MINISTRO DE EXTERIORES

El Gobierno fija como prioridad de su acción exterior la seguridad de los españoles en un mundo convulso

José Manuel Albares dice que el discurso de Vladímir Putin ha sido uno de los más graves desde que se ha iniciado la guerra, como demuestra su anuncio de salida del tratado sobre desarme nuclear

José Manuel Albares en el Pleno del Congreso de los Diputados

José Manuel Albares en el Pleno del Congreso de los Diputados / JOSÉ LUIS ROCA

Mario Saavedra

Mario Saavedra

La política exterior española fija como prioridad este año garantizar la seguridad y la prosperidad de todos los españoles “en torno a los valores europeos”, y todo ello en “uno de los momentos más complejos y convulsos desde la caída del muro de Berlín”. Así lo ha planteado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en una comparencia en el Congreso de los Diputados para definir las claves de acción de la diplomacia española en 2023. “Queremos abolir la guerra como forma de resolver disputas entre estados”, ha dicho el ministro. “Nuestra prioridad es trabajar para que la paz vuelva a Europa lo antes posible. Una paz que respete el derecho internacional, la soberanía territorial, la diversidad… No podemos resignarnos a la guerra y al belicismo de Rusia”. La comparecencia del jefe de la diplomacia española se ha producido al mismo tiempo que un discurso de Vladímir Putin en Moscú. Albares se ha mostrado preocupado por las palabras del presidente ruso, en una alocución que Albares ha definido como "una de los más graves" del presidente ruso desde que comenzó la guerra, especialmente por el anuncio de la salida del acuerdo sobre desarme nuclear.

Sobre el Magreb, Albares ha defendido que la crisis con Marruecos ha quedado superada, y considera que la hoja de ruta que se ha trazado con el vecino del sur avanza, a pesar de que aún no se han abierto las aduanas de Ceuta y Melilla. Hay un calendario definitivo para esa reapertura gradual, ha insistido el ministro. Por lo demás, "la Reunión de Alto Nivel arrojó el mayor número de acuerdos de los treinta años de historia”, ha dicho. Ha reivindicado que hay resultados tangibles de esta nueva etapa en la relación con Marruecos, y ha puesto como ejemplo la desarticulación de seis redes criminales y terroristas en el último año y medio.

El ministro ha pedido a la oposición que consideren que la presidencia del Consejo de la Unión Europea que comienza en julio es una cuestión de Estado. España trabajará para impulsar la comunidad política europea, con una cumbre en España el próximo octubre, e impulsará la reforma de la gobernanza económica de Europa "para fijar unas normas fiscales más justas y más realistas con las que enfrentarnos a próximas crisis”. Todo, en un contexto en el que “cada vez más evidentemente la geopolítica prima sobre la geoeconomía”, lo que obliga a reforzar la autonomía en la energía, la salud, la alimentación. 

Desde la oposición se ha afeado al ministro que no haya acudido a dar explicaciones o a pedir consenso sobre los giros de la política exterior española. El PP ha cifrado en más de cien las peticiones de comparecencia que Albares ha ignorado, y le ha recordado que el giro sobre el Sáhara Occidental lo ha dado "con el apoyo de solo 120 diputados". Su portavoz en la Comisión de Exteriores, Valentina Martínez, le ha reprochado que España haya “desaparecido” prácticamente en América Latina. Ha incidido en que Sánchez ha dado “el mayor volantazo en la política exterior española” al alinearse con Marruecos sobre el Sáhara Occidental "a cambio de nada": las aduanas siguen sin abrirse, salvo por “el paso piloto de una furgoneta que tardó en cruzar cinco horas”, recuerda la popular. Y todo, ha subrayado Martínez, “sin aclarar qué pasó con el móvil del presidente y de otros miembros del Gabinete”. En esa misma línea ha incidido el diputado de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que también ha inquirido sobre “qué había en los 2 GB de información que se robaron del móvil del presidente”. 

Estrategia de Diplomacia Humanitaria

Albares ha presentado también la primera Estrategia Española de Diplomacia Humanitaria, que estará vigente en el período 2023-2026. Pretende convertir a España en un actor relevante en materia de protección, prevención y mediación para la población civil, especialmente en este momento internacional en el que se violan continuamente los derechos humanos.

La Estrategia Española de Diplomacia Humanitaria se centra, según el propio ministerio, en tres objetivos. El primero es prevenir y resolver conflictos, y entre sus ejes de actuación se incluyen la diplomacia preventiva, la protección del espacio humanitario y lucha contra el terrorismo, entre otros.  El segundo objetivo es promover el respeto del Derecho Internacional Humanitario incluyendo entre sus principales ejes de actuación la lucha contra la impunidad y rendición de cuentas, la protección de misiones médicas, niñas y niños en conflictos armados.  El tercer objetivo se centra en proteger a las personas en situaciones de vulnerabilidad y entre sus ejes de actuación figuran la lucha contra la violencia sexual, así como la atención a refugiados y desplazados interno.

Frenesí diplomático en 2023

Este 2023 es un año electoral, con dos citas importantes con las urnas, y eso marcará el tono y probablemente la acción del ministro de Exteriores. Quedan ya como mucho diez meses para que José Manuel Albares cierre la legislatura y presente los resultados de sus dos años de gestión, tras sustituir a Arancha González Laya, que abandonó el Gobierno tras el enfado de Marruecos por el acogimiento en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado por un covid grave.

2022 fue el año del giro en el Magreb, de las negociaciones con Reino Unido para definir el futuro de Gibraltar, de la guerra de Ucrania y de la cumbre de la OTAN en Madrid. Fueron doce meses trepidantes para la diplomacia española.

En marzo, por sorpresa, la Casa Real de Marruecos publicó una carta que había enviado Sánchez al monarca alauíta, Mohamed VI. Le expresaba su apoyo al plan marroquí para dar al Sáhara Occidental ocupado una situación de autonomía sin llevar a cabo ningún referéndum de independencia, que es la vía propuesta por Naciones Unidas. Esa era, en palabras de Sánchez, la solución “más seria, realista y creíble” para solucionar el diferendo. 

En abril, Argelia emprendió una serie de represalias comerciales por el giro hacia Marruecos de España. Los empresarios españoles han perdido ya más de 600 millones de euros en exportaciones. Albares ha pedido amparo a la Unión Europea, que de momento no ha conseguido acabar con el castigo, salvo para obtener un compromiso de Argel de mirar los bloqueos comerciales caso por caso.

En junio, España celebró con éxito la Cumbre de la OTAN, en plena guerra de Ucrania. Allí se acordó que Turquía permitiría a Suecia y Finlandia entrar en la Alianza, algo que de momento no ha ocurrido, y se firmó el Concepto Estratégico de la OTAN más importante de las últimas décadas. En el documento se definía a Rusia como la amenaza más seria para los países aliados y a China como desafío estratégico. 

Mientras, seguían las negociaciones para derribar la Verja que separa España de Gibraltar. En diciembre se torcieron, y Albares dio una suerte de ultimátum a las partes que negociaban (Reino Unido y la Unión Europea, con presencia de España y Gibraltar). Esas negociaciones se han retomado este mes de enero, de momento sin éxito.