NACIONALIDAD PARA LOS SAHARAUIS

Podemos arrincona al PSOE por el giro con Marruecos en plena negociación de la 'ley del sólo sí es sí'

Unidas Podemos defenderá este martes en el Congreso la admisión a trámite de una proposición de ley para conceder la nacionalidad española a los ciudadanos saharauis

La propuesta, con las relaciones con Marruecos de fondo político, amenaza con aislar de nuevo al PSOE frente a los aliados parlamentarios progresistas

Albares y Bourita

Albares y Bourita / MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES

Ángel Alonso Giménez

Un diputado del PSOE bien posicionado en la dirección parlamentaria se pone a la defensiva cuando le preguntan por la presión de Unidas Podemos en alguna negociación. “¿Cómo es posible que un grupo con poco más de 30 escaños presione a un grupo con 120?”. No le falta razón. Las matemáticas hacen política en el Congreso. Por ser más riguroso: las matemáticas crean leyes.

Pero la aritmética es caprichosa en un Parlamento tan fragmentado como el actual. En esta legislatura, una abstención de Vox por despiste avaló el decreto ley del Gobierno del socialista Pedro Sánchez para la regulación del plan de recuperación de la UE. En esta legislatura, un señor llamado Alberto Casero, del PP, salvó por error el decreto de la reforma laboral, la medida estrella de la coalición del PSOE y de Unidas Podemos y de una ministra procedente del Partido Comunista que responde al nombre de Yolanda Díaz.

Sí, el PSOE es el partido que ganó las elecciones y el que cuenta con la bancada más poblada del hemiciclo, pero sus 120 diputados son en realidad un bagaje escaso. Necesita a Unidas Podemos para legislar. Y necesita a ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, Más País, Compromís, Teruel Existe, PRC… Sánchez, cabe recordar, fue investido por dos votos en enero de 2020.

Necesita a todas esas siglas el Partido Socialista porque, si no, pueden darse tres escenarios problemáticos: 1) falla una de esas siglas: el PSOE ha de obtener los votos de otra. 2) fallan varias: el PSOE ha de pescar en formaciones de otra orientación política, por ejemplo Cs. 3) fallan todas: el PP es el grupo crucial. 

El tercer escenario, ese que en el Partido Popular es clave, se ha dado en el Congreso. Por ejemplo, para renovar el cupo de magistrados del Tribunal Constitucional que le correspondía a la Cámara, aquel cupo en el que figuraba como candidato Enrique Arnaldo, de trayectoria controvertida. O, por ejemplo, para tramitar la nueva ley de seguridad nacional, que es una ley que, por cierto, está completamente abandonada.

Todo lo que no se produzca dentro de estos tres escenarios es una pésima noticia para el PSOE. Y es algo que también ha ocurrido. Por ejemplo, el 7 de abril de 2022. Aquel día, en el pleno, la mayoría (PP, Unidas Podemos, ERC…) apoyó una proposición no de ley contraria al viraje de la posición española en el conflicto territorial del Sáhara Occidental, decidido por el Gobierno unilateralmente, en concreto por el ala socialista, que es la que gestiona los llamados asuntos de Estado.

El triángulo que aísla al PSOE

Enlaza el desenlace de aquella votación de hace más de un año con una que se va a vivir en el hemiciclo este martes, sobre la concesión de la nacionalidad española a los ciudadanos saharauis. Enlaza porque les une un trasfondo: las relaciones con Marruecos. Es uno de los aspectos que más distancia a los socios de la coalición, como pudo comprobarse recientemente al no ir ningún ministro/a de la formación “morada” a la Reunión de Alto Nivel en Rabat

Es uno de los aspectos que, por extensión, más lejos deja al PSOE de sus aliados parlamentarios. La legislatura aporta unas cuantas demostraciones, no solamente aquella del 7 de abril de 2022. También la comparecencia de Sánchez del 29 de marzo del año pasado, a instancias de la oposición, unida de nuevo. O la reprobación al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, hace apenas cinco días. Se unieron PP, ERC, Junts, Cs y Vox, entre otros, para reprender al exjuez por sus “mentiras” en la gestión de la tragedia de Melilla. Y ganaron.

