UN PUEBLO DIVIDIDO

El alcalde de Marinaleda se va pero el "miedo" se queda: PSOE y PP fichan fuera para hacer sus listas

Los partidos que se enfrentan a Sánchez Gordillo aseguran que deja atrás un pueblo donde “la convivencia está destruida” y sin oportunidades laborales por la red clientelar tejida por el alcalde

Sánchez Gordillo

Sánchez Gordillo / Fermín Cabanillas / PIM

Isabel Morillo

Isabel Morillo

“La convivencia está destruida en este pueblo. El miedo no sirve para nada. Hay que empezar a fomentar el respeto, la convivencia”. Ángel de Juan Martín es miembro de Avanza Marinaleda, una agrupación política que dio la sorpresa en las últimas municipales de esta población de Sevilla con 2.600 habitantes. El pueblo de Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde desde las primeras elecciones municipales de 1979, primero por la Candidatura Unitaria de Trabajadores (CUT), después por el Sindicato Andaluz del Campo (SAT), de la mano de Izquierda Unida desde 1983. Un personaje controvertido, que lleva años arrasado por un delicado estado de salud, pero que sigue manteniendo el control de manera casi omnímoda.

Tanto que PSOE y PP siguen sin poder conformar sus listas electorales acudiendo a vecinos de Marinaleda. El candidato socialista, Hipólito Aires, es el único oriundo del municipio en su lista. El resto de componentes de la candidatura socialista, hasta nueve, se han sumado de otros pueblos cercanos para echar una mano. Es un clásico. El ambiente era tan hostil que sumarse a una lista que no fuera la de Sánchez Gordillo ocasionaba problemas para el candidato y su familia difícilmente asumibles en un pueblo tan pequeño. Siempre se recurría a los cuneros.

El PP no lleva a nadie de Marinaleda en su lista electoral. Ni siquiera quien se perfila como candidato, Juan Manuel Jurado, que es vecino de Herrera, municipio cercano de la Sierra Sur sevillana. Durante un tiempo el líder del PP andaluz Javier Arenas enviaba directamente a sus lugartenientes, a sus más cercanos en el partido, para liderar esa lista imposible. El PP nunca ha tenido representación. El PSOE lo que más alcanzó fueron cuatro concejales. Ahora mismo ninguno de los dos partidos tienen ediles en el Ayuntamiento.

Las elecciones de 2019 dieron una sorpresa. Sus rivales políticos aseguran que ya no es como antes, cuando Sánchez Gordillo era todopoderoso. Se huele el cambio. El fin de 44 años de poder absoluto, donde los plenos municipales solo se celebran cuando él dice, solo habla quién él decide, trabaja quien es afín y el resto es sometido a “boicot y un régimen de miedo”, dicen desde las filas de otros partidos. Sánchez Gordillo fue para algunos un líder comunista carismático que hizo en su pueblo su propio ‘soviet’. El sistema hace años que hizo aguas. Ahora, los videos que se cuelgan en redes sociales del alcalde jornalero muestran a un señor de 74 años que llega al pleno acompañado, lo sientan, da indicaciones sin hablar y ni siquiera se quita las gafas de sol.

La escisión

En los últimos comicios, una escisión del partido de Sánchez Gordillo, Avanza Marinaleda, se hizo con cinco concejales frente a los seis de Adelante Andalucía, la marca con la que concurrió el alcalde. 891 frente a 847 votos. Nunca antes el poder del alcalde comunista se había visto tan amenazado. La candidata de Avanza Marinaleda, Cristina Saavedra, estuvo a punto de dar el ‘sorpasso’. “Nacemos de la falta de coherencia y de la necesidad de hacer las cosas bien tras ver, vivir y sufrir las consecuencias de las políticas de Sánchez Gordillo”. Así define Ángel de Juan Martín esa escisión de la originaria CUT. “Somos una agrupación municipal formada por gente que venía de las filas de Sánchez Gordillo pero también nos acompaña gente más joven que nunca ha militado. Es el hartazgo del ordeno y mando, de las políticas totalitarias, del 'o conmigo o contra mí', del ‘o son de los nuestros o no son’”, señala. Durante años, la gente se acodaba en la barra del bar y surgían las quejas, pero nadie hacía nada. Ya no.

