El Gobierno aparta a Podemos para vender gestión y a pesos pesados como Calviño y Escrivá

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, se ha quedado este martes sin escaparate para presentar su medida estrella, la Ley de Familias. El Consejo de Ministros aprobó este martes el anteproyecto de esta norma, que comienza ahora su trámite en el Congreso, pero en la rueda de prensa posterior no compareció la secretaria general de Podemos. No le han dejado. Esta es la versión que defiende el partido, donde acusan a Moncloa de "vetar" la comparecencia de la ministra morada, que ha tenido que recurrir a un vídeo para explicar los detalles de la norma.

En la parte socialista del Gobierno, según las fuentes consultadas, sostienen que en el tramo final de la legislatura, con elecciones autonómicas y municipales el 28 de mayo y generales en diciembre hay que vender gestión económica y nadie mejor que hacerlo que dos pesados como la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, y el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá.

En Podemos culpan directamente a la Secretaría de Estado de Comunicación por intentar "invisibilizar" a sus ministras. En los últimos días el Ministerio de Derechos Sociales habría trasladado numerosas peticiones a este departamento, y "por distintas vías", para intentar que Belarra pudiera sentarse en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa y explicar la batería de medidas aprobadas, entre ellas un permiso retribuido de cinco días para el cuidado de familiares o un permiso parental de ocho semanas que se podrá disfrutar hasta que el menor cumpla ocho años de edad. Pero la parte socialista no lo ha considerado conveniente. Oficialmente la respuesta es que los ministros de uno y otro partido no suelen comparecer cuando la ley se aprueba en segunda vuelta y que Belarra ya tuvo oportunidad de explicar el texto cuando se ratificó como anteproyecto.

La negativa fue confirmada a Podemos de manera definitiva a última hora de este mismo lunes, unas horas antes del Consejo de Ministros, después de que desde el Departamento de Belarra reclamara una respuesta, según explican fuentes ministeriales, que critican que no se les ofreció ninguna explicación sobre los motivos para excluir su intervención. Según aseguró públicamente la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, "no había ninguna novedad sustantiva".

Fuentes del socio minoritario achacan la negativa de Moncloa a una manera de asfixiar a Podemos, que se queda sin el principal espacio de visibilidad institucional que existe, como es el complejo presidencial. No es la primera vez que sucede: Belarra ya se quedó fuera de la ronda de comparecencias cuando se aprobó la segunda vuelta de la Ley de animales, tras enormes tensiones entre los socios de coalición.

Sucedió también en octubre de 2021, cuando se aprobó el anteproyecto de la Ley de Vivienda -hoy aún en trámite-. Para presentarla salió la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, mientras que Belarra tuvo que publicar un vídeo en redes defendiendo las bondades de la ley mientras tenía lugar la rueda de prensa oficial.

'PSOE JUEGA A LA INTERNA'

En esta ocasión, a diferencia de las anteriores, creen que existe una clara intencionalidad. En primer lugar está el plano electoral, para no permitir a los morados exhibir sus medidas a dos meses de las elecciones municipales y autonómicas. "Es triste que Moncloa se mueva por electoralismo", apuntan estas voces. El segundo motivo es bien distinto. Se malician los morados del interés del PSOE en dar alas a Yolanda Díaz en detrimento de Podemos.

El malestar es patente en el partido donde creen que el PSOE está jugando a dos bandas; mientras a Yolanda Díaz la auparon en el Congreso la semana pasada, durante el debate de la moción de censura, ni siquiera dejan a la secretaria general de Podemos presentar en rueda de prensa la ley fuerza de su ministerio. Una diferencia que no ven casual, y que llega en un momento donde existen fuertes recelos por el acercamiento de los socialistas y Díaz.

En este sentido, desde el partido consideran que "el PSOE está jugando a la interna", al establecer una diferenciación entre la vicepresidenta del Gobierno y las ministras de Podemos, Belarra e Irene Montero. No es ningún secreto que desde hace meses Moncloa ya negocia las distintas normas a tres bandas, como si se tratara de un Gobierno tripartito. Una circunstancia cuyas consecuencias soliviantan ahora al partido.

PSOE: 'vender' solvencia y estabilidad

En el bloque socialista, fuentes gubernamentales no esconden el cariz electoral de la decisión de que comparezcan Calviño y Escrivá en lugar de Belarra pero lo circunscriben a la relevancia de los temas no a que, de manera deliberada, se quiera apartar a las ministras de Podemos. Menos aún que traten de inmiscuirse en la guerra entre Díaz y Podemos. Aunque Moncloa si actuó de manera consciente a la hora de facilitar la intervención de la ministra de Trabajo en la moción de censura y quiso también lanzar un mensaje al núcleo de los morados de que contaba con su apoyo y que que ellos se están quedando solos, ahora es sólo un tema de estrategia comunicativa.

Isabel Rodríguez destacó que ahora la "prioridad" es "atender" las "cuestiones económicas" que "forman parte de las preocupaciones de los españoles en estos momentos de dificultad" y, continuación destacó algunos de los logros que el PSOE ve como propios: la llamada 'solución ibérica', prorrogado hasta finales de año, la consiguiente rebaja de los precios de la energía y la reforma de las pensiones.

Después de una legislatura marcada por las tensiones con Unidas Podemos, con una última fase muy dura por las discrepancias sobre la modificación de la ley del 'solo sí es sí, la parte socialista del Ejecutivo quiere vender solvencia y estabilidad, personificada, especialmente, en ministros como Calviño, que en los últimos es una asidua a las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros, y Escrivá, que compareció cuando se aprobó el cambio del sistema de pensiones y, una semana después, para presentar un informe sobre el mismo asunto