TRAS LA MOCIÓN DE CENSURA

Feijóo no altera su plan de captar el voto del PSOE: “Los de Vox vendrán solos tras mayo”

En Génova evitan el marco de Vox y aseguran que la decisión está tomada: seguirán persiguiendo al votante que puedan arrebatar al PSOE, "lo más urgente y complicado", aun a riesgo de que el elector más conservador siga en Vox

"Después de mayo se verá que solo hay una alternativa posible", dicen, contando con que entonces sí regresarán al PP

Feijóo renombra la fundación del PP como Reformismo21

Feijóo renombra la fundación del PP como Reformismo21 / EFE

Paloma Esteban

Paloma Esteban

La moción de censura de Vox ha dado oxígeno al Gobierno, pero también ha consolidado la posición del PP en el bloque de la derecha. Es la lectura que hacen en Génova. Algunos dirigentes reconocen que las cosas han salido “mejor de lo que esperaban” con su líder apostando por mantener un perfil bajo y defendiendo la abstención. Mientras que en Vox hay cierto alivio por haber evitado un desastre de Ramón Tamames en el hemiciclo, los populares creen que el partido ultra afrontará “un problema de reputación severo” dentro de su propio electorado.

Y a pesar de la mano tendida de Santiago Abascal — “entendámonos en el futuro para hacer una alternativa a este Gobierno, borrón y cuenta nuevadijo desde la tribuna— el PP no alterará su plan para las elecciones de mayo. Alberto Núñez Feijóo sigue priorizando arrebatar votos por el centro al PSOE para ensanchar su mayoría, a riesgo incluso de permitir que algunos electores se mantengan con Vox en las autonómicas y municipales. 

Fuentes de Génova admiten que es imposible “taparse por igual la cabeza y los pies con una misma manta”, pero, insisten: “La decisión está tomada”.

El PP cree que debe emplearse a fondo para consolidar un porcentaje de voto centrista, que proviene del PSOE y que podría apoyar a Feijóo en esta ocasión. Aunque el CIS alertó hace unos días de que ese trasvase ha empezado a ir a menos (en febrero llegó a ser del 8,8% y ahora en marzo se sitúa en el 6,6%) todavía hay en torno a medio millón de electores que podrían pasar de las siglas socialistas a las populares.

Cuca Gamarra, durante su intervención en la moción de censura a Pedro Sánchez. David Castro

Cuca Gamarra, durante su intervención en la moción de censura a Pedro Sánchez. David Castro / David Castro

Y en esos electores seguirá centrado Feijóo, sin cambiar su hoja de ruta, manteniéndose alejado de Vox y con un discurso propio, que apuesta incluso por dar las batallas sociales más identificadas con la izquierda. El plan del PP tiene que aplicarse en mayo porque es la primera cita electoral que afrontan. En Génova no ocultan que el escenario idóneo habría sido el de unas generales antes o al mismo tiempo. Pero, aún así, plantean la cita de mayo como una especie de primera vuelta en la que Feijóo pondrá a prueba sus credenciales como candidato a la presidencia del Gobierno. 

Desde hace semanas se ha producido un cambio en la estrategia del PP. Hace no mucho la proyección que hacían los conservadores apuntaba a que podrían quitar a los socialistas varias plazas de peso. Ahora el mensaje es el de que ganarán las próximas elecciones en votos. La conformación que hagan de gobiernos autonómicos y municipales está por ver. Muchas de esas plazas las ven en empate técnico, con la excepción de Madrid y Murcia (las mantendrán sin dificultades), La Rioja (siguen viendo claro el gobierno) y, en función de la semana, hay territorios que ven con más posibilidades que otros. Es el caso de Baleares, Extremadura, Aragón e incluso Comunidad Valenciana. “La balanza puede inclinarse de un lado o del contrario”, reconocen.

Sea como sea, el planteamiento en el PP es el de “poner toda la carne en el asador” para seguir adelante con la propuesta de Feijóo y eso, repiten, pasa necesariamente por quitar voto al PSOE. Entienden que los electores más conservadores que decidan quedarse con Vox, tras ver el resultado de mayo, “darán el salto” a sus siglas. “Muchos harán una vuelta a casa”, dicen en Génova, poniendo el foco en que Vox se nutre en gran medida de votantes que antes lo fueron del PP.

Pedro Sánchez, durante la moción de censura. José Luis Roca

Pedro Sánchez, durante la moción de censura. José Luis Roca / José Luis Roca

El “voto útil” y el “sumarse a la opción ganadora”, dicen, llegará como ocurre en todos los procesos electorales. Y de ahí, la decisión estratégica de apostar por lo más complicado y urgente: hacer un boquete al electorado de Sánchez. Después se producirá el llamamiento al resto de electores que podrían ver tras las autonómicas y municipales “la única alternativa posible” a PSOE y Unidas Podemos.

“VOX SE HA EQUIVOCADO”

Además, el otro mensaje que repiten sin cesar tras el “show” de la moción de censura, dicen en el entorno de Feijóo, es la “equivocación” de Abascal al plantear la moción de censura. Aunque Cuca Gamarra aseguró que se abstendrían “por respeto” a Tamames, la decisión de la abstención la tomó el líder del PP en el mes de diciembre sin conocer el nombre del candidato. Es cierto que Abascal avanzó que su intención era presentar a un independiente.

Y ese detalle siempre fue importante en Génova: entendían que no era lo mismo una moción encabezada por Abascal que por otra persona que no lidere un partido rival. Aún así, el discurso de Gamarra se midió milimétricamente. Sin ataques ni menciones al líder de Vox, pero marcando una frontera clara en lo que representa el PP con respecto a los ultras. “En política no se pueden confundir los deseos con la realidad y la ansiedad con el trabajo parlamentario. Las urnas dirán no a Sánchez, no esta moción”, zanjó la secretaria general del PP.