Red clientelar

Marinaleda se jactó durante tiempo de no tener a nadie en el paro. “Se reparten contratos a dedo a los más obedientes”, explican los rivales políticos de Sánchez Gordillo. El candidato socialista asegura que el Ayuntamiento está ya descolgando el teléfono. “Él o los suyos ya están llamando a las familias que están ‘disgustadas’ para arrimarlas al Ayuntamiento, para ofrecerles trabajo, colocar a sus hijos… ¿Qué si eso pasa? Pues claro que pasa, de toda la vida, si no cómo va a estar gobernando tanto tiempo si no hace nada por el pueblo”, dice Hipólito Aires.

Sánchez Gordillo controló durante años la finca de El Humoso, el principal motor económico del pueblo. Ahora la componen ocho cooperativas en un litigio judicial con la Junta de Andalucía y sobre ellas pesa una orden de desalojo y una deuda por encima de los 3 millones de euros. Las tierras que trabajan salieron a la venta, el Ayuntamiento no las adquirió y lleva también años sin pagar el canon de ocupación de esas fincas. El Humoso, tierras que en parte eran del Duque del Infantado, fue ocupado por el pueblo y el Instituto Andaluz de Reforma Agraria, ya extinguido, acordó que la tierra quedara en manos de los vecinos y con el control del Ayuntamiento. Sánchez Gordillo se hizo experto en ocupar fincas de grandes terratenientes y en los últimos tiempos asaltar supermercados contra el capitalismo.

“El sostén de la red clientelar es el miedo, si te señalan vienen los boicot, él nunca hace autocrítica, si levantas la voz viene la venganza”, explican desde Avanza Marinaleda, que surgió de sus filas. “Hay que construir de forma pacífica, por la convivencia destruida en este pueblo; el miedo no puede ser el motor de nada. Hay presiones, gente esperando para increparte a las puertas de las asambleas, no puedes tener un perfil en redes sociales porque el odio es tremendo”, explica Martín.

“El pueblo cuando él salga se queda dividido y destrozado. Nunca ha tenido la ilusión de que el pueblo sea libre sino que se sostenga por él”, señala el candidato del PSOE. También Sánchez Gordillo cerró Los Lugares, “la fábrica”, “cuando vio que esas 60 o 70 familias podían tirar por su cuenta y aquellos podía funcionar; entonces se le atravesó”.

Nadie quiere señalarse

“Aquí la gente no quiere meterse en política, nadie quiere señalarse con el PSOE, es un pueblo pequeño y cerrado”, cuenta Aires. Él no tiene sueldo público. Cobra por una baja discapacitante tras un accidente a sus 54 años y por temporada trabaja en la recogida de aceituna como autónomo. Antes trabajó en una gasolinera. “Allí empecé a conocer la realidad de Sánchez Gordillo. Ya ahí me tenía puesto el pie, a mi familia también”, cuenta. Lo peor que le ha pasado es que le quemaron sus olivos. Él intuye quién pero no lo dice porque “no se sabe”, añade. En Marinaleda no hay Policía Local. “La ley y el orden durante años la impartió el alcalde”.

El posible candidato del PP toma el relevo a otra compañera de Estepa, otro municipio cercano, que ya intentó sin éxito obtener representación en Marinaleda. Es prudente porque aún no está designado. El antecedente de las autonómicas que ganó el PP en junio por mayoría absoluta en Andalucía trajo sorpresa. El partido sacó en Marinaleda más votos que nunca. Se impuso Por Andalucía -la suma de IU, Podemos y Más País- con 826 votos, pero el PP quedó como segunda fuerza, con 238 sufragios. El PSOE obtuvo 101; Adelante Andalucía, 113; y Vox, 78. “Algo va a cambiar y ya es hora”, coinciden todos los partidos. Nadie del Ayuntamiento ni de IU quiso dar su versión para esta información.