MOCIÓN DE CENSURA
El Congreso frustra la aventura de Tamames contra Sánchez: 201 noes y la abstención del PP
El resultado de la votación arroja menos noes que el de la moción anterior, la de Abascal como candidato, ya que el PP ha mantenido la decisión de abstenerse
La segunda moción de censura de Vox en tres años ha terminado como se esperaba: en fracaso. Rotundo, además. 201 noes ha recibido la candidatura de Ramón Tamames, 89 años, a la Presidencia del Gobierno. No ha sido tan contundente la negativa como la que la Cámara Baja propinó a Santiago Abascal cuando él aspiró a la Moncloa en octubre de 2020, en la que ha sido la moción inmediatamente anterior a la de estos dos extraños días de marzo. La abstención del PP ha sido la causa. Al final, por tanto, además de esos 201 noes, 91 abstenciones y 53 síes.
El catedrático ha conseguido algo no menor. Ha obtenido un voto a favor más que el líder de Vox. Ha sumado 53 gracias a un diputado del Grupo Mixto que abandonó Cs y que si se caracteriza por algo esta legislatura es porque ni habla ni interviene; sólo vota. Es Pablo Cambronero.
Pues a Cambronero debe Tamames haber superado por un sí el respaldo que obtuvo Abascal cuando él fue el candidato. Recabó entonces el "ok" de su grupo y sólo de su grupo. El economista ya no será el aspirante con menos grado de apoyo en la historia de las mociones de censura.
En la maratoniana sesión del martes, el candidato asumía ya en su discurso que no sería el sustituto del líder socialista. Nadie dudaba eso, en realidad. Vox registró la moción de censura en un intento de desgastar al Gobierno de coalición y también al PP. Sin embargo, el debate ha acabado sirviendo para unir a los dos partidos que conforman el Ejecutivo e, incluso, para cohesionar al bloque progresista, que llevaba varias semanas sumido en profundos choques. PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNV, EH Bildu, Junts, PDeCat, Más País, Compromís, BNG y otros partidos minoritarios han votado 'no' a la moción.
"No hemos perdido el tiempo. Ha sido un repaso de la política nacional", ha defendido, aún así, Tamames, ya en la sesión de este miércoles, durante su última intervención desde el escaño de Abascal. Es el lugar desde el que ha seguido el debate de la moción y desde el que ha intervenido, debido a sus problemas de movilidad, achaques lógicos a sus 89 años. El catedrático de Economía ha tomado poco la palabra, poco si se compara con mociones precedentes. Dos intervenciones el martes, dos el miércoles, algunas francamente breves, otras en realidad inapropiadas, como aquella para lamentar "el tocho" con el que le estaba replicando Pedro Sánchez.
Discursos deslavazados, numerosas referencias a autores, su predilección por Pío Baroja, andanzas de antaño, cuando estuvo preso en la antigua cárcel de Carabanchel o cuando fue diputado entre 1977 y 1979, y luego entre 1979 y 1982 y por último, ya en el CDS, no en el PCE, entre 1986 y 1989. Visión histórica en píldoras, por tanto. Ha llegado a decir, sin embargo, que la Guerra Civil española se inició en 1934, en mitad de la II República, y no cuando se produjo el alzamiento de Francisco Franco.
"Cafinitrina"
Aunque en un principio los portavoces de los grupos de la mayoría progresista tantearon una especie de pacto para reducir las duraciones de las intervenciones, de modo que el debate circulara con rapidez, al final han hablado todos, y algunos por partida doble.
Tomás Guitarte, de Teruel Existe, ha aprovechado la ocasión para propagar las reivindicaciones de la España vaciada. Joan Baldoví, de Compromís, embravecido, se lanzó en contra del PP. Aitor Esteban, del PNV, prefirió esta vez hablar más tiempo, ya que en la moción anterior, octubre de 2020, Santiago Abascal como candidato, apenas consumió un minuto. Gabriel Rufián, portavoz de ERC, buscó antecedentes penales de algunos representantes de Vox. Inés Arrimadas, líder de Cs, quiso poner encima de la mesa problemas reales. Unidas Podemos estuvo representado por dos diputadas, Lucía Muñoz y Aina Calvo, y puso el acento en la defensa del feminismo.
Ya este miércoles tomó la palabra la portavoz del PP, Cuca Gamarra, quien vendió a su partido como el defensor de la "mayoría moderada" de España. Obviamente, cargó contra Sánchez. Al que ha salvado de las pullas ha sido a Tamames.
Y la tomó Patxi López, portavoz socialista. El PSOE está feliz con la moción de censura. Consideran que ha servido para dejar claro que Vox y el PP son en el fondo lo mismo, para ensalzar la labor del Gobierno, para reactivar al electorado de izquierdas y para volver a cohesionar su coalición con Unidas Podemos. Quizá demasiado efusivo ha estado. Tamames le ha recomendado "una cápsula de cafinitrina" (medicamento para dolencias cardíacas) porque parecía al borde del "infarto".
- LOS SECRETOS DE LA INVESTIGACIÓN El mayor laboratorio de cocaína de Europa se dirigía desde La Finca, la urbanización de los famosos
- FÚTBOL El Barça abandona a Florentino Pérez en su demanda contra LaLiga por CVC
- La boda de Kiko Hernández Kiko Hernández se casa con Fran Antón: estos son los detalles de su boda
- PACTO SUMAR Y PODEMOS Pablo Iglesias tras el acuerdo de Sumar y Podemos: "Me voy a callar para que no se me caigan las lágrimas de orgullo"
- Egipto Un hombre golpea hasta la muerte a un tiburón que mató a su hijo en una playa de Egipto
- Moda Bimba y Lola pospone su desembarco en China para acelerar la expansión en EEUU
- Primavera Sound Madrid: Kendrick Lamar y Depeche Mode coronan una jornada de itinerarios diversos
- PP y UPN no consiguen cerrar la coalición navarra e irán por separado a las generales del 23J
- Las semifinales de la Liga Endesa El Unicaja asalta el Palau y deja al Barça muy tocado
- Con una inversión de 750 millones Iberdrola construirá la primera planta de amoniaco verde con una inversión de 750 millones