CHOQUE ENTRE LOS SOCIOS

Hacienda asume que no habrá acuerdo sobre el impuesto a las energéticas y se resigna a un decreto condenado al fracaso

Hacienda limita el acuerdo con Podemos a la convocatoria de la mesa negociadora pese a las nulas expectativas de alumbrar un acuerdo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, este miércoles en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, este miércoles en el Congreso. / Fernando Sánchez

Ana Cabanillas

Ana Cabanillas

El impuesto a las energéticas se ha convertido en una piedra en el zapato para el Ministerio de Hacienda que amenaza los Presupuestos Generales del Estado. El malestar es cada vez mayor hacia Podemos, que en los últimos días ha endurecido sus posiciones y ha advertido de que no llegará a más acuerdos con el PSOE si no se aprueba esta figura impositiva. El Gobierno asume ya la imposibilidad de un acuerdo para diseñar un nuevo impuesto y ayer trasladó a sus socios que aprobaría un real decreto ley para llevar el impuesto a las energéticas a 2025. Un decreto que, admiten, no tiene asegurados los apoyos, y de cuyo naufragio evitan hacerse responsables.

La reunión de este miércoles daba cumplimiento al pacto sellado con el partido de Ione Belarra a cambio de sus votos para la reforma fiscal, pero lo cierto es que el balance fue pobre, con el plantón de Junts y PNV y la ausencia de primeros espadas. Lo que en un primer momento se anunció como una "comisión negociadora" sobre el impuesto a las energéticas se vio rebajada a un encuentro "de trabajo" que tuvo lugar en las dependencias del PSOE en el Congreso y sin permitir acceso a la prensa.

Distintas fuentes presenciales apuntan a que Hacienda trasladó a los asistentes, Sumar, Podemos, ERC, Bildu y BNG, su voluntad de aprobar por la vía del decreto este impuesto durante un año, apuntando a que será una "prórroga"; pero sin concretar qué fórmula tendrá la figura impositiva, si será una continuidad del actual gravamen -al que se opone el PNV por tener carácter estatal y no poder bonificarse en las comunidades autónomas-, o si será un decreto para crear un nuevo impuesto, al que sí se le podrían aplicar deducciones en los territorios.

Desde Hacienda admitieron tras la reunión que lograr un acuerdo era un "objetivo complejo" puesto que las posiciones de los socios están "muy alejadas", aunque insistían en que seguirán dialogando y convocaban una nueva reunión la próxima semana. Sin embargo, en privado admiten que el acuerdo es inviable tras el rechazo frontal de PNV y Junts, dos partidos imprescindibles para armar una mayoría.

Hartazgo hacia Podemos

En el ministerio de María Jesús Montero exhiben su hartazgo por las "posiciones de máximos" de Podemos, que ha arrastrado al Gobierno a prolongar un debate sobre el impuesto a las energéticas que ha evidenciado la división entre los socios de investidura y la frágil mayoría en la que se sustenta el Gobierno. Y es precisamente el Gobierno quien afronta en último lugar la factura de este desgaste, propiciado por los morados.

En el Gobierno ya dan señales de hastío hacia las exigencias y amenazas constantes de Podemos, al que atribuyen un intento de lograr protagonismo en su pugna por la izquierda con Yolanda Díaz. Y aunque avanzan que "cumplirán" y aprobarán el real decreto ley en Consejo de Ministros en caso de no lograr un acuerdo -algo que pactaron con ERC y Bildu y que también se incluyó en el acuerdo con Podemos-, no garantizan que esta medida pueda ratificarse por una mayoría en el Congreso, al no estar asegurados los votos de los nacionalistas vascos y posconvergentes catalanes.

Gobierno y Podemos no parecen ponerse de acuerdo ni en los términos del pacto al que llegaron hace hoy tres semanas. En Hacienda ya dan por cumplida su parte, al haber convocado la reunión de este miércoles: "La comisión ya la tienen", apuntan, limitando así su compromiso. No están de acuerdo los de Ione Belarra, que creen que el acuerdo incluía sentar a los nacionalistas vascos y catalanes en la misma mesa, y que este miércoles criticaron el "incumplimiento" del PSOE, avanzando que "no se dan las condiciones" para sentarse siquiera a negociar los Presupuestos.

Aunque el Gobierno avanza que "cumplirá" y presentará un decreto con el impuesto a las energéticas, lo cierto es que ya admiten la posibilidad de que no se convalide en el trámite parlamentario, del que no se responsabilizan. "No podemos comprometer el voto de otros grupos", avanzan.

Esta circunstancia también subleva a Podemos, donde creen que el compromiso alcanzado incluía atar los votos a Junts y PNV para aprobar la medida en el trámite parlamentario, al considerar que el Ejecutivo puede ofrecer contrapartidas de todo tipo a estas fuerzas a cambio de sus apoyos, como ya han hecho en otras ocasiones con el traspaso de competencias, el concierto fiscal para Cataluña o incluso la ley de amnistía. Unas vías que a día de hoy no parecen contemplar en Hacienda, donde parecen más cerca de la resignación a una derrota que a la búsqueda de un encaje para alumbrar la medida.