra, los casos notificados en toda España, desde su aparición en mayo, ascienden a 7.188. Y Madrid, la comunidad con más afectados, hace días que habla de estabilización.

Lo que, a modo de conclusión, queda claro, es que en un mundo tan globalizado como el nuestro, un solo viaje puede desencadenar un brote de enfermedades infecciosas. En los últimos años, en torno al 80% de las alertas por brotes y epidemias han sido zoonóticas, es decir se transmiten de manera natural entre los animales y las personas, directa o indirectamente. La salud "hay que vigilarla en muchos sitios diferentes, en las personas, en los animales y también en el medio ambiente porque son muchos los factores que intervienen", indicaba Luis Alberto Calvo Sáez, presidente de la Organización Colegial Veterinaria (OCV), en una entrevista publicada en este diario hace apenas unos meses. Hay que "estar ojo avizor, ahora y siempre", advertía.

Porque si hay un mensaje que, desde que estalló la pandemia, los expertos no han dejado de repetir, una y otra vez, es que hay que reforzar la vigilancia. Con ese fin, el Gobierno anunciaba en verano la creación de un Centro Estatal de Salud Pública para "mejorar la gestión de las emergencias sanitarias". Una institución cuya ubicación todavía se debate, pero que, se da por hecho, estará fuera de Madrid y que, muy pronto, será una realidad. Una antigua reivindicación de los expertos que recibieron la noticia con enorme alegría. Su finalidad: anticiparnos a futuras crisis como las vividas.

La salud pública, su fortaleza, entronca con otro tema que ha sido capital durante estos meses: el del blindaje de la sanidad pública en un escenario en el que las derivaciones de pacientes a la sanidad privada no han dejado de aumentar por las larguísimas listas de espera. Ese blindaje, no exento de polémica, es otra de las prioridades del Gobierno. El espíritu del proyecto de ley de equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud, aprobado por el Consejo de Ministros en junio (la llamada ‘ley Darias’) priorizará el modelo público de gestión directa de los servicios sanitarios y sociosanitarios e impedirá establecer nuevos copagos. Ingente tarea a la que se enfrenta el Ministerio de Sanidad en una situación, para la pública, en clara desventaja tras años de recortes y una pandemia que ha retrasado (todavía hoy los pacientes se siguen resintiendo) la realización de pruebas o intervenciones quirúrgicas. Por no hablar de la espera para acudir a una Atención Primaria que, ahora sí, también parece estar en el foco de las estrategias sanitarias con una inyección de 172 millones de euros por parte del Gobierno para reforzar la puerta de entrada al sistema. Insuficiente, dicen los sanitarios. Pero menos que nada, exponen cuando relatan, una y otra vez, las penurias a las que se enfrentan cada día: plantillas diezmadas, cupos de pacientes desorbitados…

Doce meses en los que, también, se ha dado cuenta de otros importantes hitos sanitarios. En verano, el Consejo de Ministros, a instancia de la titular de Sanidad, Carolina Darias, aprobaba la propuesta de distribución territorial para el ejercicio presupuestario de 2022 de 16 millones de euros destinados al Plan de Acción Mental. La prevención del suicidio -con la creación de un código riesgo- o el apoyo a los sanitarios con problemas de salud mental, son algunos de los ejes principales del plan en el que trabajan Gobierno y autonomías. Importantísimo mencionar que, en un momento en el que los problemas de salud mental se han disparado, España cuenta por fin con una línea de atención gratuita de atención al suicidio: el 024.

Otro hito sanitario ha sido el plan de salud bucodental que cuenta con una dotación de 44 millones de euros y que, al menos en parte, vendrá a mejor una cruda realidad: a menos recursos, peor salud dental. La medida está dirigida a la población española en general y en concreto, de forma especial, a más de siete millones personas: menores de 14 años, embarazadas, personas con discapacidad y con cáncer cérvico-facial.

Esta redactora firmaba hace ahora un año un artículo, con el que estrenaba la sección de Sanidad de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, en el que destacaba la importancia de velar por un sistema, del que tan orgullosos estamos, del que depende la vida de tanta gente. Sanidad es todo. Habla de la gente y de lo que más le importa, su salud. Toca lo económico, lo político, lo social... Nunca la sanidad, tan olvidada en tantas ocasiones, tan diluida en los discursos políticos, había tenido tanta presencia hasta que llegó una pandemia y cambió nuestras vidas.

Nacía este diario con ansias de vivir plenamente la actualidad, en un escenario mucho más favorable al de otros tiempos. En este 12 de octubre de 2022, España respira mejor. Y la vida, ahora sí, se parece, todavía más, a aquella que conocíamos de antes de la pandemia. Pero, si algo hemos aprendido, es que, efectivamente, como dice el presidente de los veterinarios, tocan tiempos de ‘ojo avizor’. Recogiendo sus propias palabras "de repente, una enfermedad que creemos olvidada, porque nos pilla muy lejos, se hace fuerte porque el mundo está globalizado y parece que no lo entendemos". Y en eso estamos. En entenderlo y en contarlo, siempre, de la mejor forma posible.