ELECCIONES 28M

El PP gana en la Comunitat Valenciana y podrá gobernar con Vox

El PSPV de Ximo Puig crece, pero no lo suficiente para mantener la mayoría de la izquierda | Compromís y Unides Podem retroceden

Carlos Mazón celebra su triunfo el 28M.

Carlos Mazón celebra su triunfo el 28M. / EP

Alfons Garcia

Sí que había pulsión de cambio. Otra cosa es que no se viera. O que no se quisiera ver. Es verdad que los ciudadanos valoraban la labor del Gobierno de Ximo Puig (eso han dicho las encuestas en las últimas semanas, una detrás de otra), pero al votar han querido castigar todo lo que representa socialismo y podemismo. Sanchismo, en un concepto, aunque tampoco hay que dejar de lado la responsabilidad de los políticos de aquí cuando se pierde. El peso de la política española ha sido poderoso. Ha acabado dominando la atmósfera electoral. Más de lo que se quería ver. Es lo que se puede concluir con la razón en la mano. Ha tenido que ser eso. Lo relevante hoy es que el ciclo del Botànic ha llegado a su fin después de ocho años y que el PP obtiene una amplia mayoría, que debería dar la presidencia de la Generalitat a Carlos Mazón, aunque necesitará los apoyos de la ultraderecha. El Parlamento valenciano es menos multicolor hoy, porque pierde dos partidos. Será cosa de cuatro.

La clave, como se veía cantando, ha sido Unides Podem, que no alcanza la barrera del 5 % y queda fuera de las Corts. De la vicepresidencia del Consell a fuerza extraparlamentaria. No se esperaba tras las encuestas de los últimos días, pero al final la ciudadanía ha dado la espalda a la formación más radical de la izquierda. El proyecto de Pablo Iglesias queda por los suelos en la Comunitat Valenciana. Habrá que ver cómo se recompone.

El candidato del PSPV-PSOE, Ximo Puig, comparece después de las elecciones del 28M.

El candidato del PSPV-PSOE, Ximo Puig, comparece después de las elecciones del 28M / ROBER SOLSONA - EUROPA PRESS

Por contra, el PP sale propulsado de este 28M. Conquista la joya de la corona, como los mandatarios de Génova no se han cansado de repetir, e imponen el discurso del cambio de ciclo con la mirada puesta en la Moncloa y Pedro Sánchez. 

El PP dobla los resultados de hace cuatro años, y pasa de 19 escaños a 40, al 80 escrutado. Devora a Ciudadanos, que desaparece del Parlamento valenciano cuatro años después de casi adelantar al PP con sus 18 diputados. Recupera así la hegemonía que mantenía desde 1995 y que perdió en 2019. Para la mayoría de gobernabilidad, no obstante, necesitará a Voxla alianza poselectoral sobre la que el candidato ‘popular’ no se ha pronunciado en toda la campaña. La pregunta que deja la noche es si con esta distancia (diez escaños) de la mayoría absoluta, Mazón puede intentar un Gobierno en minoría con apoyos diferentes para sacar proyectos adelante o si pacta un Ejecutivo de coalición con la ultraderecha.

El PSPV de Ximo Puig crece (pasa de 27 a 32, según el dato de escrutinio indicado), pero no lo suficiente para mantener la mayoría de la izquierda. Compromís y Unides Podem retroceden. Los valencianistas pasan de 17 diputados a 14 y superan por poco a la ultraderecha. Esta era una de las claves de los comicios y se ha resuelto de manera desfavorable para el Botànic, que se desgasta en las urnas tras ocho años de Gobierno. Joan Baldoví no logra para la coalición los resultados que obtuvo Mónica Oltra.

Unides Podem se hunde tras un periodo de conflictos y distorsiones sobre el proyecto a la izquierda del PSOE con la irrupción del proyecto de Yolanda Díaz, que no ha jugado en las autonómicas pero cuyas desavenencias con la dirección de Podemos han marcado toda la precampaña. Alguna responsabilidad debe buscar también la izquierda en la gestión de esa relación.

Vox logra mejorar con Carlos Flores los resultados de 2019 (pasa de 10 a 13) y se convierte en la llave para un Gobierno presidido por Mazón. El hecho de haber sido condenado en 2002 por violencia machista a su entonces mujer no ha tenido impacto en las urnas.