Tenemos, por tanto, el triángulo que aísla al PSOE en el Congreso. En un ángulo, el Sáhara Occidental y el nexo con Argelia; en otro, la relación con Marruecos; en el tercero, el asalto de centenares de migrantes a la valla de Melilla, en junio del año pasado. Uno de esos casos que desde el principio apuntaba a un lento desgaste y que, seis meses después, sigue causando un lento desgaste. Al menos el Gobierno y el PSOE han logrado, de momento, que la onda expansiva (política) no alcance al presidente. No es poca cosa tal y como está siendo el ‘vía crucis’ del ministro de Interior.

Este martes, alrededor de las 16.00 horas, todos esos momentos revivirán. Unidas Podemos defenderá en el hemiciclo la admisión a trámite de una proposición de ley para facilitar la concesión de la nacionalidad española a los saharauis. Fuentes del grupo confederal, consultadas por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, subrayan la relevancia de la propuesta, y no sólo por lo que piden, sino por el momento en que lo piden. Es, efectivamente, la primera ley que proponen en el actual periodo de sesiones.

La cuestión fundamental es si el Congreso votará a favor de la toma en consideración, es decir, de su tramitación. Que así sea resultará un éxito político de Unidas Podemos. Ahora bien, no cabe la euforia si es el caso porque todos en el Congreso saben que una propuesta que supere dicha votación no tiene garantizado, ni mucho menos, el trámite. Puede quedarse en el limbo de las prórrogas de enmiendas. 

En el grupo destacan que han hablado con los demás para que la iniciativa entre en el Congreso. “Conversaciones habituales”, afirman las fuentes. La dirección parlamentaria, que es una piña al respecto (no hay fisuras), “confía en conseguir el apoyo necesario”, añaden. Ahora bien, una fuente que conoce esas conversaciones cree que la proposición será rechazada porque ni PSOE ni PP respaldarán la tramitación. ERC, PNV, EH Bildu y Más País se decantan, en cambio, por el voto a favor.

Entonces, aunque no sortee el escollo de la toma en consideración, la propuesta habrá generado cierta rentabilidad política. A un lado, Unidas Podemos y los aliados del bloque progresista. Al otro, el PSOE. Que la división se visualice en un momento de máxima controversia por la ley del ‘sólo sí es sí’ ilustra la tensión y la susceptibilidad

No serán vasos comunicantes, indican las fuentes. Lo que suceda este martes no tiene por qué contagiarse a lo que suceda con la ley del Ministerio de Igualdad, a punto de revisión porque el PSOE ha registrado una proposición al respecto. Sin embargo, que se abra una falla en la coyuntura actual retrata el estado de salud de la mayoría de izquierdas del Congreso. La agenda legislativa sale, es así; no paran de aprobarse normas, como se comprobará el jueves con la reforma del aborto y la nueva ley trans. Pero también es cierto que no paran de surgir las discordancias. Mala salud de hierro.

Y aunque el PSOE tenga 120 escaños y Unidas Podemos y los demás aliados menos de 70, el espejo de la política, a quien muestra solo y aislado, es al Partido Socialista.

El texto

Por si quedan dudas acerca de la intencionalidad política de la iniciativa, bastaría apuntar un dato para disiparlas: si bien la proposición se debate este martes, fue registrada el 8 de abril de 2022, un día después del varapalo que sufrieron los socialistas con aquella proposición no de ley contra el giro con el Sáhara Occidental.

En la redacción de la proposición no aparece una sola mención a Marruecos. Sí aparecen numerosas alusiones que realzan el vínculo de España con el pueblo saharaui. “Lazos históricos”, se dice en la exposición de motivos. La concesión de la nacionalidad reforzaría esos lazos.

Añaden los autores que al nexo España-Sáhara hay que unir el nexo de “las personas saharauis con España”. “Sus lazos con la antigua metrópoli siguen hoy tan vivos como hace ya más de cuatro décadas, por su conocimiento del idioma, la estrecha cooperación desde todas las instituciones oficiales y el sentimiento generalizado del pueblo español”, añade.

Para lograr lo expuesto, Unidas Podemos aboga por reformar el Código Civil para que los saharauis se acojan a “las circunstancias excepcionales” que permiten la consecución de la nacionalidad española por “carta de naturaleza”. Para los nacidos antes del 26 de febrero de 1976, que es cuando España salió del territorio, tales circunstancias se cumplirían.