CASO KITCHEN

La cloaca policial del PP pidió "filtrar" un supuesto espionaje de los Mossos a políticos contrarios a la independencia

El que era secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, informó al comisario Enrique García Castaño de que el número dos del Cuerpo, Eugenio Pino, le pidió que saliera a la luz el sistema de espionaje que supuestamente habían adquirido los Mossos

El exnúmero dos de la Policía Eugenio Pino, a su salida de la declaración en la Audiencia Nacional.

El exnúmero dos de la Policía Eugenio Pino, a su salida de la declaración en la Audiencia Nacional. / DAVID CASTRO

En un mundo donde controlar la información es tener el poder, la policía política del PP también determinaba qué debían saber los ciudadanos a través de filtraciones de determinados asuntos a los medios que entendían más convenientes. Entre los miles de WhatsApp del que era secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, incorporados del caso Kitchen hay uno que le dirige el responsable entonces de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño. En él le informa de que su superior, el que era número dos del Cuerpo, Eugenio Pino, le pidió que saliera a la luz el sistema de espionaje que supuestamente habían adquirido los Mossos d’Esquadra.

El mensaje, al que ha tenido acceso El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, es conciso y directo: “Me dice Eugenio [que] filtre el sistema Galileo que compraron los Mossos”. Y, aunque no consta respuesta expresa de su interlocutor, Francisco Martínez, García Castaño debió cumplir con el encargo, porque un par de meses después en un digital aparecen dos informaciones al respecto

Se da la circunstancia de que el mensaje es del 7 de septiembre de 2015 y el día 28 de ese mismo mes había elecciones en Cataluña. Las ganó Artur Mas, pero le fue imposible gobernar, al rechazarle la CUP, y eso permitió que Carles Puigdemont asumiera la presidencia en 2016.

Espiar a los contrarios

Las informaciones sobre Galileo son algo anteriores. El 18 de noviembre de 2015, El Confidencial Digital informó de que los Mossos espiaban a políticos catalanes del PP y de Ciudadanos, a los que se presumía contrarios a la independencia de Cataluña, según había podido comprobar, decía, la Brigada de Información de la Policía.

La información, que enmarcaba la vigilancia en un CNI catalán, apuntaba a los agentes de la Unidad Central de Recursos Operativos (UCRO), que decía se había creado en 2012 con 40 agentes como un grupo especializado, dentro del Cesicat (Centro de Seguridad de la Información catalana) para combatir a grupos extremistas y antisistema, pero que en ese momento pasaría a ocuparse políticos. Lo aseguraba a partir de dos fotografías que se supone habían tomado agentes de la Brigada de Información.

400 gigas

El mensaje intercambiado entre García Castaño y Martínez, es de septiembre. Justo antes del parón que supone en la administración el mes de agosto el espionaje se encontraba de plena actualidad por la filtración del contenido de 400 gigas de información de clientes de la empresa italiana Hacking Team, a través páginas web próximas a Wikileaks.

En España, según los documentos difundidos, eran clientes de la empresa especializada en ataques cibernéticos y en espionaje en ordenadores y teléfonos móviles la policía y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), cuyo supuesto contrato, vigente entre 2010 y el 31 de enero de 2016, ascendía a 3,4 millones de euros, según informó entonces El País.

Entre la información que se hizo pública de esa forma figuraban mensajes a Tomás Copete, que era subinspector de los Mossos y responsable del Área de Medios Técnicos. En uno del 21 de octubre del 2013, un directivo de la firma italiana Hacking Team escribía: “El sistema de control remoto está diseñado para atacar, infectar y controlar un gran número de objetivos de ordenadores y smartphones de manera sigilosa”. 

Aseguraba poder “usarse de forma encubierta con Windows XP/Vista/7/8 (32 y 64 bits), Mac OS y Linux, y en monitorizar iPhone, Symbian, Blackberry, Android y Windows Phone 8” y garantizaba que “una vez infectado el objetivo se podía acceder a una variedad de información” en redes sociales, capturas de pantalla, por el micrófono o de fotos.

El mensaje, según informó El Confidencial, estaba firmado por el que en 2015 era key account manager de Hacking Team, Emad Sheshata. En un correo electrónico del 12 de marzo, del que se hizo eco Infolibre, se incluía a la Policía catalana como uno de los asistentes a una de sus demostraciones en la feria de seguridad británica que se desarrolló en la localidad de Farnboroug: "Ellos vieron una demostración completa. Quizás ellos tienen menos dinero..."

En otro del 27 de marzo de ese mismo año, el entonces administrador de cuentas para Europa de Hacking Team, Maximiliano Luppi, ya se refería directamente a Galileo, que es como lo identifican en su mensaje los imputados en el caso Tándem en el que se investigan las cloacas policiales y cuyo principal imputado es el excomisario José Manuel Villarejo.

“Puesto que ha mostrado interés en nuestro producto, aprovecho la ocasión para enviarle información relacionada con la última versión del sistema de control remoto con nombre código Galileo”. También se dirigía a Topete y añadía que tenía las mismas capacidades descritas en la presentación de su sistema, pero que “también introduce Inteligencia, un módulo diseñado para correlacionar la información recopilada, para acelerar su investigación y poner de relieve las conexiones pertinentes”.