El regreso a Cataluña
Puigdemont se protegió con escoltas de gorras azules para evitar ser detenido
El expresident ha llegado al paseo de Lluís Companys de Barcelona por la calle de Trafalgar y ha pronunciado su discurso desde el escenario puesto bajo el Arc de Triomf
Un grupo de hombres de filiación por el momento desconocida ha dado escolta al expresident Carles Puigdemont durante su reaparición en Barcelona este jueves. El expresident está ahora en paradero desconocido y los Mossos d'Esquadra han activado un dispositivo policial para tratar de arrestarle.
El expresident ha llegado al paseo de Lluís Companys de Barcelona por la calle de Trafalgar y, tras pronunciar su discurso desde el escenario puesto bajo el Arc de Triomf, ha animado a los manifestantes y cargos electos que le acompañaran al Parlament, pero ha desaparecido y no ha seguido la comitiva. Se le busca desde entonces.
Uno de los gorras azules que daban escolta al expresident Puigdemont ha sido identificado como un miembro del cuerpo de Bombers de la Generalitat y activista en movilizaciones independentistas, confirman fuentes policiales.
Otro, dueño del vehículo Honda con matrícula acabada en JTM en el que podría haber salido el dirigente Independentista de Barcelona, es J. R., agente en activo de los Mossos d’Esquadra que ha sido posteriormente detenido. En torno a este agente, como de otro detenido por la tarde, se instruye una investigaciòn por su posible implicación en la nueva fuga.
Al grupo de hombres tocados con gorras azules les han comprobado las mismas fuentes una “actuación coordinada y en cápsula” en torno al político, lo cual les indica una posible pertenencia al mundo de la seguridad.
La presencia de varios acompañantes de Puigdemont, entre ellos escoltas y también miembros de su equipo jurídico, con Gonzalo Boye a la cabeza, no ha pasado desapercibida a las Fuerzas de Seguridad del Estado, que estudian las imágenes en las que se les ve actuar. Todos reúnen la característica en común de llevar una gorra de colores azul claro o gris y, en algunos momentos, gafas de sol, y permanecer constantemente a no más de tres metros del político durante sus momentos de exposición pública.
Algunos de ellos también portaban mochila y, en todos los casos, mostraban una apariencia atlética, como si se tratara de profesionales de la seguridad. Boye llevaba una gorra del mismo tipo.
A los 'gorras azules' se les ha visto a la llegada del dirigente de Junts y también muy cerca del atril en el que ha pronunciado su discurso. Después, también se han marchado, justo cuando Puigdemont ya no era localizable. Boye sí se ha dejado ver ante las cámaras, primero delante de la puerta del Parlament y después desplazándose de nuevo a Arc de Triomf, hasta que ha tomado un taxi sobre las 10.30 horas.
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