TRAS LA DANA

El puzle casi imposible de una moción de censura en la Comunidad Valenciana

Las limitaciones para presentar candidato y la necesidad de contar con el apoyo de Vox dificultan la alternativa de la izquierda

Los síndics de Compromís y PSPV hablan antes del Debate de Política General en las Corts valencianas.

Los síndics de Compromís y PSPV hablan antes del Debate de Política General en las Corts valencianas. / M.A. Montesinos

Valencia

Encajar las piezas en una moción de censura es siempre complicado. Al fin y al cabo, supone quitarle el poder a alguien que fue elegido previamente con los mismos mimbres de representación. En la Comunidad Valenciana, desde las elecciones de mayo de 2023 de hace año y medio han cambiado de alcalde a través de este mecanismo seis ayuntamientos, el último, Requena, una situación que, sin embargo, tiene una complejidad específica en las Corts regionales si la izquierda quisiera descabalgar a Carlos Mazón al frente del Gobierno autonómico.

Así, a la ya de per se difícil tarea de sacar adelante una moción de censura (en España, de las seis que se han presentado en el Congreso en 15 legislaturas solo una de ellas, la de Pedro Sánchez, en 2018 ha sido aprobada) se le añaden dos elementos particulares que dejan esta misión como casi imposible para las formaciones progresistas, hoy en la oposición: la elección de un candidato y los números que se necesitan para que esta reciba el visto bueno de las Corts.

Ya desde el primer gesto, el de presentar la moción, la operación tiene sus complicaciones para PSPV y Compromís. En primer lugar porque para registrarla se necesita la firma de, al menos, una quinta parte de la cámara, esto es, 20 diputados, lo que impediría a los valencianistas (con 15) hacerlo en solitario y requeriría para ello que los socialistas (con 31) les presetaran algún parlamentario que, no obstante, sí que podrían presentarla por ellos mismos.

Sin embargo, esta posibilidad abre otro problema: la elección del candidato. Según señala el reglamento de las Corts, la moción de censura "habrá de incluir un candidato o candidata a la Presidencia de la Generalitat". La líder del PSPV es Diana Morant, ministra de Ciencia y sin escaño en el parlamento valenciano, una de las condiciones que se señalan en el Estatut para poder ser elegido en esta cámara como máxima representante del gobierno valenciano a diferencia de lo que ocurre en el Congreso.

Movimientos internos

Por lo tanto, la sola presentación de la moción ya abriría un primer dolor de cabeza en los socialistas: a quién proponer. En este sentido, se abriría un debate en el que se analizaría a la treintena de diputados que componen el grupo con nombres destacados por sus responsabilidades actuales o pasadas estarían el síndic y los portavoces adjuntos José Muñoz, Maria José Salvador y Toni Gaspar o la representante en la Mesa, Gabriela Bravo. No obstante, sobre todos los nombres recae, en mayor o menor medida, una pátina con los movimientos internos del partido, con sus distintas familias y sensibilidades, que han marcado la vida orgánica de la formación en el último año.

Ese dolor de cabeza, además, podría ser totalmente infructuoso. Para que una moción de censura salga adelante en las Corts se necesita que la vote a favor una mayoría absoluta de la cámara, es decir, al menos 50 de los 99 diputados que la conforman. Esto supondría que a PSPV y Compromís no les valdría la abstención de los 13 representantes de Vox sino que necesitarían el voto a favor de, como mínimo 4 de ellos. Y si lo primero es complicado, lo segundo es prácticamente imposible. Además, si los socialistas presentaran una moción, el PP tendría dos días para presentar una "moción alternativa" con la que tratar, hipotéticamente, de convencer a los voxistas si estos hubieran dado la espalda a Mazón.