GÉNOVA, A LA ESPERA DE GARAMENDI
El PP solo apoyará la reducción de jornada laboral si la respalda la patronal
Los populares registrarán su ley de conciliación, pero también deberán posicionarse sobre las 37,5 horas que impulsará Yolanda Díaz. Si hay luz verde de Garamendi, el PP se abre a respaldar la reducción de la jornada laboral del Gobierno
La reducción de la jornada laboral se abre paso en el debate político, tan acostumbrado a la gresca y el ruido entre los grandes partidos. El PP, en pleno giro social a pesar de su oposición dura en muchísimos asuntos, está a punto de registrar una ley de conciliación en la que pondrá encima de la mesa algunas iniciativas por primera vez. Entre ellas, el aumento de permisos de maternidad y paternidad hasta las 20 semanas -eliminando la obligatoriedad de que las seis primeras se deban disfrutar simultáneamente- o una mayor flexibilidad en la jornada laboral a través de un banco de horas. Su propuesta es bastante distinta a la de Sumar, que impulsará la reducción de la jornada hasta las 37,5 horas.
Pero ambas llegarán a la Cámara Baja e incluso la vicepresidenta Yolanda Díaz aseguró que quiere escuchar todas las posiciones, incluida la del PP. También los conservadores, más allá de la norma concreta que van a impulsar con su sello, deberá posicionarse sobre la iniciativa del socio minoritario de la coalición. Y aunque por ahora el PP no aclara el sentido de su voto, en el partido reconocen que podrían dar su respaldo u optar, al menos, por la abstención, siempre que haya un acuerdo con la patronal. La luz verde de la organización que dirige Antonio Garamendi es esencial.
Alberto Núñez Feijóo mantiene así la hoja de ruta que inició al llegar a la presidencia del PP. Desde el primer momento reconstruyó las relaciones con la CEOE -que habían quedado muy tocadas en la etapa de Pablo Casado- acompasando de nuevo la posición de su partido en materia laboral a la de los empresarios. El líder popular es también partidario de mantener siempre un hilo directo y abierto con los sindicatos. Y, de hecho, la semana que viene pretende verse con los agentes sociales para presentar su ley de conciliación.
El PP defiende en su norma como aspecto básico la flexibilidad, pero apunta solo a las recomendaciones. La filosofía de la proposición de ley será facilitar la conciliación de los trabajadores, priorizando la productividad y permitiendo que se disminuyan las horas semanales. Creen que la negociación colectiva debe estar en el centro porque empresarios y trabajadores son los que mejor conocen cada sector y cada empresa en concreto. E insisten en que se podría llegar a esas 37,5 horas “o menos” en función del caso. Pero el modelo pasa por un banco de horas donde sean los trabajadores los que decidan cómo las utilizan. No la obligatoriedad como quiere impulsar el Ministerio de Trabajo para pasar de 40 a 37,5 horas modificando el Estatuto de los Trabajadores.
En paralelo a la defensa de su norma -para la que también quieren contactar al resto de grupos para saber su posición- el grupo popular tendrá que tomar partido sobre la iniciativa de Yolanda Díaz. En este momento el Ministerio asegura que seguirá adelante aunque los empresarios no estén en el acuerdo. Sin esa luz verde el PP no dará su sí. Pero si hay algún tipo de acuerdo -la idea que tienen los conservadores es dar más margen para la implementación de la reducción de la jornada laboral- los conservadores podrían respaldar o, al menos, evitar oponerse.
En el mes de febrero el PP ya se abstuvo en una proposición no de ley de Sumar que avanzaba en su propuesta. En esa iniciativa -que en realidad solo instaba al Gobierno a ponerse en marcha- ya se recogía un tope de 38,5 horas efectivas en 2024. Y el grupo de Feijóo optó por la abstención, igual que Junts.
Ayuso marca perfil propio
A la espera de que haya más avances y mientras el PP parece convencido de hacer de la conciliación una nueva bandera social, el portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín, rechazó este miércoles de plano la reducción de la jornada laboral tal y como la plantea el departamento de Díaz. En el Ejecutivo que lidera Isabel Díaz Ayuso siempre se han mostrado escépticos como recordó ayer su portavoz por entender que los autónomos y las pymes pueden ser los grandes perjudicados.
La posición de Sol quedó en evidente distancia de la del PP a nivel nacional y, por eso, en entorno de la presidenta regional trataron de matizar defendiendo que otra cosa distinta es la distribución de las horas y “lo que pacten las empresas” sobre la organización de sus jornadas laborales en el marco de su autonomía, salvaguardando la productividad de la economía española. Es decir, la filosofía de la propuesta de Feijóo. Pero el rechazo a la jornada de cuatro días a la semana quedó clarísimo.
El PP de Madrid buscaba así un equilibrio sin entrar a valorar en qué ocurriría si la patronal finalmente aceptara la reducción de la jornada que plantea Trabajo. Si eso ocurriera, fuentes del partido nacional reconocen que estarían de acuerdo también y el choque con Sol podría aumentar.
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